CONTRA EL JUICIO DE LOS INMORTALES
Sombras de un dios
Adrián caminaba por los pasillos del palacio subterráneo, las sombras danzando en las paredes como si le recordaran constantemente quién era. Hijo de Hades, dios del inframundo, portador de un legado oscuro que siempre había pesado más de lo que podía soportar. Aunque poderoso y respetado, la verdad era que se sentía invisible
La relación con su padre era una guerra de silencios y miradas críticas. Cada conversación terminaba con un suspiro frustrado de Hades y un sentimiento de insuficiencia clavándose en el pecho de Adrián como una daga. Su madre, Perséfone, siempre intentaba mediar, pero su tiempo en el Olimpo era limitado, y la conexión con ella nunca había sido suficiente para llenar el vacío que su padre dejaba
Aquel día, el consejo de los dioses lo había convocado. Otra misión, otro deber que cumplir. Adrián escuchó apenas las instrucciones, más concentrado en la frialdad del tono de Zeus y el desinterés de Hades. La tarea era simple: investigar una serie de desapariciones en las afueras de una pequeña ciudad humana. Nada que un dios no pudiera manejar, pensó
Sin embargo, no estaba preparado para lo que encontraría allí.
Adrián llegó al lugar designado al anochecer, camuflado entre los mortales como un joven de cabello oscuro y mirada seria. En la entrada de la ciudad, un grupo de humanos hacía guardia. Uno de ellos, un joven de cabello castaño y ojos brillantes, llamó su atención. Su postura era relajada, pero había algo en su mirada, una chispa de determinación, que hacía difícil apartar los ojos de él
El joven detuvo a Adrián con un gesto firme
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¿Quién eres y qué haces aquí a estas horas? *preguntó, mirándolo con sospecha*
Adrián arqueó una ceja, sorprendido por el tono desafiante
Adrián (D.D)
Estoy investigando las desapariciones. No te preocupes, soy más que capaz de manejarlo
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¿Eres un investigador o algo así? *insistió el joven, cruzando los brazos*
Adrián (D.D)
Algo así. *Esbozó una media sonrisa, sintiéndose extrañamente intrigado por la actitud del humano*
Después de un intercambio breve, el joven permitió que Adrián pasara, no sin antes lanzarle una advertencia
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Espero que no seas otro idiota que termina desapareciendo
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Adrián caminó hacia la ciudad, pero no pudo evitar girar la cabeza una vez más para mirar al joven. Había algo en él, algo que lo hacía destacar en medio de las sombras
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Más tarde, esa noche, mientras investigaba, Adrián presenció un ataque de los vampiros responsables de las desapariciones. La lucha fue breve, pero intensa. Lo que lo sorprendió fue ver al joven de la entrada aparecer y enfrentarse a los atacantes con una valentía que pocos humanos podrían mostrar
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Cuando todo terminó, Adrián se acercó a él, ayudándolo a levantarse
Adrián (D.D)
¿Qué haces aquí? Podrías haberte matado
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Alguien tiene que proteger este lugar. *El joven se sacudió el polvo, sin mostrar un atisbo de miedo*
Adrián (D.D)
¿Cuál es tu nombre? *preguntó Adrián, impresionado*
Fue en ese momento, bajo la luz de la luna y rodeados de ruinas, cuando Adrián sintió algo extraño. Una conexión que no podía explicar, pero que sabía cambiaría su vida para siempre
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