Un tesoro en la oscuridad

(Mar)

Mi cuerpo tiembla sí, tiembla por los efectos de la sustancia que me metí anoche y ahora por la mañana.

Ya no quiero ser esclava, ya no quiero ser adicta, ya no quiero ser abusada.

Yo quiero ser libre, libre de todas estas cadenas invisibles que me atan al sufrimiento; me atan al dolor, a la angustia.

Y es por eso que ya tomé la decisión de terminar con todo...

Terminaré con esto que para mi es una pesadilla, otras personas le llaman vida, pero yo no quiero esta vida.

No la quiero...

Por fin mi abuela se durmió, debo aprovechar...

Me levanto y salgo muy cuidadosamente, debo tener cuidado de no despertar a mi Abuela.

Ya logré salir de la casa de mi abuela, y voy directo a lo que para mí es lo más hermoso que mis ojos han contemplado; El Mar...

Si el mar es lo más bello, por eso quiero terminar con esta pesadilla dentro de él.

Por suerte, la casa de mi abuela está a solo 200 metros del precioso mar.

Camino por la playa y por primera vez siento dentro de mí una tranquilidad extraña, debe ser porque ya se acabará esta pesadilla.

Estoy decidida...es lo mejor.

Empiezo a caminar hacia el mar. Cuando Llego a la orilla siento el agua tocar mis pies, un suspiro sale de mí.

Antes de seguir volteo hacia atrás y veo el lugar donde Rodrigo y Yo nos sentábamos a ver el mar.

Él me decía que el mar era lo segundo más bello que existe, lo primero más bello soy yo...

Siiii eso me decía Rodrigo, mi Rodrigo, donde estarás Rodrigo.

Sabes, Rodrigo yo también pienso igual que tú, Él mar es lo segundo más bello que existe; lo primero eres tú y ojalá que tú si vivas por muchos años y seas el hombre más feliz del mundo...

Continuo mi camino, hacia el mar, pensando el Rodrigo en lo bello que era y aunque tenemos un poco más de 5 años de no vernos, lo extraño mucho...

Después de varios pasos caminando mar adentro algo se me enreda en uno de mis pies, me sumerjo para saber que es lo que se enredó y al hacer eso me recuerdo, lo feliz que éramos Rodrigo y Yo buscando tesoros, si hacíamos eso casi todos los días por la tarde; encontrabamos muchas cosas a veces eran presiosos caracoles, monedas, piedras de colores lindos y en algunas raras ocasiones, joyas del mar o de metales preciosos, recuerdo la alegría que sentíamos al encontrar algo y Rodrigo siempre me daba lo más bonito a mi. cuando ya tengo en mis manos el objeto me doy cuenta que es como una pulsera. Si es una artesanal.

Aunque no puedo verla muy bien sé que es de hilo de seda de algún color oscuro y que en el centro tiene tres bolitas, las toco y sé que esta pulsera debe ser muy linda, lástima que no la puedo ver muy bien por la oscuridad de la noche.

Aun a oscuras me pongo la pulsera, pues de esas que son fáciles de ponerse; toco con mi otra mano las pequeñas bolitas que tiene y me da curiosidad de saber como son.

Es entonses cuando...

Me llega un pensamiento, y pensar en eso me da demasiada intranquilidad porque no quiero despertar en la mañana y necesitar una dosis para que mi cuerpo no colapse desesperado por la adicción.

Pero tengo mucha curiosidad por ver como es el tesoro que me encontré, así que decido posponer mi plan.

Si, posponer el fin de mi pesadilla para mañana, en fin otro día más, que malo puede pasarme que no me haya sucedido ya; lo que fuera raro es que me pasara algo bueno, pero eso sería un imposible...

Pospondre el despertar para mañana, por que antes tengo que ver el tesoro que encontré, y también tengo que recordar a mi persona favorita, aunque el se haya olvidado de mi Yo jamás lo olvidaré. Rodrigo, mi Rodrigo...

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