En su habitación, Camila se dejó caer en su cama con un bufido, enterrando la cara en la almohada.
Camila (Alfa dominante)
¡Maldición!
No podía dejar de pensar en lo que había pasado en la cocina. El roce de sus labios con los de Isabella había sido un simple accidente, algo que debía olvidar de inmediato. Pero su maldito lobo tenía otra opinión.
Arat lobo de Camila
"Nuestra omega…"
Camila (Alfa dominante)
(Se removió en la cama, negando con fuerza(
No, no, no. Eso fue un error.
Arat lobo de Camila
"Huele bien, es suave, la queremos."
Camila (Alfa dominante)
¡Cállate!
Arat lobo de Camila
(gruñó en su mente )
"Es perfecta para nosotros."
Camila (Alfa dominante)
(Apretó los dientes y rodó sobre la cama con frustración)
¡Es una maldita princesa mimada!
Arat lobo de Camila
"Es fuerte."
Camila (Alfa dominante)
¡No es mi tipo!
Arat lobo de Camila
"Te hace reír."
Camila se quedó en silencio.
Ese pensamiento la golpeó con fuerza. Isabella, con su torpeza, su testarudez y su descaro, la hacía reír de una manera que pocas personas lograban.
Se cubrió la cara con las manos, maldiciendo para sí misma.
Camila (Alfa dominante)
No puede ser…
No había forma en la que Isabella fuera su omega. Era de otro mundo, una heredera criada en lujos, con una vida completamente diferente a la suya. Además, Camila nunca había considerado la idea de tener una pareja, mucho menos un omega con una familia problemática y un compromiso arreglado.
Arat lobo de Camila
"Nuestra."
Su lobo gruñó con insistencia.
Camila (Alfa dominante)
No es nuestra, lobo loco.
Arat lobo de Camila
Nos quiere
Camila (Alfa dominante)
(Bufó)
No me hagas reír. Isabella solo está aquí porque se peleó con su mamá. No me quiere, apenas me soporta.
Arat lobo de Camila
(Su lobo soltó un gruñido bajo, como si estuviera riéndose de ella)
"Eres terca."
Camila (Alfa dominante)
(Cerró los ojos con fuerza(
Mañana, cuando me despierte, todo esto será un mal sueño.
Arat lobo de Camila
"Lo veremos."
Pero mientras intentaba dormir, su mente seguía trayendo el recuerdo del accidente en la cocina. El leve roce de sus labios, el calor de sus cuerpos juntos, la forma en que Isabella la había mirado después…
Camila se removió en la cama y gruñó.
Definitivamente, esto iba a ser un problema.
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