Familia Messina Guzmán

Mía

Cuando el avión por fin toca tierra, soy la primera en salir disparada. Necesito mantenerme alejada del señor mal humor. Creo que no le gustó mi respuesta y se ha comportado peor que un niño pequeño al que le quitan su juguete favorito.

Hombres.

–¡Tío! –saludo sorprendida a mi tío, quién está esperándome con sus brazos abiertos en la pista al lado del avión.

Corro hacia él como si todavía fuera una niña.

–¿Cómo estás, pequeña patea traseros? –pregunta cuando estoy en sus brazos.

Sonrío. Siempre me ha llamado así. Dice que me gané ese título desde que era una bebé porque pude dar vuelta al cascarrabias de mi papá. Sus palabras, no las mías.

–Bien. ¿Mi tía?, ¿los gemelos?

–En la hacienda –responde.

Escucho un gruñido a mi espalda y tengo que alejarme de mi tío y comportarme como una mujer de negocios.

–Tío Dante, te presento al Capo de Bratva, el señor Alek Ivanov. Señor Ivanov, le presento a Dante Messina.

Ambos hombres se miran y se miden como solo los hombres saben hacerlo, antes de saludarse con un apretón de manos.

–He escuchado interesantes cosas del nuevo Capo de la Bratva –empieza mi tío con cuidado.

–No deberías creer todo lo que escuchas –responde Alek de forma poco conciliadora mirando la mano de mi tío, que sigue en mi espalda–. Podrías perder tu lengua o tu mano –agrega y yo jadeo.

–Alek… –empiezo, pero mi tío Dante ríe, sorprendiéndome.

–Entonces lo que he escuchado es verdad –resuelve mi tío antes de dejar un beso en la cima de mi cabeza–. La Van nos está esperando. Y para dejar algo claro, Mía es mi sobrina –agrega divertido–. No soy una competencia para ti.

Siento como mi piel se calienta.

–Lo veremos –masculla Alek, avergonzándome más.

–Te encontraste uno parecido al cascarrabias de tu papá. Veo que tienes el mismo gusto de Sofi, cosa que nunca entenderé –dice divertido antes de dirigir el camino hacia la Van.

Trágame tierra. Por favor.

Alek toma mi brazo y me acerca a su cuerpo.

–Mantente alejada de ese hombre. No confío en él –exige.

Arranco mi brazo de su agarre en un rápido movimiento.

–Si no quieres perder tu mano, Ivanov, te aconsejaría que no me vuelvas a jalar así. Y ese hombre es mi tío.

–Es hombre –replica molesto antes de subir a la Van.

Miro por la ventana mientras mi tío habla con mi tío Stefano por teléfono. La tensión se puede cortar con un cuchillo. Él único que luce divertido es mi tío, quien por supuesto tiene un humor bastante extraño. Todo le causa gracia.

Mientras avanzamos no puedo evitar pensar en el agradable episodio que ocurrió en el baño. Hacia años que no me corría de esa manera.

Miro a Alek, quien sigue con cara de pocos amigos y niego con mi cabeza, molesta. Las relaciones definitivamente no son lo mío. Le ofrezco al hombre sexo sin compromiso y me lo tira a la cara.

Idiota.

No le ofrecería ese trato a cualquiera.

–Mía. Stefano quiere hablar contigo –dice mi tío.

–Hola, tío.

–Hola, pequeña. Estamos haciendo auditorías en todas las empresas que puedan relacionar con ustedes. Auditores externos. Queremos ver si son capaces de encontrar algo que nosotros no. Si lo hacen, lo solucionaremos de inmediato.

–Gracias, tío. Leo ya debe estar siendo investigado por los republicanos y los periodistas.

–Lo está –confirma–. Tengo todo bajo control –agrega y me relajo de inmediato–. La noticia de su compromiso tiene a los periodistas buscando información sobre su vida personal y la de Gabby.

–Mierda.

–Exacto –devuelve–. Ya saben lo de su mamá.

