Desde el encuentro con el Árbol Viejo, Kai no podía concentrarse en las clases. La presencia de esa figura encapuchada seguía en su mente, como una sombra que no desaparecía.
Lira intentaba animarlo, pero incluso ella estaba preocupada. Thorne, aunque seguía siendo reservado, no se separaba tanto del grupo.
Thorne
—Si ese ser era lo que creo… no deberíamos estar esperando a que vuelva —
Dijo Thorne con el ceño fruncido
Thorne
Hay algo que los maestros no nos están diciendo.
Esa noche, decidieron investigar.
Guiados por los susurros del bosque y un mapa antiguo que Lira encontró en un libro de la biblioteca, bajaron por un pasaje secreto escondido detrás de una estatua en el comedor principal. Las raíces crujían bajo sus pies mientras descendían.
Thorne
Al final del túnel, encontraron una gran puerta circular con símbolos grabados: fuego, agua, aire, tierra… y uno más que ninguno reconocía, un círculo dividido en mitades opuestas, una de luz, otra de sombra.
Kai
—¿Y este símbolo? —
Preguntó Kai, tocándolo.
La puerta reaccionó de inmediato. Una luz cálida se encendió, y luego una ráfaga de viento barrió el túnel.
Los elementos reconocían su presencia.
La puerta se abrió lentamente con un rugido profundo.
Dentro, descubrieron un salón subterráneo lleno de inscripciones flotantes. Una mesa de piedra se alzaba en el centro, con un libro cubierto de polvo dorado. En la tapa se leía:
“Crónicas del Origen: La Profecía de los Cinco.”
Lira abrió el libro, y una voz etérea llenó la sala:
> —“Cuando los cinco elementos despierten en uno solo, el mundo volverá a temblar. Las sombras buscarán al elegido… y la guerra por el equilibrio comenzará.”
Kai
—¿Cinco? —
Preguntó Kai
Kai
¿Y si el quinto no es un elemento… sino algo más?
Thorne miró hacia el fondo del salón. Había una pared tallada con la figura de un joven rodeado por fuego, agua, aire, tierra… y una sombra que se extendía tras él.
Thorne
—Kai… ese eres tú.
Kai tragó saliva.
La profecía era real.
Y él era el centro de todo.
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