Amor De Otra Dimensión ~KakaIru~
Capítulo 08. Nexaria
Planeta Nexaria/Nova Terra.
¿Acaso no había obtenido ya lo que siempre deseo?
Sin la presencia de Iruka ahora era el siguiente alto mando después de Hiruzen, todos estuvieron de acuerdo en decirle al anciano que su preciado hijo había muerto por un ataque de Qymer, un tipo de parásitos enormes que llegaron a Nexaria por la explosión del planeta Qybe, de alguna forma los huevecillos de estos parásitos lograron eclosionar en el océano Atlas.
No era deber de Iruka ir a eliminarlos, pero se ofreció porque era una misión sencilla y fácil de completar, además de que necesitaba una excusa rápida para reunir las pruebas que incriminan a Mizuki.
Había avistamientos de Qymers aún y con eso Mizuki justifico la muerte de Iruka, era muy común que un Qymer se comiera a un humano o a otra especie, aunque era muy patético ya que esos parásitos son enormes y muy lentos, es muy fácil verlos y escapar, y fue por esa misma razón que el anciano Hiruzen se enfureció al escuchar la vergonzosa muerte de su hijo más preciado.
Iruka no solo era el hijo más preciado y favorito del anciano Hiruzen, también era su sucesor. Sabía que ya no era tan joven como antes y que en cualquier momento podría morir, se sentia seguro con su decisión de morir a pesar de que existía la tecnología para curar enfermedades y detener el paso del tiempo, es por eso que los habitantes más antiguos de Nexaria llegan a tener hasta cien años. Cuando Iruka demostró habilidades que se necesitan en un alto mando no dudo en enseñar al Omega para guiarlo.
La noticia de la muerte del sucesor del alto mando se esparció rápidamente en todos los planetas y galaxias.
Un planeta sin un siguiente sucesor era inestable y aún más con un actual alto mando a punto de retirarse para morir, así que su última opción fue Mizuki, uno de sus otros hijos de Nexus que era cercano a Iruka y quién le informo sobre su trágica muerte.
Sabía por Iruka que Mizuki era casi igual a él, compartían los mismos intereses, tenían los mismos conocimientos y eran buenos en el uso de las tecnologías de combate y defensa, aunque no está tan seguro sobre el liderazgo que Mizuki pueda llegar a hacer, ya que no fue enseñado durante años al igual que Iruka, el Omega tenía quince años de conocimiento en su cabeza acerca de como dirigir Nexaria y a Mizuki y a los demás solo se les enseño lo necesario para un agente.
Ahora Mizuki era el nuevo sucesor del alto mando, el puesto de más alto nivel en Nexaria, pero eso no era lo que buscaba, aunque ahora su nuevo estatus le permitía acceder a recursos que antes no tenía para su investigación.
Su amado Iruka salto por un portal inestable y no sabe si aún está vivo, no se suponía que debía ser así, se suponía que cambiaría el pasado para tener un futuro y presente junto a Iruka y las familias de todos los caídos.
Pero Iruka se llevó consigo la versión mejorada del Onix, esa versión le permitiría viajar al pasado y detener a Orochimaru antes de que activará el Teknox original. Tenía otras versiones, pero eran inestables y simplemente terminaban por explotar.
Le había tomado meses crear ese Onix que Iruka se llevó, no importaba lo que hiciera, simplemente no podía encontrar a dónde había ido su amigo.
Después de que el portal se cerró e Iruka desaparecía hubo una falla de luz en Transcendia, se lo atribulleyon a un fallo en los generadores de la ciudad, pero en realidad fue por la descarga de energía que libero el portal inestable, por suerte Mizuki logró controlar la situación y culpar a algo más para que no investigarán aunque sabe que no podrá mantener esa farsa por mucho tiempo antes de que sepan de que se trató realmente.
Perder a Iruka y al Onix el mismo día y en el mismo portal lo dejo sin muchas opciones, necesitaba a ambos para completar su plan, o tal vez solo necesite al Onix para arreglar las cosas con su preciado Iruka, si cambia el pasado y manipula la situación para que su relación con el Omega se de diferente podrá tener lo que siempre quiso.
