Capítulo 03. Magiora

Estaba solo, sin nada que pudiera protegerlo, esos hombres se habían llevado todo, incluyendo el Onix. No le importaba lo demás porque la agencia le daría otro equipo nuevo y rastrearon el equipo robado para evitar que fuera vendido en el mercado negro y se ejerciera un mal uso.
Pero le preocupaba el Onix, si caía en las manos equivocadas o en las de Mizuki sería difícil detenerlos, tendrían que sacrificar muchas vidas y es algo que no está dispuesto a arriesgar, prefería sacrificar a sus antiguos hermanos por el bien de Nexaria.
Aunque no es algo sencillo, le duele la muerte de Ebisu, pero sabe que fue por un bien mayor. Le duele recordar que fue él quien lo desintegró hasta reducirlo a nada y ahora su orgullo había sido lastimado por haber sido robado.
Debía recuperar el Onix antes de que alguien más lo obtuviera.
No quería dejarse llevar por las emociones y sentimientos que los últimos acontecimientos le provocaron, quería pensar mejor las cosas a pesar de sentir tristeza y furia hacia sí mismo.
Se suponía que era un agente de Evolucia, el siguiente mando supremo y dejo que le robaran el artefacto que es posiblemente el más peligroso en toda Nerexia y lo más humillante fue que un hombre que media por lo menos veinte centímetros menos que él lo había desarmado fácilmente.
Aunque había algo extraño cuando lo inmovilizaron, debía ser una nueva tecnología desarrollada por los rebeldes, un grupo que estaba en contra del mando supremo y de su tecnología, ellos creaban la suya propia, intentando cambiar el sistema y las normas establecidas.
Si lograba encontrarlos encontraria el Onix y llevaría al tártaro a ese grupo de rebeldes.
Vio la dirección hacia donde habían huido, se fueron por entre los grandes árboles frondosos, era de noche y no sabía que podía esperar, después de todo le habían robado estando dentro del domo, debía encontrar rápidamente el Onix y llegar al cristal del domo para dar aviso sobre los invasores.
Los domos daban oxígeno a toda Nexaria y quizás esos criminales querían envenenar el aire y a toda la población.
Lo único bueno de la ineptitud de esos rebeldes era su poco conocimiento acerca de los escudos que se habían desarrollado últimamente en los centros de inteligencia, eran tan confidenciales y exclusivos que solo a agentes de alto rango se les permitio usarlos.
Eran casi invisibles y apenas eran notados por otros, consistía en una camisa de mangas largas de color negro, se activaba con un comando, cayendo era activado protegía todo el cuerpo y creaba una burbuja al rededor del usuario, era casi como los escudos que tenían ya, pero mejor.
Iruka Umino (Omega)
Iruka Umino (Omega)
Armadura de defensa, activada.
Iruka activo la armadura para protegerse y justo por debajo de su ropa se formó otra capa de ropa pegada a su piel, era ligera y cualquiera podría pensar que sería fácil atravesarla, pero todo estaba lejos de la realidad, la armadura fue diseñada para que nada pudiera atravesarla y dañar al usuario.
La camisa blanca de Iruka y el chaleco de color negro estaban arrugadas por la caída desde el portal. Se quitó el saco de color negro por lo cálida que era la noche, fuera del domo hacía frío incluso durante el día.
No quería arriesgarse a ser atacado y no poder defenderse con alguna de sus armas que ya no tenía. Se adentró hacia el bosque para seguir a esos rebeldes.
Siguió las huellas con ayuda de la luz de la Luna, era algo nuevo el poder verla así de brillante, pero supuso que era porque en los domos no había ningún tipo de luz artificial.
El camino no era algo que hubiera visto antes, ni siquiera en sus prácticas de simulación de combate en escenarios realistas, claro que nunca lo iban a entrenar para luchar en un área en donde se suponía que no debía entrar nadie.
Los árboles tenían hojas verdes, era un verde lindo, nada comparado al verde que se usaba afuera del domo, había flores y plantas extrañas, algunos decían que también había animales dentro del domo, no eran destructores como los humanos, eran otras especies amigables.
Las huellas lo llevaron a caminar durante horas a pesar de haber sido lo más rápido posible con sus habilidades mejoradas, hasta llegar a una casa extraña hecha de árboles con una luz diferente a las que está acostumbrado a ver.
Algo estaba mal, no era posible que en el domo se hayan infiltrado rebeldes y construido una especie de guarida.
Utilizando su visión mejorada por el DCI, pudo ver a través de esa casa extraña, parecía no ser una casa, era un tipo de bar o restaurante porque había personas sentadas y otras que andaban de un lado a otro, pudo reconocer entre todas esas personas, su visión mejorada era perfecta, algo que solo los agentes de alto rango como él podían tener.
La visión mejorada le permitía ver a través de objetos sólidos a lo que estaba detrás, era como si esa casa de árbol no estuviera y pudiera ver claramente a las personas dentro.
Aunque creyó haber visto mal porque algunas personas tenían otro color no natural como el sujeto alto de color verde o la mujer ruda del mismo color. Pensó que era un error en su DCI por la caída desde el portal.
Sin perder más tiempo se dirigió a toda prisa a esa casa de árbol para recuperar el Onix que esos sujetos tenían en sus manos mirándolo y sus demás pertenencias si es que podía hacerlo.
Tumbó la puerta y todos lo miraron, los sujetos que atendían a los demás lo miraron enojados. Iruka quedó estupefacto cuando miro todo el interior del lugar, todos tenían una ropa extraña, demasiada extraña, algunos tenían colmillos saliendo de sus bocas hacia arriba, la piel de esos sujetos era extraña, tenían texturas y colores vibrantes y bonitos, algunas mujeres tenían alas hermosas, nunca había visto algo similar.
Claramente no se esperarían a hablar con él y porque había entrado tan abruptamente, no, ellos fueron directo a por él por haber roto su puerta.
Le lanzaron objetos metálicos al haber perturbado el ambiente tranquilo que había en la taberna. Por suerte, activo el escudo de burbuja para protegerse, eso solo alertó a los demás que se levantaron para atacarlo también.
Desactivaba el escudo para poder defenderse y derribar a esos sujetos que lo atacaban, parecian fenomenos sacados de un laboratorio, pero fenómenos bonitos y peligrosos, como aquellos que tuvieron que destruir hace unos años por lo raro que le pareció al mando supremo.
Para él que tenía una fuerza y velocidad mejoradas por el programa DCI fue un poco fácil derribar a todo aquel que le atacará. La pelea causo desastres en la taberna que incluso muchas mesas, sillas y botellas terminaron rotas al igual que algunas ventanas.
Iruka solo aventaba a todos después de regalarles un par de golpes porque sus objetivos estaban frente a él y no permitiría que escaparan, el desastre fue mucho que incluso pensó que su entrada abrupta no fue lo mejor.
....
....
¡Los guardias están aquí!
Todas las personas en la taberna enloquecieron con el aviso que dio el hombre que entró por dónde estaba la puerta. Los rebeldes que le habían robado estaban huyendo, intento ir tras ellos, pero otra de esas personas verdes lo atacó, podía esquivar los golpes porque mejoro sus habilidades, pero aún así debía ir tras esos rebeldes.
De todos modos ese sujeto que entró dijo que los guardias llegaban, probablemente se dieron cuenta del grupo de rebeldes en el domo.

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