Matías observó a su jefa con el ceño fruncido. Desde que Isabella desapareció, Camila no era la misma. Apenas hablaba, trabajaba con una intensidad casi obsesiva y cualquier cosa que no saliera como quería terminaba destrozada.
El taller, que solía ser un lugar de actividad constante, se sentía tenso. Los empleados hablaban en susurros, evitando cruzarse con Camila cuando estaba de mal humor, lo que últimamente era todo el tiempo.
Esa mañana, Matías encontró a Camila en su oficina, con la cabeza entre las manos y la mirada perdida en su escritorio.
Matias (beta)
Jefa
(llamó con cautela.)
Camila (Alfa dominante)
(Alzó la mirada, y Matías contuvo el aliento. Sus ojos, normalmente afilados y llenos de determinación, estaban opacos, con ojeras marcadas)
¿Qué?
(respondió con voz ronca.)
Matias (beta)
(Suspiró. Esto no podía seguir así)
Voy a hacer algo que posiblemente me cueste el trabajo.
( sacando su teléfono)
Pero alguien tiene que hacer algo.
Antes de que Camila pudiera reaccionar, Matías marcó un número y se llevó el teléfono al oído.
Comments
Betty Saavedra Alvarado
Camí estás sufriendo por Isabella búscala la secuestraron
2025-03-29
0