capitulo 11

El rostro de Alma y Esteban era un poema

- Bienvenidos a nuestro reino - decía la misma chica con una gran sonrisa - no se sientan intimidados, preparamos una gran bienvenida, mi nombre es Mazikeen -

- Gracias, yo soy Alma - Esteban volteó a verla, estaba a su lado, entonces a quién estaba cuidando?, giró su cabeza observando a quién estaba a su espalda, una chica de la misma estatura de Alma le sonrió, mostró una desfigurada dentadura de un extraño color, se movió dando un paso y quedando a lado de Alma - y el es Esteban - se giró de nuevo para ver a la anfitriona, con su cálida sonrisa ligeramente nerviosa se presentó

- Soy Esteban, mucho gusto -

- Hay que lindo - le responde - pueden llamarme Mazi, los llevaré a sus habitaciones -

La chica comenzó a caminar, ellos la siguieron viendo por completo la espalda desnuda de Mazi, el pequeño pedazo de tela que usaba de vestido dejaba ver el inicio de su trasero, era una situación incómoda, sobre todo porque detrás de ellos unas cuatro personas también los seguían. En el camino observaban todo, era una especie de oficinas donde detrás de cada puerta se escuchan sollozos, cuando pasaron por una, un grito desgarrador los hizo saltar, Alma tomó el brazo de Esteban, Mazi los observó de reojo y sonrió

- No se preocupen, las almas recién llegadas son recibidas aquí, están en proceso de adaptación - atravesaron una puerta donde el silencio reinaba, ahora estaban en una lujosa residencia, caminaron por lo que sería un recibidor, después una hermosa y amplia sala de dónde comenzaban un par de escaleras a cada lado, subieron por la escalera de la derecha hasta el segundo piso donde se veían varias puertas muy elegantes

- Aquí será tu habitación - dijo mirando a Esteban, era la segunda puerta que veían. Mazi la abrió dejando ver una lujosa y muy cómoda cama, además de escritorio y sillones, todo en color negro - espero sea de tu agrado -

- Por supuesto, gracias - respondió asombrado

- Bien te dejo para que descanses - volteó a ver a Alma - tu habitación será la siguiente - caminaron hacia la siguiente puerta, al abrirla se vio exactamente lo mismo que la anterior, solo que todo era de colores pastel - nos dijeron que serían un hombre y una mujer, yo misma me encargué de la decoración, espero sea de tu agrado -

- Es hermosa, gracias - respondió con una sonrisa, Mazi ensanchó más la suya y de improvisto saltó y abrazó a Alma, dejo un beso en la mejilla y dio pequeños saltitos

- Me encantan, ustedes son tan diferentes a la gente de aquí, no hay duda que nos llevaremos muy bien, te dejo para que descanses te llamaré más tarde para la cena, chaíto -

Al cerrar la puerta Alma se quedó recargada en ella

- Fue una buena impresión - exhaló fuerte - espero que todo siga igual de bien -

La tarde paso volando, Esteban y Alma descansaron en las cómodas camas, un sirviente les dijo que se preparan para la cena con ropas que había en los closets, dentro de media hora debían presentarse en el comedor. En el cuarto de Alma encontró un sin fin de vestidos, todos provocativos, tardó un poco en encontrar algo que fuera menos revelador, con el tiempo en contra se arregló lo mejor posible, al salir observó a Esteban, llevaba un atuendo de jeans rotos y polera ajustada en color negro, Alma se quedó con la boca abierta, realmente se veía muy bien

- Deja de mirarme así - reclamo Esteban - fue lo mejor que pude encontrar - él tampoco podía dejar de ver a Alma, con el vestido negro ajustado a su cuerpo solo pudo fruncir el ceño - tal parece que también escogieron tu atuendo - Alma solo asintió

- Síganme - era el mismo sirviente, obedientes hicieron lo pedido, al pasar por unas grandes puertas vieron un elegante salón donde tocaban música clásica, los músicos mostraban golpes y moretones en todo su cuerpo, incluso la mujer que tocaba el violín mostraba parte de su cabeza quemada, aún se podía ver cómo se caía parte de piel hecha ceniza

Asombrados siguieron, Esteban trago grueso y tomó la mano de Alma, ella presionó fuerte, al llegar al comedor la anfitriona ya estaba sentada, de inmediato vio las manos enlazadas y sonrió de lado

- Bienvenidos de nuevo - les dice con una sonrisa - tomen asiento, enseguida servirán la cena, Carmen - se dirige a una señora de servicio - sirvan el platillo especial a nuestros invitados -

- Gracias, pero no queremos nada especial, con gusto comeremos lo mismo que usted - Esteban habla mostrando su linda sonrisa

- O bueno, entonces hígado encebollado para los tres - Alma y Esteban asienten - crudo -

- Qué!! - grita Alma

- Así lo como yo - dice Mazi levantando los hombros

- Lo lamento no lo sabía, dice Esteban ya con el estómago revuelto - debí preguntar antes, pero...

- No comeremos nada crudo- cometa Alma - si no es molestia el platillo especial estará bien para nosotros -

- Como gusten - responde la anfitriona, enseguida sirvieron la comida, una crema de entrada, bistec con verduras y al final frutas de postre, todo acompañado con un exquisito vino tinto. Mientras comían Mazi preguntaba un sin fin de cosas sobre ellos, le llamaba la atención la vida de Alma, pero sobre todo la de Esteban, un ser casi angelical le es sumamente interesante.

- Pasemos al salón - dice emocionada Mazi - ahí continuamos charlando -

- Tal parece que siempre está alegre - le comenta Alma a Esteban en susurros, este solo afirma con la cabeza

- Chicos música alegre - se dirigió a la banda y estos cambiaron rápidamente de ritmo - vamos bailemos - toma a los dos de la mano y se dirigen al centro, la música era increíble, los cuerpos comenzaron a moverse casi por voluntad propia, por un momento se divirtieron. De repente el ritmo cambio, ahora sonaba música romántica, Mazi colocó a Esteban y Alma de frente, ella posó las manos en el cuello de él mientras él la tomaba por la cintura, no perdían contacto, sus miradas solo veían al otro

- No puede decirte que te ves hermosa - decía Esteban despacio

- Y tú te ves muy guapo, demasiado -

- Alma... -

- Si? -

- Yo... - Esteban se fue acercando de a poco al rostro de Alma - quiero... - sus labios estaban a solo un centímetro de tocarse, cuando Alma sintió el aliento de Esteban sobre ella sintió como se caía una venda de sus ojos, movió una mano y la puso sobre la boca de Esteban

- Mazi, MAZIII!!! - grito con todas sus fuerzas

- Apenas se estaba poniendo bueno esto - apareció detrás de ellos con una copa en la mano

- Que tenía la comida? - Alma preguntó molesta, aún tenía las manos de Esteban en su cintura y ella tapaba su boca

- La comida nada - respondió indiferente - el vino es de las reservas del tío Asmodeo, supongo que al ser del príncipe de la lujuria les afectó algo -

- Como pudiste - sigue reclamando

- Oh vamos, el angelito por fin iba a tener su primer beso, y a leguas se nota que a ti te falta una buena noche de sexo, ambos saldrían ganando -

Esteban quitó la mano de su boca, se puso por delante de Alma y apuntó con su dedo a Mazi - ni un día, ni un solo día y ya intentas jugar con nosotros -

Desafiante, Mazi caminó unos pasos, al tener el dedo de Esteban justo frente a su nariz le dijo - estás en el infierno, que esperabas? - ...

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