El salón de eventos brillaba con una elegancia digna del legado de los Lazarescu . La gala benéfica organizada en honor al fallecido abuelo de Kairos era el centro de atención de la alta sociedad. Personalidades influyentes, empresarios y filántropos se reunían para pujar por las valiosas reliquias y bienes que el anciano había dejado con la intención de apoyar causas nobles.
Zahraea se movía con naturalidad entre los invitados, vistiendo un vestido de noche color esmeralda que resaltaba su presencia imponente. Desde la distancia, observaba a Kairos, quien se mantenía rodeado por sus familiares y figuras importantes del evento. Su expresión era seria, distante. Había pasado los tres días evitando hablar del divorcio, y ahora actuaba como si todo estuviera en calma.
Zahraea sabía que la paz no duraría porque Alessia intentaría algo para llamar la atención de Kairos, puesto que si se negaba a divorciarse ya lo sabría Alessia.
Sabía que la mujer estaba desesperada. Habían pasado semanas desde que Kairos dejó de responderle, de buscarla, de protegerla. Y Alessia no era alguien que aceptara el abandono fácilmente. Zahraea sabía toda esa información ya que tenía vigilado los movimientos de Kairos para tener evidencia contra él.
La seguridad del evento era estricta, como en todas las reuniones de los eventos importantes de la familia Lazarescu, pero Zahraea se había asegurado de que hubiera un “descuido”. No lo hizo por lástima hacia Alessia, sino porque quería que la verdad saliera a la luz en el peor momento para ella y Kairos.
Mientras caminaba por el salón con una copa de champagne en la mano, Zahraea observaba cada detalle con precisión. La subasta se desarrollaba sin inconvenientes; los artículos más valiosos del abuelo de Kairos estaban alcanzando cifras millonarias. La alta sociedad aplaudía la generosidad de la familia, pero Zahraea solo esperaba el momento en que su predicción se hiciera realidad. En su mente se preguntaba
" ¿Dónde estará el trasero del demonio disfrazada de oveja?, nunca en mi vida había sentido tanta motivación en ver a alguien tan patético "
Desde su posición, Zahraea detectó una figura sospechosa entre los camareros. El uniforme negro y el delantal blanco eran idénticos a los del personal, pero la postura rígida y la mirada nerviosa la delataban. Alessia no era una mujer acostumbrada a moverse entre la servidumbre, y su disfraz no podía ocultar su desesperación.
Zahraea sonrió levemente y tomó asiento en una mesa cercana al centro del salón. Fingía estar concentrada en la subasta, pero sus sentidos estaban completamente alerta, pensando
"Ahí está mi presa de sacrificio, sigue hasta la morada del basilisco"
Kairos, por su parte, parecía ajeno a la situación ante los ojos de Zahraea. Vestía un elegante traje negro, su expresión impasible como siempre. No sabía que su amante estaba entre los camareros, observándolo con desesperación.
Alessia se movió entre las mesas, fingiendo servir copas. Su objetivo era claro: llegar hasta Kairos sin ser detectada. Pero justo cuando intentó acercarse, un guardia de seguridad la interceptó.
—¿Nombre? —preguntó con autoridad.
Alessia bajó la cabeza, fingiendo buscar algo en su bandeja —Soy nueva, me llamaron de último momento…
El guardia frunció el ceño, a punto de pedir su identificación, cuando otro camarero pasó junto a ellos y la distracción le permitió a Alessia escabullirse.
Zahraea bebió un sorbo de su copa, disfrutando el espectáculo, mientras contaba en su mente
"Tres… dos… uno… La estúpida habla"
— Alessia: ¡Kairos! — al mismo tiempo que Zahraea termina de contar.
El grito desesperado resonó en todo el salón, silenciando las conversaciones y deteniendo la subasta.
Las miradas se dirigieron a la fuente del escándalo. Alessia, con su uniforme de camarera, se había despojado de la bandeja y ahora se abría paso entre las mesas, su rostro reflejando angustia y desesperación.
