Respuesta final

— Tienes que saber que no voy a quedarme para siempre—.

—¿Por qué no? Somos buen equipo—.

— Lo somos, pero yo no quiero ser un aventurero, quiero vivir una vida plena, estudiar, tener un pasatiempo, ser profesor y tener una bonita familia—.

—... Entiendo... Podemos hacer eso—.

— ¿Hacer que cosa?—.

— Una bonita familia —.

Estas palabras inquietan a Ciel que no sabe que decir ante esta propuesta indecente.

Por primera vez Estrella se mostraba algo más agresiva en este aspecto, nunca había dicho nada tan directo por miedo al rechazo.

Pero ahora el ambiente es diferente, tienen una mejor cercanía.

— Liam me mataría—.

— No me importa mi padre—.

— Pero a mí si, me enseñó muchas cosas le debo mucho—.

— Oh vamos, que se pudra mi padre no le debes nada—.

— Ya dije que no... Lo siento—.

Estrella cae al suelo de rodilla con una mirada vacía, el sentimiento de rechazo invade su corazón y Ciel no sabe qué hacer.

Las lágrimas comienzan a caer, pero no emite ningún sonido.

Cómo si su alma abandonara su cuerpo.

— Volvamos a la posada...—.

Sin saber que hacer Ciel toma gentilmente la mano de estrella con la intención de ayudarla a volver a su habitación.

Las personas miran el espectáculo de un hombre rechazando a la mujer y muchos de ellos no están de acuerdo con el resultado.

— Perdón Estrella, soy una mala persona...—. Declara mientras caminan juntos.

Estrella no responde a sus comentarios, solo se queda en silencio siguiendo el paso de Ciel sumisamente.

— Eres una mujer hermosa, fuerte y creo lo tienes todo para ser una buena mujer... Solo que las condiciones no se dieron como debían ser... Por eso te pido perdón—.

—Okay—. Murmura ella.

Ciel se percata que cualquier cosa que diga no tiene sentido para ella, no ayuda, todo lo contrario parece lastimarla aún más de lo que está.

Cuando por fin llegan la primera en notarla es la hija de la dueña de la posada, la mesera.

— ¿Todo está bien con ella? ¿Qué fue lo que pasó? Se ve muy mal—.

Los comentarios irritan a Ciel.

— Es un asunto privado, por favor no preguntes—.

— Ah...—.

Luego de la declaración de Ciel ella decide no preguntar más.

Una vez llegan a la posada Estrella termina por romper en llantos, sus lágrimas caen junto a sus mocos.

Ciel decide ayudarla con sus moquitos con magia de agua para quitárselos, pero ella lo aparta.

—Lo siento—.

— Quiero estar sola—.

— Puedo ayudar en lo que quieras—.

—¡Dije largo!—.

Ciel no tiene otra opción que aceptar las palabras de su compañera y darle su espacio en la habitación.

Sin saber a dónde ir decide acudir al gremio donde todos hablan de lo que vieron en las calles.

Un híbrido rechazando a una humana enamorada.

Hablan mal de la mujer.

"Se lo merece, ella se lo busco por andar con un impuro".

"Los demonios no tienen sentimientos".

"Los híbridos dan asco".

Cosas de las que había escuchado cuando era niño, hacía mucho que no las oía.

Ciel estaba a punto de abandonar el lugar hasta que Noir apareció.

—¿Qué tal su cita?—.

— Muy mal...—.

— La rechazaste ¿No?—.

— ¿Lo sabías?...—.

— Era muy evidente para todos... Supongo que eras el único que no lo sabía...—.

— Eres un imbécil, no debiste meterte en lo que no te importa—.

Ciel muestra una cara diferente a la usual, una de ira y desprecio.

Nada que intimide a Noir en un lugar con unos pocos aventureros presentes.

Está prohibido pelearse dentro y fuera sin exigir un combate, un versus legal.

— Puede que te sientas herido, no me das lástima, ella está aún más lastimada que tú, te lo aseguro—.

— Ya lo sé, pero no puedo... ¿Por qué no puedo? Dije una excusa tonta que es por su padre y no es cierto, ella me parece atractivo, bonita... No tiene la mejor personalidad es cierto, pero si me gusta... Algo me dice que no puedo aceptarla, no importa qué—.

— También me parece extraño, creí que terminarían juntos luego de esto... Está claro que eres el problema—.

— Cuidado con tus palabras, no entiendes mi situación—.

— ¿Me amenazas? Tú tenías el poder de decidir cambiar su relación y decidiste rechazar sus avances... No comprendo por qué estás con ella si no es por amor ¿Acaso sientes poder al dar órdenes a alguien tan irascible como ella? ¿O tener a alguien enamorada cerca de ti aumenta las posibilidades con otras mujeres?—.

Luego de escupir estás palabras con claro desprecio Ciel mueve su dedo índice con la intención de lanzar magia para lastimarlo.

A último momento baja su mano en señal de rendición.

— Arreglaré esto con Estrella... No estuve bien...—.

— Me alegro de que comprendieras—.

— Sí... Aunque tengo muchas cosas en que pensar—.

— Tómate tu tiempo—.

A todo esto.

¿Dónde está Darine?

...

Punto de vista de Darine.

En la habitación del escondite grietas y raspones se ven en el suelo y paredes.

Practicar la magia es necesario, tal como dijo Ciel.

Lo primero era saber cuál mi elemento predominante, luego aprender a controlarlo y lo más difícil es dominarlo por completo.

Por suerte el anillo cumple la función de intermediario de mi energía y la transforma en una ráfaga de aire cortante sin necesidad de que yo misma haga ese cambio de elemento.

Mientras que las garras no he podido usarla incluso si concentro energía mágica en él, tal vez era mentira que se tratara de un artefacto.

Es una hipótesis, solo una mentira para guardar las apariencias.

Solo parecen ser unas garras normales.

No me serán de utilidad en batalla, aun así con este conocimiento mi poder aumenta considerablemente.

Aprender la base de la energía mágica en un día, debo ser una genio en secreto y no lo sabía.

O Ciel lo es, algo así como un genio de la enseñanza.

¿Él no enseñaba en su tierra natal?

Las personas en ese lugar... ¿Todos saben magia?

Me gustaría visitar la península oculta alguna vez, pero dicen que es demasiado rústico, no hay muchas personas y allí se acumulan aquellas personas que deciden abandonar su vida y alejarse de todo.

Algo así como un lugar donde nadie iría a buscarte, ya que es grande, los pueblos están oculto y hay tribus de demonios por allí cerca.

— Ay no, me siento mareada otra vez, me voy a dormir un ratito—. Murmuro mientras intento sostenerme en pie.

Camino hasta la cama y me derrumbo.

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