Martín estacionó su auto frente al taller mecánico y suspiró. No podía creer que la señorita Isabella estuviera en un lugar como ese. Él había trabajado para la familia Caseres por años, y si alguien le hubiera dicho que un día encontraría a la heredera cubierta de grasa de motor, se habría reído en su cara.
Pero ahí estaba.
Martín
(Al bajar del auto y acercarse a la entrada, Martín la vio claramente. Isabella estaba de espaldas, con el cabello recogido en un desordenado moño y vistiendo ropa deportiva holgada. Su rostro y manos estaban manchados de grasa mientras intentaba—con torpeza—sostener una llave inglesa más grande de lo necesario.)
Camila (Alfa dominante)
¡Te dije que era la del número 14, no la del 18!
(se escuchó la voz exasperada de Camila desde debajo de un auto)
Isabela (omega dominante)
(Frunció el ceño y miró la herramienta en su mano)
Parecen iguales…
Camila (Alfa dominante)
Si fueran iguales, no estaríamos teniendo esta conversación.
Martín
( no pudo evitar sonreír ante la escena. Carraspeó para llamar la atención)
Isabela (omega dominante)
(Giró hacia él, su expresión fue impagable.)
—¡Martín!
(exclamó con una mezcla de sorpresa y pánico.)
Camila (Alfa dominante)
(Al escuchar el nombre, salió de debajo del auto y se sacudió las manos en un trapo.)
¿Quién es este? ¿Otro miembro de tu club de fans?
Isabela (omega dominante)
¡No!
( se apresuró a limpiar su cara con la manga de su camiseta, lo que solo empeoró la mancha de grasa)
Martín trabaja para mi familia.
Martín
(El beta la miró con paciencia, como si estuviera viendo a una niña que intentaba escapar de un castigo.)
Señorita Isabella, su abuelo me envió.
Isabela (omega dominante)
(parpadeó)
¿Mi abuelo?
Martín
(Asintió y sacó un sobre del bolsillo interno de su saco.)
Le manda esto. Me pidió que le recordara que no está sola.
Isabela (omega dominante)
(Tomó el sobre con cautela y, al abrirlo, vio varios billetes dentro. Su corazón se encogió.)
Ese viejo testarudo…
Martín
( sonrió con suavidad)
Él prefiere llamarse a sí mismo ‘sabio’.
Comments
Betty Saavedra Alvarado
Los abuelos siempre nos apoyan para ellos nunca crecimos nos aman incondicionalmente
2025-03-17
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