Amor De Otra Dimensión ~KakaIru~
Capítulo 02. Magiora
Camino "Hacia la taberna del ogro".
El dolor en su cuerpo era vibrante, como una de esas luces de neón que hay en los letreros de los distritos bajos en Nexaria, había una luz brillante que le lastimaba los ojos.
Cubrió sus ojos con su brazo e intento reincorporarse, su mano tocó algo suave, con muchas hileras gruesas.
Abrió de poco en poco los ojos para acostumbrarse a la cegadora luz blanca, parecía la luz de un centro de regeneración.
Su cuerpo se tensó. No podía creer lo que veía.
Era un lugar completamente diferente a Nexaria. Un lugar parecido al que los hologramas tenían en algunos establecimientos, no eran reales, eran simples hologramas, pero lo que se le presentaba no parecía un holograma, parecía más real.
Se levantó y sentia su cuerpo temblar, le costó mucho mantenerse de pie y en equilibrio que incluso tuvo que usar ayuda de sus brazos para equilibrarse.
Tardo unos segundos más para recuperar la compostura y mirar a su alrededor, todo parecía sacado de un cuento de hace cientos de años. El aire era muy ligero y llenaba sus pulmones con facilidad, había brisas de aire como las que echaba una nave de transporte, solo que ahí no había naves de transporte, ni siquiera había edificios de corporaciones como en todas las grandes ciudades de Nexaria, inclusive en las zonas menos pobladas había edificios.
No conocía un lugar en Nexaria que tuviera esas características y por un momento pensó que había muerto después de haber atravesado ese extraño portal, pero el sonido constante de su dimensionalizador lo hizo darse cuenta de que no era así, porque justo después de verlo en el frondoso suelo tocó su desintegrador y le quemó al instante.
Aún estaba caliente después de haberlo usado, tenía unas leves fisuras, pero era todo, el dolor le hizo saber que seguía vivo y no sabía en donde estaba. Necesitaba regresar a Transcendia con el mando supremo para informarle de la situación y de los traidores a Nerexia.
Un sabor amargo lleno su boca al pensar en sus hermanos y amigos como traidores, pero sus ideales debían ser fuertes al ser el siguiente mando supremo que reemplace a Hiruzen, el actual mando supremo.
Su desintegrador fue guardado en la funda que colgaba del cinturón de su cinturón, el dimensionalizador parecía estar en buenas condiciones también así que lo tomo y lo ajusto en su muñeca, justo donde debe de estar, el escudo protector estaba intacto descansando sobre su antebrazo derecho, estando desactivado era mucho más fácil llevarlo.
También estaba el Onix, aquella pieza de color negro que había iniciado todo el problema, aún se pregunta de dónde lo obtuvo Mizuki, esa tecnología fue decomisada por órdenes del mando supremo para ser escondida en las profundidades del océano de luz. Un lugar peligroso para cualquiera, incluso para los agentes de Evolucia.
Intento abrir un portal nuevamente hacia el edificio del mando supremo, pero fue inútil. El dimensionalizador expulsó un rayo azul sin más, estaba averiado, tendría que arreglarlo, pero no tenía las herramientas necesarias para hacerlo. El camino no se veía tan mal, era tierra por lo que pudo ver, ese lugar debía ser el último corazón de Nerexia, aquel lugar encerrado en un domo del cual se extrae todo lo necesario para los humanos.
Pensó que si podía llegar al domo lo verían y lo sacarían de ahí, tendría que llegar cuál quiera que fuera su dirección.
Caminó por el camino terroso, el cielo era de un azul claro, nada comparado con lo rojizo del cielo durante el día fuera del domo o la oscura noche.
El domo debía ser grande porque caminó durante lo que parecieron horas que incluso el azul cielo desapareció para que un cielo naranja lo reemplazará.
Era una linda vista que jamás había visto.
A sus hermanos les hubiese gustado también.
Recordar que antes eran nueve hermanos lo hacía sentirse perdido, ahora eran siete porque mató a Ebisu y los demás lo mataron en vida.
La muerte de Ebisu fue accidental, lo hubiera pensado mejor antes, pero ya no los reconocía como sus hermanos, eran diferentes desde hace tiempo, solo quedaban sus cuerpos físicos, sus mentes eran otras, sus ambiciones y la amabilidad que los hacía humanos había sido remplazada por otra cosa.
Todos habían sido hermanos desde el primer día en Nexus, pero ahora debía detenerlo porque era su deber, aunque primero debía salir de ese domo.
Llegó hasta un punto del camino en donde había un montón de esas cosas llamadas arbustos, no sabía casi nada sobre el funcionamiento o el nombre de las cosas que le daban oxígeno, su misión en Nexaria era mantener la paz y organizar la agencia, pero aún tenía un poco de conocimiento sobre eso ya que pensaba que para ser un buen líder en la agencia necesitaba tener conocimientos generales.
Zack
Así que tenemos a un desafortunado viajero.
Iruka se giro cuando escucho la voz de un hombre, un hombre vestido de negro y con una ropa extraña salió detrás de él y le siguieron muchos más, las pesadas pisadas de más hombres se escucharon rodeándolo.
Pronto se dio cuenta de que se trataba de una emboscada.
Que él supiera no había personas viviendo en los domos y esos hombres se veían intimidantes, como si fueran criminales.
Zack
Entrega todo lo que tienes y no saldrás herido.
Iruka vio que todos sacaron objetos filosos, como si fueran los cuchillos de luz que se usan en las cocinas, solo que más largos y hechos de otro material, parecía ser metal.
No sé dejo intimidar, pues había sido entrenado para ser un agente de Evolucia, su alto rendimiento debía ser suficiente para lograr que se rindieran y lo dejarán ir.
Rápidamente saco su desintegrador, esperaba que aún tuviera una última carga funcional para deshacerse de uno de ellos e intimidar al resto. Le apuntó al que parecía ser el líder, todos retrocedieron al verlo, pero, de repente sintió una presión en las muñecas que no lo dejaba jalar el gatillo.
Uno de esos hombres lo rodeo para mirarlo, era pelirrojo y muy bajito, con sus manos le quitó el desintegrador y lo miro con asombro y curiosidad hasta que el hombre que parecía el líder preguntó que habían encontrado, no sabía si los hombres habían vivido en otro mundo o porque no reconocían un desintegrador que solo los agentes de Evolucia llevaban consigo, incluso en el mercado negro eran muy codiciados.
El hombre pelirrojo lo despojo de todas sus armas ocultas, aunque duda que sepan de que se tratan los pequeños artefactos que se convierten en armas letales, incluso se llevaron su desintegrador y el dimensionalizador junto con el Onix.
Todo eso sin que pudiera hacer algo para impedirlo.
Los hombres se alejaron riendo con el botín recolectado mientras intentaba liberarse de esas ataduras invisibles, fue solo hasta que estuvieron lo suficientemente lejos como para que no los siguiera que las ataduras lo liberaron.
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