El encuentro

Chris como cualquier otro día de semana, estaba en la universidad junto a su mejor amiga Jules, una chica rubia bastante carismática. Se encontraban en el salón de clases viendo en la gran pantalla imágenes de distintas obras del arte asiático, porque esa era su materia electiva, historia del arte de Asia y el Medio Oriente. Las diapositivas pasaban rápido para Chris, la verdad ese día no estaba muy entusiasmado con la clase, estaba cansado porque no había podido dormir bien la niche anterior, y al menos era así hasta que el profesor se detuvo en una diapositiva que llamó su atención. Trataba de una imagen donde se podía apreciar un cuadro hecho con una técnica basada en la tinta china, la figura que mostraba parecía un tigre blanco con cuernos en su cabeza, este tigre parecía flotar sobre el cielo y Chris estaba pegado viendo esto como si se hubiera olvidado de todo lo demás en su entorno, no podía dejar de sentirse inmerso en la pintura como si deseara tocar directamente con sus manos a ese tigre que a pesar de tener un aspecto comúnmente feroz, si lo mirabas más, parecía que no disfrutaba su soledad.

Jules sacó a Chris de sus pensamientos, sacudiéndolo un poco.

-¿Estás bien? Parece que hubieras visto un fantasma.- Dijo Jules extrañada de ver a su amigo tan interesado en una obra.

-¿Ah? Sí, sí...- Dijo aún distraído y sin dejar de pensar en la pintura que acababa de ver.

-Llevas mirando ese cuadro no sé cuánto tiempo, la clase ya terminó.- Reclamó Jules, no entendía que tenía de interesante esa pintura, a ella le parecía igual que todas las que habían visto el resto de la clase

-¿En serio?- Dijo Chris, sorprendido, no se creía que llevase tanto tiempo ensimismado observando esa pintura, y tampoco entendía por qué le parecía tan fascinante y hermosa.

-Sí, y te dije que hoy iríamos a una cafetería superantigua que está cerca, cómo se llamaba... algo así como "La Vieille Époque".- Dijo ella, entrecerrando sus ojos pensativa, ya que no estaba segura de estar nombrando bien el lugar, pero lo había descubierto en redes sociales y quería conocerlo porque supuestamente era un pedacito de historia de la ciudad.

-Okay, okay... ya voy.- Suspiró Chris algo desaciudad, sin poder dejar de pensar en la pintura.

Ambos fueron a una pequeña cafetería en una zona comercial cerca de la universidad, a diferencia de los demás locales, esta cafetería mantenía una fachada que ya era considerada antigua y hacía un gran contraste con el entorno moderno.

Blaire estaba atendiendo ahí, aunque no había mucha clientela así que llamó fácilmente su atención escuchar la campana de la entrada sonar, ahí vio a dos personas entrar, pero él se quedó observando al chico pelirrojo, parecía que para él todo el mundo se hubiera detenido en cuanto lo vio. No sabía que tenía el pero verlo le generó un profundo sentimiento de tristeza y nostalgia, e hizo que el vacío que siempre había sentido se notara slgun más, su corazón parecía apretarse como si doliera.

Chris entró a la cafetería y cruzó miradas con quién parecía ser un trabajador de ahí. Se observaron unos segundos el uno al otro con fascinación como si estuvieran descubriendo algo nuevo y hermoso. Para Chris el aire que le daba Blaire era tan similar como el que la pintura del tigre le entregaba.

De pronto un compañero de trabajo de Blaire lo saca de sus pensamientos y le dice que se ponga a trabajar, a lo que este, avergonzado, sigue con su trabajo. Lo mismo sucedió para Chris, de nuevo Jules lo sacaba de su ensimismamiento.

-¿Qué te pasa? Estás raro.- Dijo ella con una pequeña sonrisa porque si había notado que su amigo estaba observando al trabajador de la cafetería.

-¿Qué? Nada... Sólo creí ver a alguien conocido.- Chris dijo algo molesto, de verdad no estaba de humor y no sabía realmente el porqué.

Chris se sentó junto a Jules en una pequeña mesita que daba al escaparate de la cafetería donde se podía apreciar la calle donde transitaban autos y gente.

-¿Te refieres a ese trabajador? Está guapo, entiendo por qué te quedaste mirándolo como idiota.- Jules rio, hace mucho no veía a su amigo interesado en alguien, de hecho él nunca había sido tan obvio antes.

Blaire se acerca a atender a la pareja de amigos, algo tímido por lo que acababa de pasar.

-Buenas tardes, soy Blaire y yo los atenderé hoy, ¿ya saben qué desean?-

-Claro que sí, mi amigo desea tu número de teléfono pero es muy tímido como para pedírtelo.-

-¿Ah?- El rostro de Bai se sonrojó al escuchar eso. -Tomaré sus órdenes, por favor.-

-Ay, dale tú su número, anótalo aquí.- Le dijo a Chris, pasándole un lápiz y una servilleta.

-Jules, no lo haré.-

-Si no lo haces tú, lo haré yo.- Dijo ella con una sonrisa amenazante.

-Ahg... bien, pero que conste que tú me obligaste.- Dijo mientras escribía su número en la servilleta.

-Claro, digamos que te obligué.- Rio Jules y le entregó la servilleta a Blaire. -Sé que se ve gruñón, pero te juro que es un encanto, escríbele, ¿sí?- Agregó ella.

-Pero sus pedidos...- Blaire tomó tímidamente la servilleta y la guardó en su bolsillo.

-Ah sí, yo quiero un mocaccino y un cupcake de chocolate, Chris quiere un expreso doble y un Panini.- Dijo Jules con una amable sonrisa.

-Está bien, enseguida traigo sus pedidos.- Dijo Bai con una tímida sonrisa.

Blaire se fue detrás de la barra de la cafetería a refugiarse, sentía su corazón latir a mil por hora y se preguntaba que es lo que acababa de pasar, creía firmemente que tal vez eran dos jóvenes jugándole una mala broma, porque dudaba seriamente haberle parecido siquiera un poco atractivo al chico pelirrojo. Bai preparó los pedidos y no podía dejar de pensar en el chico que acababa de entrar a la cafetería, se le hacía tan guapo y algo extraño por ese sentimiento familiar que le causaba.

Al poco rato Bai terminó los pedidos y fue a entregarlos a la mesa de la pareja de amigos, algo nervioso por estar nuevamente cerca del pelirrojo.

No hubo un intercambio relevante de palabras entre el y la pareja de amigos más allá de un gracias, disfrute y hasta pronto, pero en todo el resto de su jornada no pudo sacarse a Chris de la cabeza, no entendía porqué se le hacía tan guapo, de verdad le parecía hermoso, como si hubiera descubierto una piedra preciosa en un montón de arena.

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Comments

Ana Pescina

Ana Pescina

ojalá y ese par vuelva a tener otra oportunidad

2024-07-18

0

Giss

Giss

yo sería como Jules jajaja /Chuckle/buen capitulo

2024-06-09

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