Caminos Silenciosos (SasuNaru - Gaanaru)
Confesiones en la Batalla
La luna aún colgaba en el cielo cuando la primera explosión sacudió Suna.
Las alarmas resonaron por toda la aldea mientras las sombras de los atacantes se deslizaban entre las calles, desatando el caos. Era un ataque sorpresa, en plena madrugada, con el objetivo de sembrar terror y debilitar a la aldea antes de que pudieran reaccionar.
Pero el Kazekage ya estaba despierto.
Gaara había sentido la presencia de enemigos rondando la aldea desde antes del amanecer. Y cuando el primer golpe fue lanzado, él ya estaba en el aire, listo para defender su hogar.
Gaara
A las armas! ¡Defiendan la aldea!
Ordenó con firmeza mientras su arena se deslizaba a su alrededor, formando un escudo contra los proyectiles enemigos.
Naruto, desde el techo de una de las edificaciones, observaba con admiración la forma en que Gaara lideraba la defensa. Su chakra fluía con una intensidad impresionante, protegiendo a los suyos mientras lanzaba ataques precisos y devastadores.
Shikamaru
Maldición, esto es peor de lo que pensábamos!
Naruto
Sí, pero Gaara está aguantando bien.
Respondió Naruto con una sonrisa orgullosa.
Shikamaru
Eso lo sé, pero hasta él tiene un límite.
Shikamaru
Vamos a ayudar!
El combate se extendió por horas. La arena de Gaara bloqueaba la mayoría de los ataques, pero la cantidad de enemigos era abrumadora. Naruto, Shikamaru y los ninjas de Suna luchaban con todas sus fuerzas, intentando minimizar los daños a la aldea.
Finalmente, cuando el amanecer comenzó a teñir el cielo de tonos anaranjados, los atacantes decidieron retirarse. No habían logrado su cometido, y el Kazekage aún seguía en pie, implacable.
Pero no todos lograron escapar.
Gaara
No irás a ningún lado.
Gaara
Nos darás la información que necesitamos.
Los ninjas de Suna celebraron la victoria. Habían sufrido daños menores, pero habían defendido su hogar con éxito.
Sin embargo, en medio de la euforia, nadie había notado algo importante.
Gaara estaba gravemente herido.
Su respiración era irregular, y aunque su postura aún se mantenía firme, su cuerpo estaba al límite. La batalla había sido intensa, y había recibido múltiples heridas que ahora, con la adrenalina bajando, comenzaban a hacer estragos en él.
Naruto
Oye, Gaara… ¿estás bien?
Preguntó mientras se acercaba corriendo. Gaara descendió lentamente al suelo con ayuda de su arena. Su rostro estaba pálido, pero se forzó a mantener la compostura.
En cuanto llegó Naruto hasta él, se le lanzó encima con un abrazo eufórico.
Naruto
Lo hiciste increíble, Gaara! ¡Eres un maldito genio!
Gaara apenas tuvo tiempo de sentir el calor de Naruto antes de que su cuerpo cediera.
Sus piernas temblaron y, sin poder sostenerse más, cayó al suelo… arrastrando a Naruto con él.
Y, sin darse cuenta, sus labios se encontraron en un roce inesperado.
Naruto sintió su aliento entrecortado y sus ojos se abrieron de golpe.
Gaara, con la mirada entrecerrada por el agotamiento, lo observó fijamente. Sus pupilas reflejaban emociones que Naruto no alcanzaba a comprender del todo.
El silencio entre ellos pareció eterno.
Hasta que Gaara, con su último aliento consciente, susurró:
Y luego, se desmayó.
Naruto sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Shikamaru, que había presenciado toda la escena, corrió hacia ellos.
Shikamaru
Naruto, deja de quedarte ahí como idiota y ayúdame! ¡Está inconsciente!
Naruto seguía paralizado. Su mente repetía una y otra vez las palabras que Gaara acababa de decirle.
Naruto
*“Te amo, Naruto…”*
Shikamaru chasqueó la lengua y lo sacudió del brazo.
Shikamaru
Naruto! ¡Concéntrate! Podemos hablar de lo que acaba de pasar después.
Shikamaru
Ahora tenemos que llevarlo a los ninjas médicos. El está muy grave.
Naruto
Maldita sea, está muy herido!
Shikamaru
No es de extrañar.
Shikamaru
Peleó sin descanso por horas. No le importó su propio bienestar.
Temari y Kankuro llegaron corriendo al ver la situación.
Kankuro
Tenemos que llevarlo al hospital!
Shikamaru
Ya estamos en eso.
Naruto y Shikamaru cargaron a Gaara lo más rápido que pudieron, mientras Temari y Kankuro los guiaban al hospital.
Naruto no dejaba de mirar el rostro pálido de Gaara.
Su mente era un caos.
Naruto
*”Te amo, Naruto…”*
Esas palabras resonaban en su cabeza.
Pero no era el momento de pensar en eso.
Ahora, lo importante era salvarlo.
Comments
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Muy lindo.
2025-02-05
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