Una mala comida.

Dos amigos de familias nobles se juntan en una noche sin luna.

Una sala con dos acolchados sillones de pieles se encuentran festejando un evento importante.

Llegando a la adultez y teniendo poder los regalos pueden ser un poco tenebrosos.

— ¿Recuerdas mi cumpleaños? Ese día me diste un buen regalo, como tu amigo quiero recompensarte—. Declara uno de ellos.

— Me da mucha curiosidad ¿Qué me has traído?—.

— Sé que amas a los híbridos amigo mío y planeo que tengas un feliz cumpleaños con esta belleza—.

A su espalda una jaula tapada con una tela delgada.

Este joven muestra con orgullo lo que resguarda dentro.

Una mujer posiblemente no mayor a dieciséis años con orejas y cola, una especie híbrida bestia.

— ¿Un esclavo? Es algo costoso—.

— Lo sé, este es mi regalo—.

—Muchas gracias, con lo difícil que es encontrar a un híbrido en estos días, además que hermosa mujer—.

— No pienso igual, no me atraen estás especies—.

— No digas eso, amo las variaciones que tienen, garras, orejas, rabo, colmillos, su pelaje—.

— Sé que mi amigo es un pervertido, por eso cuando la vi pensé en ti y que este sería el regalo perfecto—.

— Y lo es, me encanta—.

— Es una bonita, reunión de amigos... Es una lástima que no vas a disfrutar tu regalo—.

La alegre conversación llega a su fin cuando alguien más hace acto de presencia.

Ambos se alteran y voltean a su costado para visualizar a un hombre de piel pálida con unos cuernos en su frente.

Un demonio.

— ¡Demonio, no nos das miedo!—.

— Mienten, puedo olerlo—.

Los demonios pueden captar los sentimientos de sus almas, después de todo es lo que suelen comer.

— ¡No seas Imbécil! ¡Tenemos artefactos con nosotros, uno o dos demonios no significan nada!—.

— No les servirán de nada, puedo saberlo, no están entrenados, sienten miedo y tienen un fuerte deseo de escapar... No les dejaré —.

Tras la declaración de este demonio uno de los amigos toma una daga de su cintura y la blande con falda confianza.

— ¡Somos dos, ven cuando quieras!—.

— ¿Dos? El cumpleañero piensa diferente—.

— No me engañarás-

Mira de reojo a su costado sin perder de vista al demonio; sin embargo, no logra ver a su compañero.

Da un rápido vistazo a su espalda, ni la esclava, ni su amigo están presentes.

— Ese cobarde hijo de puta—.

Al devolver la mirada al demonio lo encuentra justo frente a él, tan tranquilo y confiado.

— En tu alma reside el miedo y la desesperación, no tendrá buen sabor—. Mientras niega tristemente con la cabeza.

Sus piernas comienzan a temblar y sacudirse.

Ya es evidente.

— Simplemente muere—. Declara mientras corta su cuello con su mano desnuda.

El demonio perdió todo el interés en esta alma sucia.

Aún queda otra disponible.

Este otro hombre llega a la puerta principal a toda velocidad mientras carga en sus brazos una débil semihumana.

Se detiene en seco al ver un cuerpo humano con cuernos.

— ¡Atrás!—.

— Es descortés irse sin avisar—.

M

—¡Te dije que no te acerques!—.

De su bolsillo ocupa un anillo verde que al colocarlo en su dedo índice este comienza a brillar.

— Artefacto—. Murmura el demonio.

Del anillo cambia el ambiente notoriamente, el viento en la sala se hace presente golpeando la puerta con una fuerte ráfaga tallando profundos cortes.

—¿Dónde se fue?—. Pregunta buscando en todos lados.

— Mi maestra me ordenó matarlos, nada personal—.

La voz proviene de atrás de él.

Suelta a la mujer para cambiar de estrategia.

— Por favor no me mates, te pagaré lo que quieras—.

—...—.

El demonio muestra una cara de disgusto por estas palabras.

— Te daré almas de los esclavos que quieras, por favor perdóname la vida—.

— Ustedes simples humanos piensan que pueden convencernos con oro, es solo un material que brilla, no nos importa a nosotros... Simplemente muere —.

Con su mano desnuda provoca un movimiento horizontal para separar su cabeza de su cuerpo y en su lugar un charco de sangre.

— Que desagradable sujeto... Tú sigues—. Declara observando al híbrido en el suelo.

La cara de aquella mujer no muestra resistencia, se rindió a luchar.

El demonio la observa con desprecio, da media vuelta y se marcha.

— No tengo tiempo para esto, tengo cosas que hacer—. Declara mientras se retira.

Aquella esclava queda perpleja por la escena sangrienta y el silencio que invade el lugar.

...

Al salir victorioso con facilidad, se da el lujo de esbozar una sonrisa de satisfacción por un trabajo bien hecho.

— Ya tengo lo que quiero, no debo hacer esperar a mi maestra—. Murmura con una sonrisa.

En sus manos unas garras azules y un anillo verde, ambas pertenencias de aquellos nobles.

Poco a poco sus cuernos desaparecen y su físico cambia de forma.

Deja de ser aquel monstruo tenebroso para convertirse en un humano corriente de ojos azules claros, un cabello plateado y una sonrisa encantadora.

— Los humanos son tan asquerosos... Lo otro que debo hacer es conseguir información, debo mantener a mi maestra de buen humor —. Declara dando ligeros saltos de emoción.

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