Amor De Otra Dimensión ~KakaIru~ Capítulo 18. Magiora

Guy lo convenció de quedarse un poco más en la taberna y conocer a una mujer hermosa con la cual podría aparearse siendo conocedor del problema del alfa. No era una mujer común, era un hada muy hermosa con ojos rojos y cabello negro, era una meretriz.

Una meretriz no era lo que necesitaba, en cuanto retomará el trono del reino elfico tendría que desposar a alguien ejemplar y decente como Iruka, pero él no estaba en sus posibilidades, tampoco llevaría a una meretriz como reina, si lo hiciera sus ancestros se retorcerían en sus tumbas.

El hada le sonría coquetamente, de esas sonrisas a las que estaba acostumbrado cuando era príncipe, incluso como fugitivo y como Sukea muchas aún le sonreían, el encanto de la mujer era opacado por la gran cantidad de aroma Alfa y Beta en ella, sin mencionar el olor a sexo, era linda, pero no era la clase de mujer con la que pasaría una noche y mucho menos con la que quisiera aparearse.

Quería irse ya, pero la mujer estaba tan pegada a él que la única forma de quitársela de encima sería empujándola con fuerza, pero era un príncipe y caballero por lo que amablemente le pidió que se retirará, la mujer lo hizo de mala gana.

Regreso a la posada escondiéndose entre las sombras, caminando por los callejones oscuros y silenciosos sin detenerse, había algunas lámparas de madera que alumbraban un poco el camino, pero no era suficiente con la poca madera quemandose.

Nadie dijo nada cuando entro a la posada, ni siquiera el tendero cuando noto el aroma impregnado de el hada en él.

Iruka dormía, le sorprendía lo fuerte y resistente que era el Omega, pero durmiendo parecía inofensivo, como si no hubiera derribado a un ogro. El aroma a lavanda era tenue, como si Iruka fuera un cachorro que apenas tiene aroma lo cual no es el caso puesto que Iruka tiene casi su edad. Esa hada le dejo impregnado su aroma a no más poder, quisiera quitárselo, pero solo será posible si están cercanos a un río.

Un nuevo día había llegado. Volvería a Nexaria en un par de horas si es que lograba abrir el portal, pero con su inteligencia e ingenio sería capaz de hacerlo.

El DCI había dejado de funcionar en algunas funciones como el sueño, el hambre y sus instintos de Omega.

Quizas era porque sus instintos fluían nuevamente por el daño del DCI, ni siquiera cuando estuvo tan cerca de sus hermanos en Nexus antes de que les implantaran el DCI pudo oler un aroma tan magnífico, probablemente porque eran demasiado jóvenes como para tener un aroma desarrollado.

Despertó con el aroma del alfa, habían dormido en la misma cama que era demasiado grande como para que Kakashi durmiera cómodamente, después de todo esa tierra no era para humanos. El aroma de Kakashi estaba tan presente que por un momento creyó que estaba cerca del domo número doce junto a los agricultores que tenían cajas llenas de arándanos y anacardos.

Pensó que en cuanto regresará a Nexaria arreglaría todo lo que Mizuki hizo y después iría por arándanos.

Miro el rostro de Kakashi, era afilado y atractivo, se veía bien incluso con el cabello castaño y la pintura en la cara.

Kakashi Hatake (Alfa P.)

¿Ya despertaste?

Iruka se sobresalto cuando escucho al alfa, no tenía los ojos abiertos, pero la voz de Kakashi sonaba muy despierta.

Iruka Umino (Omega)

Estoy despierto

Iruka Umino (Omega)

¿Sabes cuándo llegarán?

Kakashi abrió los ojos ante la pregunta.

Kakashi Hatake (Alfa P.)

Sí, llegaran casi al anochecer.

Iruka Umino (Omega)

Entiendo.

Iruka suspiro con pesadez, esperaba estar en Nexaria a más tardar al anochecer, pero dado el caso llegaría a su dimensión al día siguiente con mucha suerte, nunca había creído en la suerte porque él mismo creaba su suerte, pero ahora necesita creer en algo.

Iruka Umino (Omega)

¿Quieres enseñarme donde se reunirán?

Kakashi se levantó de la cama con rapidez queriendo acatar la petición del Omega.

Kakashi Hatake (Alfa P.)

Puedes vestirte primero.

Dijo el alfa cuando vio que la ropa de Iruka estaba sobre una silla, no estaba desnudo, tenía una ropa interior de color negro, pero no era como las que usaban los omegas, estás prendas se ceñian al cuerpo del Omega, cubría desee el cuello hasta los tobillos y muñecas.

La noche anterior Iruka notó cuando kakashi salió del cuarto, se quitó la ropa que el alfa había comprado y activo la armadura, no le daba seguridad alguna el estar solo en un lugar desconocido sin sus armas, en Nexaria era el siguiente mando supremo, era intocable, pero en ese mundo no era nada más que un Omega al que podían degradar, no se había dado cuenta de cuanto dependía de sus armas.

Kakashi no pudo evitar mirar un poco al Omega con ese traje negro pegado a su cuerpo, incluso las mujeres de su reino se sentirían amenazadas con semejante belleza que es Iruka.

Ambos salieron de la posada para dirigirse a un lugar en donde pudieran observar mejor la guarida de los Akatsuki, Kakashi sabía mejor que nadie donde se encontraban porque su amigo era un Akatsuki, no era como ellos, solo estaba infiltrado para tener un poco más de protección al estar con ellos.

La guarida de los Akatsuki era una herrería de gigantes, donde se forjaban las armas de los gigantes que aún quedaban en el reino, era custodiada por dos gigantes con espadas listas para aplastar a cualquiera.

Kakashi Hatake (Alfa P.)

Se reúnen en ese lugar cada cierto tiempo, recién salió el sol, deberíamos aprovechar el día.

Los habitantes de Pozo gigante iniciaban las tareas que debían hacer ese día, a Iruka le sorprendía como la noche anterior ya no quedaba nadie en las calles cuando en Nexaria había tantas personas en el día como en la noche.

Los dueños de establecimientos limpiaban con ayuda de sus empleados, las mujeres compraban alimentos y de vez en cuando había niños que corrian jugando, de alguna manera esos pequeños le recordaron a él y a sus hermanos cuando recién llegaron a Nexus, aunque no jugaban, ellos aprendian las estructuras de Nexaria y de armas.

Might Guy (Beta/Omega)

¡Sukea!

Ambos voltearon hacia quien había llamado al alfa, un hombre acompañado de una mujer con alas y cabello negro se dirigían hacia ellos.