Caminos Silenciosos (SasuNaru - Gaanaru)
La Mirada del Kazekage
El cielo de Konoha amaneció despejado, con el sol dorado derramándose sobre los edificios y las calles aún en calma. Naruto se estiró con fuerza frente a la ventana de su departamento, disfrutando del aire fresco que entraba. Había pasado una noche agitada, con la mente revuelta por el regreso de Sasuke.
Naruto
No lo puedo evitar. Se que tengo que verlo de nuevo hoy. Así que me tengo que tranquilizar.
Bajó las escaleras y salió a la calle, dispuesto a continuar su rutina, cuando se encontró con un rostro familiar que lo dejó sorprendido.
Gaara, vestido con su manto tradicional de Kazekage, lo saludó con un leve asentimiento. Su expresión era tranquila como siempre, pero había una suave calidez en su mirada cada vez que veía a Naruto. Aunque su rostro no lo mostrara, dentro de sí, sentía cómo su corazón latía con más fuerza al estar tan cerca de él.
Gaara
Naruto. Es bueno verte.
Naruto lo abrazó con entusiasmo, algo que Gaara había llegado a aceptar, aunque aún no se acostumbraba por completo a las muestras físicas de afecto. Cuando se separaron, Naruto notó algo diferente en los ojos de Gaara, algo que había estado allí antes pero que ahora parecía más presente, más intenso.
Naruto
¿Qué haces aquí? No sabía que venías hoy.
Gaara
He venido para la reunión de la alianza ninja.
Gaara
Pero… tatambién quería verte.
Naruto, siempre un poco despistado, no notó la profundidad de la segunda parte de la frase. Simplemente asintió con entusiasmo.
Naruto
¡Genial! ¿Ya desayunaste? ¡Podemos ir a Ichiraku! Te invito a unos cuencos de ramen. 🍜
Antes de que pudiera responder, Naruto ya lo estaba arrastrando hacia el restaurante de ramen, hablando de todo lo que había pasado en los últimos días, pero evitando mencionar el tema que más le preocupaba: Sasuke.
Mientras caminaban por las calles de Konoha, varias personas saludaban a Gaara con respeto. El Kazekage había ganado el respeto de todos durante la guerra, pero muchos seguían manteniendo distancia debido a su naturaleza reservada.
Sin embargo, lo que Naruto no sabía era que no solo él tenía cosas en mente. Gaara, quien había desarrollado sentimientos profundos por Naruto desde la guerra, había estado luchando por mantener esos sentimientos bajo control. La cercanía con Naruto era a la vez un consuelo y una tortura para él.
Cuando llegaron a Ichiraku, Naruto se sentó de inmediato y pidió su habitual cuenco de ramen, mientras Gaara lo observaba en silencio, aún sin sentarse.
Naruto
Gaara, siéntate. ¡Te estás perdiendo el mejor ramen de todo el mundo!
Justo cuando Naruto estaba a punto de comenzar su segundo cuenco de ramen, una figura apareció en la entrada del restaurante. El ambiente cambió de inmediato cuando Sasuke entró, con su mirada seria y sus manos en los bolsillos. Parecía que había llegado en el peor momento, pero en realidad, había estado observando a Naruto y Gaara desde el momento en que se encontraron en las calles.
Naruto
¡Oh! ¡SSasuke!. ¿Qué haces aquí?
Sasuke miró brevemente a Gaara, su mirada oscureciéndose ligeramente al notar la presencia del Kazekage tan cerca de Naruto.
Sasuke
Tsunade me pidió que te buscara. Hay algunos asuntos de los que debemos hablar.
El ambiente se volvió tenso. Gaara, quien había permanecido en silencio hasta ahora, observaba a Sasuke con la misma serenidad que siempre mostraba, pero internamente no podía ignorar la conexión que había entre Naruto y el Uchiha.
Naruto
Oh… claro, claro, después de que termine aquí.
Sasuke
Gaara. No sabía que estabas en la aldea.
Gaara
He venido para la reunión de la alianza ninja.
Gaara
Pero también para ver a Naruto.
El subtexto en las palabras de Gaara no pasó desapercibido para Sasuke. Había algo en su tono, algo que encendió una pequeña chispa de irritación en el Uchiha, aunque no lo dejó ver. Simplemente asintió, pero Naruto, quien rara vez captaba las tensiones sociales, no notó nada extraño.
Naruto
¡Entonces! Supongo que deberíamos irnos, ¿no, Sasuke?
Gaara
Quizás después de la reunión podríamos pasar un tiempo juntos. Hace mucho que no hablamos con calma.
Naruto
¡Por supuesto, Gaara! Me encantaría.
Sasuke frunció el ceño apenas perceptiblemente ante la familiaridad entre los dos, pero no dijo nada. El Uchiha no era del tipo que expresara sus emociones de forma abierta, pero no podía ignorar la forma en que Gaara miraba a Naruto.
Sasuke
Ya vámonos, Naruto.
Naruto
Si… hasta luego Gaara.
Mientras Naruto y Sasuke salían del restaurante, el Kazekage se quedó en su asiento, mirando hacia la puerta. Por dentro, sabía que sus sentimientos hacia Naruto se volvían más difíciles de ocultar. Y aunque Sasuke no había dicho nada, ambos sabían que el regreso de Sasuke complicaba las cosas. Para Gaara, el reto no era solo estar cerca de Naruto, sino enfrentarse a la presencia de alguien que también tenía un lugar importante en su vida.
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