–Tendré que advertirle a Leo.

–Ya lo hice –dice.

–¿Saben cómo murió su papá? –pregunto preocupada.

–No. Hasta ahora solo saben lo que queremos que sepan.

–Debemos tener cuidado. Si siguen escarbando pueden encontrar la verdadera razón de la muerte de su papá. Gabby no lo soportaría.

Mi tío suspira.

–Le dije a tu hermano que le dijera la verdad a Gabby, pero en pocas palabras me mandó a la mierda.

–Suena como mi hermano.

–Habla con él. Tenemos que evitar hacer un daño mayor –pide.

–Cuando vuelva lo haré. Saludos a mi tía y a los chicos.

–Así lo haré. Cuídate, pequeña –ordena antes de cortar.

Le entrego el teléfono a mi tío y me sonríe.

–Lo solucionaremos, pequeña patea traseros –jura.

Asiento sin evitar preocuparme. Leo tiene sus motivos para ocultarle la verdad a Gabby, pero creo que debería replantearse la situación nuevamente.

El auto disminuye su velocidad cuando entramos a la hacienda. Abro la ventana y respiro el aire puro. Amo este lugar.

En cuanto el auto se detiene bajo y camino hacia la entrada donde está mi tía Fran.

Nos saludamos con un gran abrazo. Hace meses que no los veía. Detrás de ella aparecen Nico y Massimo, los cuales me levantan en un enorme abrazo de oso, cada uno a su particular manera.

–Maldita sea, están cada día más guapos –les digo.

Se parecen mucho a mi tío. Ambos tienen veinticuatro años y se mantienen solteros. Les encanta hacer sufrir a la población femenina.

–Genética y disciplina –responden al mismo tiempo, como suelen hacerlo.

–Dejen de hacer sufrir a las pobres mujeres –devuelvo divertida.

Massimo pasa su brazo sobre mis hombros. –Mi corazón ya tiene dueño –coquetea con una media sonrisa, como siempre lo hace.

–Es prácticamente nuestra prima. Eres asqueroso –lo molesta Nico.

–Pero no compartimos sangre –replica Massimo.

–Si sangre es lo que quieres, lo podemos solucionar rápidamente –gruñe Alek a nuestras espaldas.

Mi tía levanta su cabeza, como toda madre leona.

–¿Es esa una amenaza? –pregunta en un siseo.

–Más bien una advertencia –devuelve Alek, sin inmutarse.

Es la única persona a la cual no le tiemblan las piernas ante la gran Francisca Guzmán.

–Calma –pide mi tío–. Nuestra patea traseros ya está tomada, chicos.

–¡No lo estoy! –digo indignada.

–Si tú lo dices –devuelve mi tío–. Vayan a descansar y a refrescarse. Pronto saldremos a las cocinerías. Y ustedes, deberían estar trabajando –agrega mi tío mirando a los gemelos.

–Vamos saliendo. Nos vemos más tarde, Mía –dice Nico.

–Nos vemos, preciosa –dice Massimo antes de subirse al enorme Jeep y salir pitando.

–Sus habitaciones ya están listas, pero imagino que compartirán una –empieza a decir mi tía, confundida.

–No –respondemos Alek y yo al mismo tiempo, haciendo reír a mi tío.

–Tendremos un interesante día por delante, lobezna –le dice a mi tía antes de besarla–. Nos vemos en una hora.

Aparece una empleada, quien toma nuestras cosas y nos pide que la sigamos.

Mientras sigo sus pasos lo único que pido es que este día se acabe lo más rápido posible.

Más populares

Comments

Genny Yuliet Ruedas Jaimes

Genny Yuliet Ruedas Jaimes

Quedé con la duda, como murió el papá de Gabby

2024-06-01

1

Yanet Cristina Vilugron Salazar

Yanet Cristina Vilugron Salazar

pendejo esta enamorado y no lo quiere reconocer

2024-05-06

1

Sami

Sami

🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣

2024-04-24

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play