CONTRA EL JUICIO DE LOS INMORTALES
El retorno al Olimpo
Adrián miraba el camino de regreso al Olimpo con una mezcla de nervios y resignación. Tras su tiempo con Mateo, sentía una extraña mezcla de esperanza y miedo. Mateo lo hacía sentir humano, algo que había creído imposible siendo hijo de Hades. Pero regresar significaba enfrentar a su padre y las consecuencias de sus decisiones
El Olimpo estaba tan imponente como siempre, con sus columnas doradas y el resplandor eterno que envolvía cada rincón. A su llegada, los guardias en la entrada parecían tensarse al verlo. Adrián sabía que los rumores sobre su desobediencia y su vínculo con un mortal ya habían corrido como fuego por todo el reino
Antes de que pudiera decidir a dónde ir, una voz fría y familiar lo detuvo
Hades (D.D)
¿A dónde crees que vas, Adrián? *preguntó Hades, apareciendo de las sombras como si hubiera estado esperándolo
Adrián apretó los puños manteniendo la compostura
Adrián (D.D)
A cumplir mis obligaciones
Hades (D.D)
¿Tus obligaciones? *replicó Hades con una risa sarcástica* Parece que las olvidaste cuando decidiste rebajarte al nivel de un humano
Adrián sintió la ira arder en su pecho, pero respiró hondo
Adrián (D.D)
No me rebajé. Por primera vez en mi vida, hice algo que yo quería. Algo que me hizo feliz
Hades entrecerró los ojos, su presencia oscureciendo el pasillo
Hades (D.D)
Eres un dios, Adrián. La felicidad es un lujo que no puedes permitirse si eso significa desobedecerme
Adrián sostuvo la mirada de su padre, sintiendo que algo dentro de él se rompía y se reconstruía al mismo tiempo
Adrián (D.D)
Entonces deja de esperar que sea como tú. Porque no lo soy
Hades no respondió, pero su silencio fue más pesado que cualquier palabra. Adrián dio un paso hacia adelante, dejándolo atrás
Se dirigió al salón principal, donde los demás dioses lo esperaban. Hera, Zeus y Poseidón estaban reunidos, sus rostros mostrando una mezcla de preocupación y expectación. Hera fue la primera en hablar
Hera (O.P)
Adrián, nos alegra verte
Adrián (D.D)
No vine por gusto *respondió Adrián, su voz cansada* Vine porque sé que, si no lo hago, mi situación empeorará
Poseidón asintió, aunque su mirada era más comprensiva
Poseidón (A.D)
Entendemos que estás en un dilema. Pero todos aquí queremos ayudarte, Adrián
Adrián los miró, tratando de leer sus intenciones. Zeus, a pesar de su postura rígida, parecía menos severo de lo habitual
Zeus (D.D)
No puedes huir de lo que eres *dijo Zeus finalmente* Pero tampoco tienes que enfrentar esto solo
Por primera vez en mucho tiempo, Adrián sintió un atisbo de apoyo. Asintió lentamente, aunque su corazón seguía pesándole
Adrián (D.D)
Haré lo que pueda
La reunión terminó, y Adrián se dirigió a su habitación. Antes de entrar, una figura familiar apareció frente a él
Perséfone (O.D)
Hijo *dijo Perséfone, con una mirada suave pero firme* ¿Podemos hablar?
Adrián suspiró, pero asintió
Ella lo llevó a uno de los jardines, donde el ambiente era más tranquilo. Allí, Perséfone le habló de sus propias luchas con Hades y cómo había aprendido a encontrar un equilibrio entre sus obligaciones y su felicidad. Adrián escuchó en silencio, sintiendo que, por primera vez, alguien entendía su situación.
Cuando terminaron, Perséfone le tomó la mano
Perséfone (O.D)
No dejes que tu padre defina quién eres. Tú tienes el poder de decidir tu camino, Adrián
Él asintió, conmovido por sus palabras. Esa noche, por primera vez en días, durmió con un poco de paz en su corazón
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