Días difíciles...

(Mar)

Hasta cuando Anzi, dime hasta cuando tendré estas malditas pesadillas y dime hasta cuando mi cuerpo se acostumbrará a estar sin droga.

Oh será que me quedaré para siempre con esta ansiedad, será que cada noche de mi vida vendrá ese terror nocturno, yo te juro que intento tranquilizarme Anzi, pero no puedo.—Estoy llorando imparablemente, después de otra terrible pesadilla, y es que cualquier me puede decir que pase la página, que la arranque como me dice Anzi, pero no es fácil hacerlo, no después de tanto tiempo son 5 años de abusos sexuales, físicos, emocionales, hicieron estragos en mi vida y quebraron mi alma en pedacitos y ahora no sé cómo reconstruirme.

—Ven Mar, ven vámonos a la plaza, vamos ven.—Veo como Anzi agarra la guitarra, se la coloca en la espalda en una mano lleva mi violín y con la otra mano me jala.

Yo voy llorando, mis lágrimas no cesan y es que desde que llegamos a Guatemala hace 15 días, los deseos de consumir han sido mucho más fuertes.

El síndrome de abstinencia, me está desquebrajando, si al caso puedo dormir 3 o 4 horas, después paso velando, y a esto se suma, las náuseas, los vómitos y estos temblores en mi cuerpo que no soporto más.

—Anzi no puedo—Le digo a la Pelinegra; pero Ella me jala y empieza a caminar más rápido.

Ya descubrió el medicamento, que realmente yo necesito.

Es la musica y ella me esta dando la dosis diaria, me está cuidando como jamás pensé que alguien lo hiciera.

Pero cabe mencionar que antes de descubrir, que la música es mi mejor terapia, buscó ayuda médica.

Con el poco dinero que traía pago un cuarto en una bonita casa de hospedaje, a dos cuadras del parque Central de Guatemala y luego busco un consultorio médico, donde me recetaron medicamentos, vitaminas y suero intravenoso, también, le pago a una licenciada en enfermería, para cumplir con el tratamiento por 7 días, y así gasto, todo lo que le dieron por sus anillos de boda.

Eso me ha ayudado mucho, pero 5 años de consumo diario, que han dejado muy dañado mi cuerpo y aun más mi mente, la ansiedad por consumir aún no ha desaparecido.

Solo hay algo que calma esta ansiedad y es tocar el violín...

Si, es por eso que me lleva jalada, vamos a la plaza, ya hemos ido por más de 10 días consecutivos.

El primer día la gente no se detuvo a escucharnos, regresamos al hospedaje, un poco tristes y con las manos vacías.

Pero al siguiente día fue mágico.

Llegamos a la plaza, yo iba creyendo morirme de un ataque de panico, casi obligada a caminar; pero Anzi saco su guitarra, dejo el estuche abierto, y me dijo que sacara el violín; ella empezó a tocar, yo solo estaba ayendo la música que los dedos mágicos de Anzi pueden hacer.

De repente un impulso dentro de mí, me hizo colocar el instrumento, sobre mi hombro, recoste mi rostro en el y sentí que fue como una caricia en mi piel, suspiré profundo y mis manos empezaron a moverse, me uní a su canción, ya me la había enseñado antes, pero no pensé que esa interpretariamos, en la plaza.

"La lambada"

Yo empecé a moverme a dar vueltas y a hacer algunas piruetas tocando el violín, fue mágico, oir el compás de la guitarra con las notas del violín que casi dice las palabras; fue mágico moverme por el lugar, bailando con tanta libertad; fue mágico olvidar el ataque de pánico que me estaba atormentando.

Cuando terminamos esa canción, yo estaba sudando, pero ya no era por el efecto de la abstinencia de droga, era por haber bailado en la plaza, frente a mucha gente, todos se veían perplejos antes mis movimientos y fascinados, con el sonido de mi violín, al termino de la canción empezaron a aplaudir sorprendidos.

Al ver la reacción del público Anzi empieza a sonar la siguiente canción y cuando finalizamos vimos el estuche de la guitarra y dentro tenía monedas y billetes.