Kairos se puso de pie calmadamente, su expresión endureciéndose al ver a la mujer que había decidido abandonar.
Zahraea cruzó las piernas con calma, disfrutando del caos que había ayudado a desatar.
"La función apenas comenzaba."
Kairos no necesitó voltear para saber lo que estaba por ocurrir. Desde el momento en que Zahraea había fijado su atención en una figura entre los camareros, él lo supo —Ella lo había planeado.
Era irónico cómo después de dos años de tratarsen con indiferencia, ahora podía escuchar con claridad sus pensamientos. No necesitaba mirarla a los ojos para saber que esperaba con paciencia el desenlace de su trampa. Zahraea había abierto la puerta para que Alessia entrara, para que hiciera su jugada y se delatara a sí misma.
Kairos sintió una mezcla de fastidio y resignación al ver Alessia. Zahraea no le perdonaba nada, y él tampoco intentaba justificarse. Sabía que tenía toda la razón, pero lo que no sabía ella es que él ya estaba harto de la mujer que una vez creyó que amaba.
Cuando Alessia gritó su nombre, el silencio en la gala fue absoluto. Todas las miradas se posaron en ella, vestida con el uniforme de camarera, su cabello recogido de forma apresurada y los ojos rojos por el llanto contenido.
Kairos la miró sin emoción alguna. No hubo sorpresa, ni indignación. Solo una frialdad implacable en su expresión.
El murmullo entre los invitados comenzó a crecer. Algunos reconocieron a la mujer que, durante años, había sido el escándalo silencioso de la familia.
—¿Alessia? —Susurraban—¿No es ella la exnovia de Kairos? —¿Qué hace aquí vestida así?
El desconcierto en la familia Lazarescu era evidente. La seguridad se apresuró a acercarse, pero Kairos levantó una mano, deteniéndolos.
— Kairos: Déjenla —ordenó con voz neutra.
Zahraea no podía ocultar su satisfacción viendo el rostro curioso de los presentes, aunque por dentro se preguntaba por qué Kairos no reaccionaba con enojo o sorpresa. Entonces penso
"Pensé que reaccionaria más diferente, es un buen actor ocultando sus sentimientos por su primer amor. Esto me molesta, ¿ por qué la ve con indiferencia? ¿ será una actuación?"
Kairos había leído su mente desde el inicio. Sabía que ella había facilitado la entrada de Alessia a la gala. Y aún así, lo había permitido.
Zahraea apretó la mandíbula, sintiendo un ligero enfado por no haber logrado descolocarlo. Pero no le importó porque había conseguido lo que quería: que Alessia se expusiera delante de todos, para seguir con el siguiente paso.
Alessia, por su parte, se acercó tambaleante a Kairos. Su desesperación era evidente.
— Alessia: ¿Por qué ha sido difícil localizarte? —le preguntó con un nudo en la garganta.
Kairos la observó con una calma escalofriante. Sin responder, se giró con indiferencia, tomó su copa de champagne y bebió un sorbo con parsimonia, como si nada de lo que sucedía a su alrededor tuviera la menor importancia.
El desprecio en su gesto fue un golpe más fuerte que cualquier palabra y Alessia quedó paralizada, Pero Zahraea comenzó hacer cuentas en su mente
" Si no estoy mal , Alessia tenía 20 años y Kairos 25 años cuando se enamoraron, ahora Kairos tiene 30 años y ella 25 iguales que yo, 2 años de noviazgo y 3 de infidelidad emocional, estoy tan emocionada, mi siguiente paso no fallará para la indemnización de mi divor,o"
Y así , Zahraea se dirigió directamente donde estaba Alessia.
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Comments
Rosana Doctora
Me encanta, jajajaja te la comistes autora ( significa exelente)
2025-03-19
3
Mary Ney
Hay Kairo tu esposa no te quiere ni un poco solo quiere dinero que le puedes facilitar /Smile/
2025-03-19
1