Sorpresa.

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Sostiene con su pie la puerta derecho y luego con su brazo izquierdo empuja con el mínimo esfuerzo la puerta, yo con todo mi esfuerzo trato de sostener para que no entre pero no logro nada.

Guillermo se ríe, escucho a Ana Claudia preguntar ¿Pasa algo? Sale corriendo hacia donde estoy, se preocupa y dice; "¡Llamaré a seguridad!" Esa voz masculina responde: "¡Ni se te ocurra!" A ella se le cae el teléfono, traga grueso al escuchar su voz.

Le digo: "Váyase señor" me responde: "ahora de usted, mocosa" dando un poco más de fuerza empuja la puerta, siento que estoy a punto de caer y él me agarra con su mano por mi brazo y del impulso me hace llegar a su cuerpo, mirándonos fijamente.

Mis ojos quedan grandes de la impresión al verlo fijamente, su rostro es tallado por los dioses griegos, su piel bronceada y su pecho, brazos duros y firmes como un Dios de la Guerra.

En mi buceo mental, me dice: "deja de tener pensamientos pecaminosos conmigo" me hace reaccionar "¡Cómo supiste!" Me dice "entonces tengo razón" me tapo la boca de la impresión y digo en mi "boca floja".

Él mira a Ana y le dice: "Hola, Anita" los miro y les digo: "¿se conocen?" Guillermo alega: "yo conozco todo de ti" él con su prepotencia, su seguridad.

Samantha: "Eres demasiado creído".

Guillermo: "y tú una mocosa. Tengo que conversar contigo".

Mira a Ana "pero en privado".

Samantha: "no conversaré contigo, no tengo nada que hablar en estos momentos, estoy ocupada".

En mi mente digo " si tengo que hablar mucho con él, tengo que saber de mi mamá pero no puedo poner en peligro a Ana Claudia".

Él me agarra por un brazo y me lleva a la habitación, hacemos fuerza, lo golpeo en su pecho.

Ana Claudia: "Samantha..."

Él le da una mirada fulminante.

Guillermo: "tú quédate aquí".

Ella tiembla del susto, queda sin habla.

Me lleva a la fuerza a la habitación, no suele ser tan brusco pero yo guerreo hasta el final, me lleva a mi habitación y cierra con brusquedad la puerta.

Guillermo: "Eres fuerte mocosa".

Samantha: "deja de decirme así, me sé defender".

Lo sigo golpeando.

Se enfurece.

De pronto en su esfuerzo me agarra por el mentón y pone su brazo debajo del mío, su mano en mi espalda, me levanta un poco mis pies están de puntas en sus zapatos y se echa a la puerta.

Me besa...

Un beso un poco brusco, forzado pero de pronto siento que dejo entrar su lengua y me gusta, sedo y sigo su ritmo con torpeza, me gusta.

Luego un rato, nuestros cuerpos se separan, mi respiración se agita, me pongo roja.

Lo miro y su sonrisa sarcástica me dice: "es tu primer beso, mocosa. Te gustó pareces un tomate en vapor" me hace reaccionar y me vuelvo a enojar me le lanzo encima para golpearlo.

Guillermo: "cálmate, mocosa. Si quieres saber de tu mamá tienes que comportate bien ¿Entendiste?".

Samantha: "qué..." Me calmo sin decir más.

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