Así empezamos... ahora es el decimo día; pero igual que ese segundo dia voy con una terrible anciedad y sintiendo morirme.

Pero Anzi descubrio, mi calmante especializado y cuando me ve anciosa lo que hace es, darme el violín y enseñarme más, de todo lo que sabe o llevarme a rastras a la plaza. Si, es la musica, la maravillosa musica que yo misma puedo hacer, la maravillosa musica que me hace olvidar, y que me hace soñar con una vida diferente, y que me llena de tanta esperanza, que mi cuerpo empieza a bailar a sintonia.

Allí en ese momento, me olvido de todo, solo somos Anzi, los instrumentos y Yo...

Y aquí vamos de nuevo...

A hacer música, a olvidar, a soñar y a bailar... más que una terapia, es un momento de felicidad, esos momentos que nunca antes tuve...

Llegamos, sacamos los instrumentos, Anzi me ve, en sus ojos amorosos, puedo ver su deseo de verme salir de esta situación, de verme brillar...

Anzi es más que una Madre y digo eso, porque no sé cómo actúa una, Madre cuando realmente ama, Anzi es mi ángel.

Empezamos a tocar, la bella Pelinegra cuelga en cuello la guitarra, algo que no ha hecho ninguno de estos días, camina y se coloca a espalda mia y empieza a tocar y a girar junto conmigo.

"Ya te olvide" de Rocío Durcal.

Tocar la canción y movernos libre es sorprendente, Anzi es sorprendente.

Hay tanta gente viéndonos y regalándonos monedas y algunos cuantos billetes, pero la verdadera recompensa es esta tranquilidad y esta libertad que sentimos.

Estamos tan entregadas, a nuestra melodía y movimientos que no nos damos cuenta, de que un hombre joven, se inclina a tomar, nuestro dinero...

La gente empieza a gritarle a Él, y algunos a nosotros para que lo detengamos, pero interrumpir nuestra cancion, no vale la pena, Anzi y Yo seguimos en lo nuestro.

Al finalizar la canción, volteamos y tienen al pobre hombre, agarrado lo insultan y lo golpean.

Nos acercamos con Anzi y ella le habla al ratero.

—Hola, me llamo Anzi y ella es mi hija Mar. Tocamos nuestra música aquí en la plaza, porque necesitamos sobrevivir, como Tú, pero hemos tomado una decissión y es hacer algo dentro de lo correcto, sin dañar a alguien más y sin dañarnos a nosotras mismas.

Tú, puedes hacer lo mismo, si no tienes talento con la música, has malabares, limpia zapatos, vende rosas en los semáforos y si no quieres hacer nada de eso; pidele a alguien, pedir siempre será mejor que robar.—Anzi termina de hablarle al raterillo, luego se dirige a las personas y les dice...

Mar y Yo, estamos muy agradecidas por su generosidad, y queremos pedirles, que por hoy, dejen a este hombre, quizá tiene hambre como nosotras y por eso intento robar.

Por favor les pedimos que lo suelten y esperemos que algún día el pueda reflexionar y cambiar el rumbo de su vida.

Cuando Anzi termino de hablar, empezó a tocar en su guitarra, " fuiste Tú de Ricardo Arjona" y Yo a acompañarla.

Esa canción puso eufóricos a todos.

Al final, no me di cuenta que fue del ladronzuelo.

Lo que si me doy cuenta, es que mi Pelinegra, tiene sus preciosos ojos, en un hombre muy guapo, que está entre el gentío.

Es alto, piel blanca, pelo claro y unos ojos verdes de mirada profunda.

Él, está absorto, viendo a la Preciosa Pelinegra, sus miradas están a punto de hacer fuego en una plaza tan fria...

Al terminar esa canción, guardamos nuestros instrumentos, pero Anzi voltea con frecuencia, El hombre aun sigue fijo en Ella.

Empezamos a caminar, Anzi se ve nerviosa, voltea de nuevo, pero sigue caminando; hasta que oimos una voz grave detrás de nosotras...

Es el guapo y fornido hombre, nos dice, en un español casi inentendible.

—Por favor... Yo invito a cenar...

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