capitulo 19

Ese mismo día Becca fue llevada por sus padres a su lujosa residencia, y así como lo dijo su madre no contaban con sirvientes, solo la nana, una anciana que vio desde niña a la señora Lara, y que ahora asiste a las dos damas de la casa

- Bienvenidos, prepare una sopa de verduras para la señorita Becca, pero alcanza para todos, quieren que prepare la mesa? -

El padre no dijo palabra alguna y subió a su recámara

- Gracias nana, que le parece si comemos las tres juntas en la cocina - responde Lara con cariño - te parece bien hija? -

Becca estaba sorprendida, la madre realmente parece una buena persona

- Si, por mí está bien -

Estando en la pequeña mesa de la cocina, la madre cuenta a su nana todo lo vivido en el hospital, ahí se confirma las sospechas de Becca, Lara es una buena mujer que se nota que ama a su nana como una madre

- Que difícil, lo bueno que ya están aquí - palmea la mano de Lara - entonces no recuerdas nada? - se dirige a Becca

- Nada nana, ni siquiera recuerdo tu nombre -

Con una tierna sonrisa le responde - mí nombre es Ana, Ana Sotomayor, pero siempre me has llamado nana, de hecho, creo que es la primera vez que preguntas mi nombre -

- Que pena -

- Te ves diferente -

- Verdad que sí nana, yo lo noté desde que despertó, tal parece que este incidente le ayudo a madurar - dice feliz la madre

- Si y me alegro, estás a punto de casarte y convertirte en la esposa del señor Black, debes estar a su altura -

El comentario molestó mucho a Alma, pero trata de comprender, está niña ha hecho su antojo toda la vida, es obvio que le tienen muy poca fe

Becca se levanta, toma su plato y lo coloca en el fregadero, al dar la vuelta mira como ambas mujeres la observan incrédulas, carraspea y les dice

- Gracias por la cena, deseo ir a descansar, mamá me acompañas a mi habitación? -

- Claro -

Estando en el cuarto Lara observa a su hija, Becca nerviosa camina y abre una puerta, agradece que es closet y busca ropa para dormir

- Están en el cajón -

- Oh claro -

- Es el de la izquierda -

- Si, sí. -

- Tú no eres Becca cierto? -

Alma se queda congelada, despacio se pone pie y da la vuelta

- Si no soy tu hija, entonces quién soy? -

- No lo sé, pero aunque no recuerdes nada de tu vida tus costumbres deberían ser las mismas, Becca jamás aceptaría comer en la cocina, nunca a recogido sus cubiertos y estoy segura que ni siquiera sabe dónde ponerlos al terminar, no te has quejado de nada desde que despertaste, y además, odia los vegetales-

- Tal vez...

- No hay un tal vez, ahora dime, quién eres? -

Se queda en silencio, no sabe si es prudente decir la verdad, aún no conoce realmente quienes son estas personas

Con un gran suspiro Lara se acerca y la abraza - mi hija ya no está, de eso estoy segura, pero me alegra mucho ver su rostro con vida, es mi niña, mi más grande tesoro y la amo - Alma siente las lágrimas mojando su hombro, así que corresponde el abrazo, su corazón se comprime, ella también sabe el dolor de perder a un hijo - esta es tu casa, yo soy tu madre y te apoyaré siempre, lo prometo - al separarse se miran a los ojos - en el momento que estés lista hablaremos, sin mentiras, sin reclamos ni prejuicios - Alma asiente - la otra puerta es el baño, te dejo para que descanses - besa su frente y sale del cuarto

De inmediato se sienta en la cama, mira sus manos que son tan diferentes a las de ella, el dolor en su corazón se agranda, sabía que alguien se daría cuenta que Becca ya no está, más, sin embargo, jamás pensó que pasaría tan rápido

"No puedes engañar a una madre", la frase se repetía varias veces en su cabeza, ella era el más grande ejemplo, reconoció a su hijo en otro cuerpo y con 20 años de diferencia

- Ayudaré a tu madre - decía mientras se miraba en el espejo después de cambiarse - la ayudaré para que sea feliz, se merece ser felíz - y con esa idea se va a la cama y se queda dormida

- Alma... Alma... Alma...

Una muy suave y molesta voz le llega a sus oídos

- Alma... Alma...

- Qué? - pregunta molesta

- Alma... Alma...

- Con un demonio - se levanta adormilada sintiendo patitas corriendo por su brazo, mueve la cabeza para ver qué es lo que le molesta y... - 🪳 CUCARACHA!!! - se levanta de un brinco sacudiendo sus brazos, al ver que el insecto cae toma una pantufla, mientras la mueve en el aire vuelve a escuchar la voz

- Soy Esteban!!! -

PLASH***

- Esteban??? - levanta la pantufla viendo el cuerpo terminando de convulsionar y con toda la pulpa desparramada - espero que haya sido un sueño -

Apenas está amaneciendo, pero como ya está de pie, Alma decide darse un baño y bajar para seguir viendo la casa. Al estar en el primer piso observa una puerta abierta, por curiosidad se asoma dándose cuenta que es un despacho, detrás del escritorio se encuentra el señor Óscar sentado, recostando la parte superior de su cuerpo en la mesa, en su mano derecha aún sostiene un vaso con whisky y a su lado dos botellas vacías

- Fue una buena noche - dice sarcástica acercándose a él, lo mueve suavemente - padre, padre - era como mover un muerto - padre!!, padre!! - lo mueve más fuerte - SEÑOR ÓSCAR!! - le grita y zarandea

- Le pagaré, le pagaré - se endereza aún con los ojos cerrados

Alma mueve la cabeza negando - padre, es mejor que vaya a la habitación -

- Becca? - la mira, sus ojos aún desorbitados y rojos - no estás muerta verdad? -

Alma pone los ojos en blanco - no padre, estoy aquí contigo -

- Becca - se levanta y la toma de los hombros - te casarás con Terrence Black, te casarás y él me ayudará a salir de estas deudas, le debo dinero a Sotomayor, mucho dinero, si no le pago se cobrará con mis órganos, pero tú - le toca la nariz - tú, mi hija, me salvarás, me salvarás Becca - se ladea, Alma lo toma con fuerza, pasa el brazo del señor por sus hombros - me salvarás - con esfuerzo lo lleva a la parte de arriba mientras el seguía repitiendo lo mismo

- Cuál es tu cuarto? - decía Alma ya sin aire

- El otro que no es de tu mamá - decía el padre arrastrando las palabras - tu mamá ya no quiere dormir conmigo por obligarte a casarte, pero no sabe que tú me salvarás -

- Y dale con lo mismo, solo dime a dónde te llevo o te suelto aquí - apunta a una puerta, con dificultad la abre y se acercan a la cama, con un último esfuerzo lo arroja - valla que eres pesado - con las manos sobre sus rodillas toma aire, observa como se queda dormido así como cayó sobre la cama - realmente estás jodido Óscar Keller- Alma sigue negando mientras sale y lo deja ahí...

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