Estúpido, era la única palabra que se repetía en la cabeza de Ellie al ver a ese hombre con la cabeza de su caballo en sus manos. ¿Quién se creía que era?
Controlando sus emociones, que eran tan explosivas como la inminente luna llena, Ellie se movió con agilidad felina. Saltó y se colocó detrás de él, arrancándole la capa con eficacia. Ojos dorados como el oro y cabello blanco, un rostro joven que no esperaba la tormenta que se avecinaba.
La armadura dorada del joven brillaba débilmente, un emisario del emperador. Maldición, no podía matarlo. El chico se quedó mudo ante los movimientos ágiles y perfectamente calculados de Ellie, su sudor frío era testimonio de su miedo.
"Umbrae," susurró Ellie.
El callejón se sumió en una oscuridad impenetrable, y el caballero dorado perdió toda orientación. "¿Qué tengo tuyo?" preguntó, contrastando con la risa burlona de Ellie que resonaba en la oscuridad.
La navaja de Ellie y la espada del caballero chocaban en una danza mortal. "¿Eso es todo lo que tienes?" bufó Ellie, lanzando un ataque que el caballero apenas desvió. Se estaba aburriendo.
"Rogarás por tu vida," gruñó el caballero, su respiración pesada formando nubes en la noche.
Pero un tropiezo, una raíz traicionera, y Ellie no perdió la oportunidad. Con un giro ágil, desarmó al caballero y puso la punta de su navaja en su garganta. "Ruego por la tuya," murmuró, su aliento mezclándose con el del caballero en la fría noche.
Ellie tomó su cabeza y lo golpeó fuerte contra el suelo, provocando que el caballero se quedara inconsciente. Robó la placa del joven como muestra de su hazaña, su padre estaría orgulloso de ella.
“Vesta, revivesco”. El caballo de Ellie regreso de inmediato a ponerse de pie y su cabeza regresó a su lugar dando como respuesta un relincho de este.
En un chasquido de dedos todo volvió a la normalidad y la rubia regresó al archiducado, justo a tiempo. Su padre estaba en su despacho así que subió hasta este, encontrándolo fumando.
“Pensé que lo habías dejado, padre” La mirada de desaprobación de Ellie no pasó desapercibida por Dietrich, el se acercó a ella para tomarla del cuello quemando la pálida piel del hombro de Ellie con el cigarro qué anteriormente estaba fumando.
Los ojos de Ellie estaban puestos en los de su padre, se estaban desafiando; siempre sucedía esto cuando Ellie lo regañaba. La mente del archiduque no estaba clara, solo una cosa pasaba por su mente y era que su hija todavía no era perfecta.
“¿Al menos trajiste la mierda qué te pedí?”. Ellie apartó la mirada de su padre, sus ojos picaban, pero debía ignorar cualquier sentimiento de debilidad qué se hiciera presente en su corazón porque si no, dejaría de ser útil.
Ellie sostuvo la placa del joven, sintiendo el peso de su victoria y el precio de la misma. "Sí, padre," respondió con voz firme, ocultando el temblor interno que la consumía. "La mina es nuestra."
Dietrich asintió, una sonrisa satisfecha asomando en su rostro endurecido por años de ambición y poder. "Bien," dijo, soltando el cuello de Ellie. "Entonces, prepárate. La guerra se acerca, y necesitamos cada ventaja posible."
Ellie sabía que la batalla que se avecinaba sería diferente a cualquier otra que hubiera enfrentado. No solo contra enemigos externos, sino también contra las sombras que acechaban en su propio hogar. Pero estaba decidida a enfrentarlas todas, por el archiducado, por su padre.
Salió del despacho de su padre sintiendo su corazón y su mente fuera de control, necesitaba dormir. Tocó su cuello sintiéndose fuera de sí misma, es como si su cuerpo no fuera suyo, solo era un recipiente que esperaba ser llenado.
Fue hasta su habitación arrastrando, cerrando la puerta y tirándose al suelo, ¿Su padre no estaba orgulloso de ella? ¿Ya no la quería?. Las lágrimas nuevamente empezaron a asomarse en sus ojos, cada vez la habitación se volvía más oscura.
«Ellie, Ellie» «¿Ha vuelto?» «Nosotros te protegemos» «No temas». Las voces, las voces de nuevo estaban buscándola, debía escapar, debía huir.
¿Por qué no podía correr? Su cuerpo no respondía a su llamado ¿por qué? ¡PAPÁ, AYÚDAME! Su voz no salía, su garganta estaba cerrada, estaba perdiendo el control.
“¡PAPÁ!” Gritó Ellie con todas sus fuerzas, desgarrando su garganta. Pero nadie nunca llegó, las voces la consolaban mientras ella esperaba a su padre.
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Comments
Rosma Rivera
yo así 😲
2025-03-05
0
Alex
Wow!! Qué clase de magia tiene que puede revivir a su caballo???
2024-08-31
1
Lu D
¿Enserio la quemó con un cigarro?
Que poca😑
2024-03-15
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