Incluso dejaría el alto mando solo por una vida tranquila con su familia, hermanos e Iruka como su Omega.
Su vida era miserable la mayoría del tiempo, tenía a sus hermanos de Nexus y a Iruka, pero se sentía vacío, inferior, solo y triste.
Era como si la vida siguiera y él se hubiera quedado en el patio de su casa hecha escombros luego del ataque del Teknox, justo donde los agentes de Evolucia lo encontraron.
Iruka brillaba demasiado, su futuro brillaba, sus hermanos parecían felices, pero siempre tendrían un vacío. Él siempre se quedó estancado, se convirtió en agente, pero nunca lograba ser alguien relevante, sus misiones eran simples y sencillas, algo que podía manejar fácilmente, las misiones mejor pagadas y arriesgadas eran dadas a novatos y no a él que entreno la mayor parte de su vida para resolverlas.
Su departamento siempre se sentía vacío, frío y oscuro, era solo un apartamento en un edificio de agentes de Evolucia.
El anciano Hiruzen le había encomendado visitar el apartamento de Iruka, quería saber que pertenencias había dejado su hijo para poder resguardarlas antes de que sea ocupado por alguien más.
Había estado muchas noches y días en el apartamento de Iruka, en sus días libres y en las noches en las que no podían conciliar el sueño, de esas noches solitarias en donde necesitaban compañía y consuelo.
Le encantaba la imagen de ambos durmiendo, aunque Iruka solo lo mirara como a un hermano, pero le gustaba estar con él, sentir su calor y su aroma, sabía desde hace años que nunca tendría una oportunidad con el Omega por el hecho de que lo considera su hermano y por el camino que habían decidido seguir, mientras que Iruka era el sucesor del alto mando y no tuviera el mínimo interés en formar una familia él era un simple agente que suspiraba de amor desde hace años por el mismo Omega y siempre lo sería.
Recorrió el apartamento vacío, no había ni una pizca de polvo, Iruka siempre era muy limpio y ordenado, había un espejo cerca de la puerta sobre un mueble para dejar las llaves, llaves que nunca volvieron ni volverán, había una mesa con dos sillas en la parte donde estaba la cocina pegada a un muro que dividía la parte de la cocina y la sala de estar, recordó cuántas veces recibía a Iruka en las mañanas con un desayuno hecho luego de una larga misión, había dos sillas, ellos eran dos, Iruka tampoco tenía mucho de cada cosa, solo dos sillas, un sofá en donde cabían perfectamente ambos, dos copas, dos platos, una cama en la que dormían para recuperarse, dos batas para secarse luego de tomar una ducha.
El cuarto de baño estaba limpio y ordenado, incluso parecía que lo limpiaron recientemente y tal vez fue así, hace dos días que Iruka fue tragado por el portal y el Omega limpia cada noche que llega a su apartamento para mantenerlo limpio.
La bañera estaba reluciente, recordó cuántas veces ayudaba a Iruka a lavar su cabello después de un largo día en reuniones.
No había prendido las luces, el apartamento estaba iluminado por la luz que provenía de los otros edificios, era una luz azul que antes le había gustado porque significaba paz al estar junto a Iruka, pero ahora significaba algo más, algo que le dolía.
Se permitió dejarse llevar en sus pensamientos mientras estaba metido en la bañera, aún tenía la ropa puesta y no había llevado la bañera con agua, solo quiso relajarse y tratar de pensar lo más que pudiera en el Omega por el que suspiraba porque tendría que reunirse con sus hermanos restantes para discutir el tema del nuevo Teknox y lo que se hará para construir el nuevo Onix que sea estable. No podrá hacerlo teniendo a Iruka en la cabeza en todo momento, teniendo en un vivo recuerdo de como Iruka prefirió saltar por un portal inestable a unirse a ellos, lo hubieran perdonado por haber desintegrado a uno de sus hermanos si se hubiera disculpado y hubiese estado de acuerdo con unirse a ellos.
Pero ya no hay vuelta atras... ¿Verdad?
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