Entre el calor de ambos, Christopher dormía plácidamente disfrutaneo la presencia y el aroma de Bai, pero nuevamente algo era diferente, en el comienzo vacío de sus sueños, de pronto despertó y vio de nuevo a Bai Ze recostado a su lado durmiendo tranquilamente, pero se dio cuenta de que nuevamente estaba viendo a través de los ojos de alguien más porque todo era distinto, la habitación, la ropa, la cama. Pronto se dio cuenta que probablemente estaba viendo a través de los ojos de Huangdi, ya que parecía haber vuelto a esa época, solo que ya no estaba viendo a través de los ojos de Bailey.
Se quedó observando a Bai Ze dormir, realmente era hermoso así, tan tranquilo como si nada en el mundo lo pudiera asustar, como si se sintiera seguro estando ahí. Estaba tan a gusto viendo a Bailey, pero una voz lo interrumpió, era una hermosa e hipnotizante voz que lo llamaba, era una voz femenina y seductora. Huangdi sin pensarlo se levantó y fue tras la llamativa voz que no lograba distinguir las palabras que decía, llegando a una habitación distinta, apartada de las demás, parecía que no quería ser vista por nadie más que por Huangdi. En esa habitación vio la silueta esbelta y curvilínea de una mujer joven muy hermosa, su silueta se definía por la luz de la luna, dándole un aspecto mágico.
-Lo estaba esperando, mi emperador.- Dijo la mujer, acercándose a Huangdi, dejando ver los rasgos de su hermoso rostro,.
-¿Quién eres?- Preguntó Huangdi, parecía impresionado, como si nunca hubiera visto a una mujer tan hermosa antes en su vida.
-Tengo muchos nombres, la gente me llama Hu Li Jing, pero puedes llamarme como desees, el nombre que mi emperador me asigne lo tomaré con gusto.- La mujer sonrió y extendió su mano, acariciando el rostro de Huangdi de manera delicada como si intentara hacerlo sentir extasiado.
-Hah... ¿Qué se supone que quieres?- Huangdi sintió su cuerpo estremecerse con el tacto de la mujer, su piel era tan suave como si estuviera siendo tocado y acariciado por seda.
-He sabido que mi emperador está sufriendo por un dilema en su corazón, la gente ha comenzado a hablar y a desconfiar de usted, yo sé que usted se merece más que eso, merece ser amado, respetado y adorado, todo eso yo se lo puedo ofrecer y más.- Dijo la mujer mirando a Huangdi con sus seductores y afilados ojos que parecían brillar en la oscuridad.
-Hablas como si supieras mucho.- Respondió el emperador con orgullo, fingiendo como si no le fascinara cada palabra que salía de la boca de esa mujer, cuando en realidad era lo contrario, estaba entusiasmado con cada idea que ella ponía en su cabeza.
-Porque sé mucho, puedo ofrecerle cosas maravillosas.- La mujer acercó su rostro al de Huangdi, estaba tan cerca que ambos podían sentir la respiración uno del otro.
-¿Cómo cuáles?- Preguntó el emperador, aunque para el la voz de Hu Li Jing era convincente, como si le hiciera olvidarse de cualquier rastro de racionalidad, parecía de a poco comenzar a desear a la mujer frente a él en más de un sentido.
-Si acaba con Bai Ze, no sólo podrá obtener su reputación y poder de vuelta, sino que algo más allá de lo que cualquier humano podría obtener, algo que un emperador como usted solamente merece... La inmortalidad y el poder eterno.- Dijo ella con una sonrisa, tan segura de todo lo que ofrecía.
-Entonces dame eso que me merezco.- Dijo Huangdi con una voz orgullosa, no dudaba de las palabras de la mujer, tampoco se cuestionaba lo que ella le decía.
Chris podía sentir el orgullo y ambición que tenía Huangdi en ese momento, parecía que había sido fácilmente manipulado por esa mujer, como una marioneta. Era fácil deducir que el emperador no solamente había sido seducido por la mujer, sino que también por sus palabras y ofrecimientos.
La mujer se inclinó y besó los labios de Huangdi como si acabaran de hacer un contrato. De pronto su sueño terminó y miró a todos lados, Bai Ze no estaba a su lado, eso le causó mucha ansiedad así que se levantó y buscó a Bailey por toda la casa, hasta encontrarlo en la cocina, parecía estar preparando el desayuno para ambos.
-¿Bailey?- Chris sintió un inmenso alivio al ver a Bai Ze ahí y que estaba bien, sentía aun más preocupación por él que la usual.
-No te quise despertar, ¿estás bien?- Bai Ze se mostró preocupado al ver a Chris tan ansioso y agitado, no era común en él.
-Sí, pensé que te habías ido.- Dijo aún angustiado, acercándose a Bai para ver qué hacía.
-¿Por qué me iría?- Bai Ze sonrió, intentando reconfortarlo.
-Quién sabe, capaz alguien quiera arrebatarte de mi lado o peor, lastimarte.- Chris tomó la mano de Bai y lo atrajo para plantarle un beso en los labios. Bai Ze se sorprendió pero sin más, correspondió el beso de mandra tierna, terminando por abrazar a Chris.
-Nadie me va a apartar de ti, Christopher.- Bai Ze acarició el rostro del pelirrojo, intentando calmarlo y se quedó abrazándolo para poder hacerlo sentir mejor.
-Me gustas Bailey... no sé porqué me siento así, de pronto llegaste a mi vida y pareciera que me hechizaste o algo.- Suspiró Chris.
-¿Crees que te hechicé? No tengo esas habilidades la verdad... Puede que sólo sea el destino.- Bai Ze respondió con una suave voz.
Chris estaba ansioso porque sentía que debía decirle a Bai Ze lo que acababa de soñar, aunque tampoco sabía cómo debía decirle o si siquiera estaba bien hacerlo, no quería ponerlo en peligro. Christopher se comenzaba a preguntar si ese sueño habia sido debido a la supuesta posesión que estaba experimentando.
-¿Qué te acompleja tanto, Christopher? Estás extraño.- Dijo Bai Ze con preocupación, sentía como si el pelirrojo se estuviera refugiando en el abrazo.
-Tengo algo que decirte, Bailey.- Christopher se apartó un poco y miró apenado al más bajo.
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Comments
Ana Pescina
de seguro es el demonio k quiere venganza
2024-07-16
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