Teresa entró en su oficina con el ceño fruncido, todavía irritada por la actitud de su padre. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre la silla, luego se sirvió un poco de whisky antes de dejarse caer en su escritorio.
Suspiró, masajeándose las sienes. Isabella siempre había sido un problema. Rebelde, testaruda… tan parecida a él.
Su mirada se deslizó instintivamente hacia la esquina de su escritorio, donde una foto enmarcada descansaba, intacta desde hacía más de veinte años.
Era una imagen de un joven de sonrisa encantadora, ojos vivaces y un aire de seguridad. Su amado.
Su corazón se encogió.
Había muerto el mismo día en que Isabella nació, dejándola sola con una niña idéntica a él.
Cada vez que miraba a Isabella, veía su rostro, su mirada traviesa, esa sonrisa desafiante que la volvía loca. Era como si él hubiera vuelto solo para atormentarla.
Sus dedos recorrieron el marco con suavidad, como si pudiera sentir su presencia a través del frío cristal.
Teresa (alfa d. madre de Isabela)
Si estuvieras aquí…
(susurró, con la voz quebrada)
Si él estuviera aquí, Isabella no se habría convertido en esta versión ingobernable de sí misma. Él habría sabido cómo guiarla, cómo manejar su espíritu indomable sin tener que recurrir a medidas drásticas.
Pero él no estaba.
Y Teresa había tenido que hacer todo sola.
La imagen de aquella noche regresó sin piedad a su mente.
Las luces frías del hospital, el llanto de su recién nacida llenando la habitación…
La voz del médico decirle que su omega estaba grave y no le quedaba mucho tiempo de vida.
Teresa había llorado esa noche. Llorado como nunca antes. Pero al día siguiente, se había obligado a endurecerse. No podía darse el lujo de ser frágil. Era una alfa.
Apretó los labios y cerró los ojos con fuerza. No podía permitirse ser débil. Isabella necesitaba aprender, y si para eso debía dejarla sin recursos, entonces que así fuera.
Pero, en el fondo, algo dentro de ella tembló.
Porque, por mucho que intentara verlo como una lección, una parte de sí misma sabía la verdad: no estaba castigando a Isabella por su rebeldía.
La estaba castigando por ser un reflejo demasiado perfecto del amor que perdió.
Tomó la foto, la miró una última vez y la dejó boca abajo en el escritorio.
No tenía tiempo para la nostalgia.
Teresa (alfa d. madre de Isabela)
(llamo a su asistente)
Oliver Asistente (delta)
señora?
Teresa (alfa d. madre de Isabela)
Busca a Isabella por toda la ciudad.
Se casara con Tadeo aunque tenga que llevarla encadenada
Comments
Betty Saavedra Alvarado
Teresa deja que Isabella elija con quién desea estar o casarse
2025-03-17
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