El sello roto

Bai Ze despertó y pudo ver a Chris dormido frente a él. Sin temor, extendió su mano para poder acariciar el cabello de Chris, terminando por acariciar su rostro apreciando cada detalle de las facciones de este, pero sin querer hizo que este se despertara.

-Lo siento...- Apartó su mano tímidamente.

-¿Ah? Está bien...- Chris bostezó y le sonrió a Bai Ze. -¿Qué hacías?-

-Uhm... Nada.- Respondió con inocencia.

-Claro.- Chris rio, enternecido con la actitud de Bai Ze.

-Es solo que tu cabello es lindo y lo quise acariciar... y tu rostro también.- Admitió Bai con algo de pena.

Chris sonrió y tomó el rostro de Bai Ze entre sus manos, acercándolo para dejarle un rápido y pequeño beso en los labios, lo que hizo que este se sonrojara rápidamente como nunca antes lo había estado.

-¿Q... qué fue eso?- Preguntó Bai Ze, avergonzado.

-Pensé que querrías, lo siento.-

-No te disculpes... Me gustó, de verdad.- Dijo tímidamente, aunque inevitablemente recordó a Huangdi, como si aún lo atormentara.

Se miraron unos segundos y la situación se volvió algo incómoda, pero al final ambos se tuvieron que levantar, pero Christopher se preguntaba porqué había hecho algo así, pensaba que tal vez se estaba volviendo loco, que tal vez llevaba mucho tiempo sin pareja y por eso se había vuelto un pervertido con Bai Ze, que para empezar apenas lo conocía y aparentemente ni siquiera era humano, o al menos no completamente, no entendía nada. Aunque literalmente no lo conocía hace más de dos días, la verdad era que en sus sueños habían pasado meses donde pudo sentir cada emoción y conocer cada detalle de Bai Ze aparte de su apariencia, tal vez por eso era la facilidad con la que sentía cercanía hacia él, y ahora que por fin podía ver su apariencia, sentía una extraña plenitud, la verdad era que deseaba cuidar y ayudar a Bai Ze.

Se ducharon y nuevamente Christopher le prestó algo de ropa a Bai, para que así pudieran ir a desayunar.

-Dijiste que habías soñado conmigo antes de que se rompiera el jarrón...- Dijo Bai.

-Ah, sí, fue extraño, era como si pudiera ver tus recuerdos a través de tus ojos...-

-Oh, tal vez rompiste algun sello del jarrón.-

-¿Cómo? Si ni toqué el jarrón, solo lo saqué de la caja.-

-Uhm... Tal vez la caja tenía sellos, ¿no?-

-Ah, sí, creo que sí.- Chris recordó que la caja estaba rodeada de sellos que no entendía qué significaban.

-Puede que originalmente los sellos hayan estado solo en el jarrón, pero con el tiempo se desgastaron y tuvieron que protegerlo dentro de la caja.- Explicó Bai.

-Es demasiado complicado y la verdad no entiendo nada de eso.- Suspiró Chris, algo frustrado con todo.

-Es un poco vergonzoso que hayas podido ver mis recuerdos.- Rio despacio.

-No lo creo... pude sentir todas tus emociones.-

-Eso es lo vergonzoso, me pregunto si habré filtrado algo de mi energía en ti y por eso los pudiste ver.- Dijo Bai, pensativo.

-¿Cómo eso?- Chris miró a Bai Ze con duda.

-Puede que seas más sensible a las energías de los demás... sólo eso.-

-Ah, okay, supongamos que entiendo.- Chris rio nervioso. -Igual, tenemos que apurarnos, hoy saldrás a la calle por primera vez e iremos a comer con Josep.-

Bai Ze miró emocionado a Chris y se apresuró para estar listo para salir. Luego de unos minutos ambos salieron a la calle y Bai Ze estuvo fascinado desde el primer instante de solo ver la forma en la que la gente vestía, lo altos que se veían los edificios y los vehículos, en realidad eran demasiadas las cosas nuevas para Bai que ni se podían contar con las manos.

En un punto Christopher sintió que Bai se le perdería porque se sorprendía con todo, así que convencido de que era solo por seguridad, tomó la mano de él y estuvo así hasta que llegaron a un pequeño restaurante donde dentro se encontraba Josep ya esperando.

-Vaya, ¿ahora ya son novios?- Preguntó Josep a modo de saludo, divertido por verlos así.

-Claro que no, sólo era porque no quería que Bai Ze se me perdiera mientras veníamos aquí.- Dijo Christopher, sentándose frente a Jos y junto a Bai Ze.

-Supongamos que te creo, como sea, ponle un apodo a Bai Ze, ni siquiera puedo pronunciarlo bien.-

-¿Un apodo? Si es más cómodo para ustedes, no me molesta.- Dijo Bai, entusiasmado con la idea.

-Si, algo así como Bailey, por lo suave, dulce y embriagante que se te hace Bai Ze, aparte suena similar.- Dijo Josep.

-Sé mas cortés, no le diré como una bebida alcohólica, Jos.- Dijo Chris algo serio, no entendiendo como su amigo podía ser tan descuidado con su manera de expresarse hacía Bai Ze.

-¿Bailey? Suena lindo por alguna razón, me gusta.- Dijo Bai Ze con una pequeña sonrisa, esperando que no significara nada malo y también esperando que para Chris él significara algo dulce y suave como Jos había dicho.

-¿Ves? Le gustó, suena bien, aparte te gusta ese trago tanto como él.- Bromeó Jos.

-Te voy a golpear.- Bufó Chris.

-De verdad está bien Christopher, puedes decirme así.- Bai Ze se estaba divirtiendo al ver a Chris así y también quería ese apodo que se le hacía lindo.

-Ah, okay... Bai... Bailey.- Suspiró Christopher ya rendido.

-Deberías darle de probar eso.-

-Tal vez, pasaremos por uno de regreso a casa.-

Los tres pidieron algo para compartir, ya que salía más económico que pedir un plato individual por cada uno. Era un almuerzo animado y de a poco Christopher se acostumbraba a decirle Bailey a Bai Ze, aunque moría de vergüenza cada que lo decía.

Parecía que todo iba bien, pero durante un momento Bai Ze se detuvo a mirar el reflejo de Chris y el suyo en la ventana, y vio por un instante una sombra ahí, volteó rápidamente pero no había nadie ni nada similar detrás de ellos, eso le causó un escalofrío y con ello un mal presentimiento.

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