capitulo 8

Los días siguieron pasando de forma normal, ahora Alma estaba más preocupada por la situación de su hijo, Esteban como siempre la visitaba los días en que ella estaba más deprimida, en una ocasión ella no quiso salir de su cuarto

- Estás segura de quedarte aquí? - preguntó Esteban preocupado, Alma seguía en la cama, cubierta por completo con la manta

- Sí, hoy solo quiero quedarme en la cama-

Con un gran suspiro se sentó en la orilla - sabes que diariamente llegan niños que se sienten solos los primeros días - Alma estaba quieta - tu misma has visto que muchos llegan demasiado tristes - ahora baja la manta dejando salir su cabeza - no te pido que salgas, si es tu decisión quedarte lo respetaré, pero...

- Pero? -

- Eres increíble, has ayudado a muchos que ahora disfrutan plenamente estar aquí -

- Siempre he pensado que los niños son ángeles en la tierra, me esforzaba en mi trabajo para regresar ese encanto que les fue robado, hay mucha gente que los trata de forma cruel -

- Y muchos llegan aquí por ese motivo -

- Lo sé - se quedó pensativa - ok dame unos minutos y vamos a verlos - Esteban asiente feliz

Mientras caminan Alma iba pensativa

- Estás bien?, hay algo en lo que te pueda ayudar? -

- Esteban, ha pasado más de un año, me preguntaba, por qué sigues a mi lado?, hasta ahora no he visto a alguien más con su guía? -

- Bueno, digamos que soy algo nuevo en esto - Alma lo mira sorprendida - eres la segunda persona de la que soy guía, la primera no me necesitó más que por dos días -

- Y te sientes responsable de mí? -

- Soy responsable de que estés por completo feliz aquí, y hasta ahora no he visto que lo seas -

- Lo siento, he ocupado tu tiempo -

- No tienes por qué sentirte mal, la verdad es muy emocionante estar contigo, he aprendido un sin fin de cosas, como te digo eres la segunda a la que ayudo y estar a tu lado no es para nada aburrido, además eres muy buena compañía -

- Gracias, también me alegra que sigas a mi lado, no sé que haría sola - los dos se miran y sonríen, llegan a su destino, Alma le pidió quedarse, Esteban gustoso ayudó en lo que le pedía

Desde ese día Alma no volvió a sentirse deprimida, seguía preocupada por su hijo, pero sabía que en algún momento le darían la respuesta para poder saber de él, en ocasiones no veía a Esteban por días, después él la visitaba y ella pedía le acompañará a diversas actividades, una muy buena amistad se estaba forjando entre ellos

- Buenos días, Alma -

- Oh Esteban que alegría verte, buenos días - Alma estaba terminando de arreglarse

- Ha llegado alguien y pidió verte -

- A si?, y quién es? -

- Vamos y tu misma lo verás -

Salieron de su habitación, caminaron en el mismo lugar hasta dar con otra puerta, tocaron, después de escuchar el pase, Esteban abrió para que ella entrara primero

- Mi niña!! - grito una anciana feliz

- Abuela? -

- Si Alma ya llegué -

- Oh abuela - corrió y la abrazó, lloraron juntas un buen rato, la anciana consoló a su nieta quien lloraba con mucho sentimiento - que gusto verte - le decía mientras limpiaba su rostro

- Lo mismo digo, dime como te ha ido aquí? -

Alma aprovechó y contó todo a su abuela, sacó toda la preocupación que acongoja su corazón

- Oh mi niña lo siento tanto, pero es increíble siquiera pensar en que César sea hijo… de él -

- Lo sé abuela, créeme que yo sigo sin lograr asimilarlo -

Su abuela la toma de las manos, le dedica esa mirada dónde le hace saber que todo estará bien

- Mi niña, tu preocupación es comprensible, pero conoces a tu hijo, es un niño con una gran determinación - con pose pensativa dice - ahora entiendo de dónde sacó ese carácter - Alma sonríe - en fin, lo que pretendo decirte es que a pesar de su rebeldía es un buen niño, todas sus acciones tenían un porqué, si, su carácter era fuerte, pero siempre había un motivo para cada una de sus acciones, no debes estar tan preocupada, estoy segura de que allá donde está tiene todo de cabeza a su conveniencia -

- Gracias abuela, necesitaba tus palabras -

- De nada mi niña, ahora dime, qué tal son las cosas por acá? -

- Primero cuéntame sobre mis padres -

El tiempo se les fue volando y aun así no terminaron de ponerse al dia, Alma regreso a su habitación mucho mejor, hablar con su abuela siempre ha sido bueno, ella siempre fue sincera, y escucharla decir que su hijo estará bien le levantó el ánimo.

Desde ese día se veían seguido, Alma le mostró sus actividades y la guardería, aunque eso de los niños ya tenía cansada a la abuela, le prometió ayudar de vez en cuando. Un día mientras paseaban se toparon con un señor de gran porte, él bajo su sombrero para saludarles, y cuando la mirada de la abuela se topó con la del él...

- Marcos? - dijo la abuela

- Eunice? - responde el señor

- Abuelo?! - casi grita Alma

- Que sorpresa!! - dice él un poco apenado

- Sí que es sorpresa, la verdad jamás pensé que te vería aquí, estaba segura de que irías directo al infierno - le dice la abuela cruzada de brazos y ceño molesto

Alma decidió darse la vuelta y dejarnos hablar, después de caminar un poco se topó con Esteban

- Hola, estás ocupado? -

- Ya no - responde con su típica sonrisa - a dónde vas? -

- Al comedor, me acompañas? -

En la mesa, Alma le contó el incidente

- Entonces él es tu abuelo -

- Así es, la abuela y él se separaron poco después de haber adoptado a César, cuando se dio cuenta de que él tenía otra esposa y otra familia, yo la vi llorando mucho tiempo por eso -

- Bueno, no conocemos toda la historia, debió ser muy duro para tu abuela, pero supongo que no dejó aclarar las cosas a tu abuelo -

- La verdad no lo hizo, espero que ahora sí puedan hablarlo -

Terminó el día, al irse hacia su habitación decidió ir a ver cómo estaba su abuela, entró sin tocar la puerta y grande fue su sorpresa...

Su abuelo besaba de forma intensa a la abuela que ya estaba en el rostro rojo, al verla parada en la puerta con la boca abierta ambos se sonrojaron más

- Tu abuelo y yo ya aclaramos nuestras diferencias - decía apenada

- Ya lo vi - decía Alma aún sorprendida, carraspeó y continúo - venía a desearte buenas noches, pero parece que lo de bueno apenas comienza - les dijo con una sonrisa - has luego - se dio la vuelta, y antes de salir voltea a verlos - me alegra verte abuelo -

- A mi también hija - antes de cerrar por completo observa como se abrazan, ambos tienen una sonrisa y una mirada por completo enamorada

- Me perdí de muchas cosas - se decía a sí misma mientras caminaba de nuevo a su habitación - me hubiera encantado encontrar el amor como ellos, como mis padres - suspirando fuerte entró, se tumbo en la cama y cerró sus ojos...

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