Prácticas I

Ciel comienza a preocuparse por la seguridad de su hermanastra, ya que es de noche y no ha llegado.

Esto me hace decirle de la posibilidad de que ambos estén en nuestro escondite, se llevaron bien, Estrella y Noir son fuertes e independientes, no hay razón para cuidar de ellos.

Todo lo contrario, si lo piensas bien ellos hicieron la misión solos.

Logro calmar las inseguridades de Ciel por el momento y comenzamos con el entrenamiento.

— Empezaremos por esto—. Mientras en sus dedos carga con una pequeña hoja de papel.

— ¿Qué debo hacer?—.

La hoja comienza a humedecerse y luego a congelarse.

Parece como si dejara de ser una hoja.

— No puedo hacer eso—.

— Lo sé, debes aprender la teoría para luego la práctica... Verás, la energía mágica reside en el aire, en el suelo, en todos lados, en cada ser vivo, es una energía que nos permite transformar lo que no existe en algo físico como yo el agua y el hielo—.

— El problema es que no sale de mí, no puedo usarla—.

— Todos tienen, solo que al igual que aprender a escribir o a leer tiene su complejidad al principio, luego es solo repetir y repetir... Debes sentir la energía en tu cuerpo como sientes el aire entrar a tus pulmones, te daré un ejemplo—.

Ciel sostiene mis manos y pide que cierre los ojos, puedo sentir como mis brazos cambian su temperatura, como cosquillea y se humedecen.

— No puedes sentir la magia, pero si el resultado de ella, por eso debemos hacer que tu energía se transforme en magia, por eso este papel... Nos dirá que elemento eres propensa a usar—.

Ciel suelta mis manos y comienza mi práctica de verdad.

Tomo un papelito con mis dedos y comienzo a forzar mi cuerpo.

— Sabía que pasaría, tus músculos nada tienen que ver con el proceso de magia, te recomiendo no hacerlo—.

— Entiendo—.

Lo intento y lo intento, pero nada sale de este mendigo papelito que se resiste a mí.

Me pone nerviosa.

Hasta siento ganas de llorar.

— Cierra tus ojos, concéntrate en el papel, te haré una preguntas—.

Parece que al notar mí frustración decide darme nueva asistencia.

Agradezco mucho eso.

Cierro mis ojos tal como pidió.

— El agua es mi elemento predominante, para mí es vida, frescura, lluvia, lagos, ríos, transparencia, la falta de olor y color, pura y clara... Cada quien tiene una forma de ver el mundo ¿Para ti que es el agua?—.

—Agua... Nunca lo había pensado... Mm—.

— Tomate tu tiempo y dame una repuesta cualquiera sea—.

— Es... Tranquilidad, me encantan los días de lluvia aunque la gente odie eso, puede mostrar una bonita llovizna como una agresiva tormenta—.

— ¿Te gusta la forma en que algo calmado muestra su poder?—.

— La gente débil podemos mostrar colmillos aunque se nos menosprecie—.

Creo que dije eso por algo más personal.

Después de todo soy una persona normal, común y corriente.

Cometí muchos errores.

Estoy atascada en uno que no puedo salir.

— ¿Qué representa el fuego para ti?—.

— Mmm.. Dejame pensar—.

El fuego, rojo... Amarillo.

Las cosas se vuelven cenizas.

— Ira, destrucción, si tuviera que decir que significa para mí el fuego, sería el desastre, nada bueno puede salir del fuego—.

— Es un pensamiento prejuicioso, nuestros alimentos e incluso el agua pasan por el fuego, al agua impura la vuelve pura y a la comida mejora el sabor además de ser más saludable—.

— No había pensado en eso—.

Es el problema con no poder ver todas las caras de las cosas.

Supongo que el fuego no es tan malo después de todo.

— ¿Y qué me dices del aire?—.

— Ese es fácil, necesitamos respirar, es necesaria para la vida —.

— ¿Dices que sin agua, ni fuego ni tierra son necesarias?—.

— Todas lo son, pero el aire es más importante—.

— Tienes una clara favorita ¿Por qué?—.

— Las aves vuelan por el aire, nosotros no podemos manipularlo, las personas pueden manipular el agua y hacer canales, la tierra y construir hogares, el fuego y usarlo como quieran, el aire es libre de lo que sea y le da libertad a todos—.

— Bonito pensamiento de libertad, con esto terminamos—.

Abro mis ojos y el papel que sostenía en mis dedos se ve más chico que antes, como si lo cortaran con una tijera.

— El mío es magia de aire—.

— Así parece ser, tu anillo es artefacto de aire también—.

— ¿Cómo lo sabes?—.

— Dejaste cortes en el suelo—.

Es cierto, sin quererlo activé el anillo en mi mano contraria y dejé vestigios.

— Perdón, no fue intencional —.

— Lo sé, no te preocupes —.

Quiero saber cómo fue que lo hice, lo vuelvo a intentar está vez con los ojos abiertos pero nada sucede.

Otra vez igual.

Mi cabeza da vueltas, siento mareos y mi cuerpo se siente débil.

Ciel me toma del cuerpo antes de caer, mis ojos se cierran como si tuviera sueño.

— Descansa, es suficiente el día de hoy—.

...

Al otro día despierto en una de las camas, estoy mejor.

¿Qué fue lo que sucedió?

No lo entiendo.

Ciel está en la cama babeando como tiene que ser.

Aunque se vea de esa forma se ve bonito...

Creo que mi personaje ficticio comienza a cobrar vida y ver lo bonito en todo.

Bueno, es normal tenerle aprecio, me está ayudando a aprender magia.

Magia de viento.

Me gustaría poder volar...

Claramente eso es imposible.

Tomo mi tiempo para observar su cabello colorido, imposible para un humano tener este pelo fantasioso.

Ayer me hablaste de la historia de tu madre y la tuya.

Pero no te conté nada de mi vida.

¿Es eso injusto?

No tengo deseos de compartir mi historia todavía.

— Ciel... ¿Tú que eres fuerte podrías salvar a una dama en peligro?—. Le Murmuro.

Sé que no me escuchas, estás durmiendo, no eres mi compañero real, le perteneces a Estrella.

Aun así... Me gustaría pensar que eres el mío y me salvarás de los peligros.

Comprendo por qué Estrella es caprichosa y territorial, eres demasiado amable con las personas a tu alrededor no dudaste en enseñarme.

Te olvidaste de tu compañera y la dejaste con Noir.

Ella se sorprendió bastante, está claro que no suelen dejarla sola.

Se acostumbró a tu protección y tú a protegerla.

Es una bonita relación.

Una relación que estorba y no puedo dejar que avancen, ustedes deben alejarse el uno del otro.

Te daré lo que me pidas a cambio.

Los ojos de Ciel se abren lentamente mientras estira su cuerpo.

— Buenos días Ciel, vamos a desayunar yo invito está vez—.

—¿Mm? Ah, cierto ayer hicimos cosas malas—.

— ¿Cosas malas? ¿Te refieres a traer a una chica a tu habitación? Eres un chico malo entonces —.

— Dame un minuto y me levanto... Esta es la parte que menos me gusta, levantarme de la cama—.

El sentimiento es el mismo, somos iguales en ese aspecto.

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