Capitulo 4

Perdón por la situación en la que te viste involucrado por mi culpa. - decía apenada en el interior del auto. - No era mi intención y...

- No te preocupes, siempre que me necesites estaré aquí - la miró un poco, detuvo el auto para poder mirarla. - ¿Era tu ex?

Ella asintió, las manos sobre su regazo dejaban notar su nerviosismo, cosa que el no dejó pasar

- ¿Cómo supiste dónde estaba? - le preguntó curiosa

- Fui a buscarte al puesto y alguien allí me dijo

- ¡Ah! - suspiró un poco, se hizo un silencio el cual fue interrumpido por una llamada - ¿Sí? - contestó - ¿Y como se encuentra ahora? - estaba alarmada - Iré en un segundo.

Una vez terminada la llamada salió del auto a toda prisa y él la siguió.

- ¿Ah dónde vas? - le detuvo por la muñeca - ¿Qué sucede?

- Es mi madre - comenzó a llorar - se desmayó y la llevaron al hospital, tengo que ir

- Sube, yo te llevaré.

Ambos entraron al auto y en unos pocos minutos ya estaban en la sala de urgencias

- ¿Usted me está diciendo que hice que mi hija se casara apresuradamente por gusto? - le gritaba al médico que la asistía - ¡Pensé que moriría pronto de cáncer infeliz!

En eso su hija entraba y vió la situación

-¿Qué sucede aquí? ¿De que estabas hablando mamá? ¿Tienes cáncer?

- ¡Oh hija mía ve y divorciarte! ¡Cometí un error! ¡Perdóname! - lloraba

- ¡Mamá! ¿Que locuras dices? - miró hacia atrás - ¿Puedes explicarme?

- Señorita, su madre se desmayó a causa de una hipoglucemia que hizo, al parecer no se ha estado alimentando bien - Nikki miró a su madre mientras el médico le explicaba - tiene que comer bien y equilibradamente para que no vuelva a suceder, por lo demás, es una mujer muy sana. Con permiso.

El médico se marchó entonces

- ¿Mamá me obligaste a casarme porque pensaste que tenías cáncer? - le miró desconcertada

- Si - apenada - No quería que mi hija se quedará sola, nunca tuviste un padre, ni hermanos y si yo me voy... - continuó llorando - ¡Tienes que divorciarte!

- Mamá - miró a él hombre que las acompañaba

- ¿Y este ejemplar de hombre quien es? ¿Trabajas aquí? Porque si es así me enfermare a menudo - sonrió y a él también le hizo gracia

- ¡Mamá! - le regaño - ese es tu yerno.

- ¿Qué? - gritó - ¿Y lo traes para que lo conozca así - se señaló la ropa - toda desarreglada? ¡Y para colmos en un hospital!

- Es un placer suegra conocerla al fin - le estrechó la mano - las llevaré a comer, ya escuchó al médico, debe alimentarse.

El parecía un querubín y la suegra no disimulaba su encanto.

- ¡Claro que iremos!

Y sin decir más se marcharon a un restaurante de lujo y encima a la zona reservada de este.

- ¿No es muy caro este lugar? - le susurro al oído - ¿Porqué gastas tu dinero así?

- No es molestia para mí complacer a mi esposa y a mi suegra - dijo en un tono de voz moderado pero lo suficiente elevado como para que su suegra escuchara.

A su vez la suegra estaba encantada

- Hija, tuviste mucha suerte está vez. - sonreía mirando al yerno.

- Señor Cas...- ante la inminente señal de alerta cerró su boca - disculpe señor, solo quería saber si le está gustando la cena y si necesitaban algo más - sonreía nervioso el dueño del restaurante.

- ¿Señor? ¿Porqué tanta formalidad? - preguntó curiosa

- No olvides que estamos en un gran restaurante, aquí todos son tratados con respeto.

- ¡Claro hija! - golpeó suavemente su brazo - ¿Cómo quieres que le digan a tu marido ehhh? - entonces tomó comida en un tenedor y la dio a su yerno - ¡Come hijo, come! Debes cuidarte para soportar a esta. - se refería a su hija

¿Acaso pensaba que estarían casados mucho tiempo?

En ese momento un joven avanzaba por el pasillo medio ebrio cuando le pareció conocer al hombre que estaba dentro

"Mi hermano dijo que se casó, ¿acaso será esa señora que le da de comer?" - sin dudarlo dos veces entró al reservado -¡Hermano!

Se le lanzó prácticamente arriba y entonces vio a la joven, todos miraban al nuevo comensal extrañados y este solo reía

-¿Qué haces aquí? - le apartó tratando de disimular

- ¿Cómo que que hago aquí? - se sentó

- ¿Lo conoces? - preguntó Nikki curiosa.

- ¡Tu debes ser mi cuñada! - le extendió una mano - Pensé que era ella y me asusté - reía de más producto al alcohol.

Nikki estrechó la mano ofrecida sin quitarle la vista de encima a su esposo, esperaba una respuesta

- Es un primo lejano, pero nos queremos como hermanos ¿Verdad?

Le hizo un gesto que su hermano menor interpretó muy bien, si decía algo desfavorable le retirarían la tarjeta bancaria.

- Sí, es que no esperaba verlo aquí - volvió a reír nervioso. - Yo ya tengo que irme - se puso de pie y se dirigió a la puerta

- Yo iré a pagar la cuenta - le siguió .

Ya en el pasillo lo arrinconó un poco

- Ni se te ocurra decirle nada a mi mamá ¿Entendiste?

- Pero hermano.... ¿Porqué ocultarlo? ¡Mamá se alegrará!

Entonces lo soltó

- Mi esposa no conoce mi verdadera identidad, para ella soy un tipo cualquiera que conoció por una cita a ciegas - introdujo sus manos en los bolsillos del pantalón - no me atrevo a decirle quien soy, siempre se me acercan por dinero...

- Si, entiendo. Te veré en casa entonces.

-¡Espera! - le detuvo - Necesito que me compres un apartamento que sea modesto pero cómodo en una zona urbana normal.

- ¿Otro? - se quejó su hermano - tienes varias propiedades ¿Para que otro?

- Es para llevar a vivir a mi esposa conmigo

- ¡Ah ok! No la puedes llevar a casa sino se dará cuenta de quién eres - chasqueo los dedos - Dalo por hecho.

Y sin decir más esta vez si se marchó. "Fabio" entonces pagó la cuenta y regresó con su esposa y su suegra

- ¿Por qué demoraste? - le preguntó apenas entró Nikki.

- Es que mi pariente quería decirme algo - sonrió

- ¿Tu pariente es rico? - le preguntó curiosa

- ¿Rico dices? - trató de disimular algo su nervios - ¡No!, solo le gusta gastar de más, siempre está endeudado.

- Entonces se parecen mucho, porque venir aquí - miró el lugar - es un derroche

- ¡Hay hija! - sonrió melosa la suegra - solo quiso complacerte ¿No es así yerno?

"Fabio" asintió sonriente y luego se puso de pie

- las llevaré de regreso a casa

- ¡Será a mí! Porque una esposa debe estar con su esposo bajo el mismo techo.

-¿Qué? - reprochó Nikki asustada - ¡No mamá! ¡De ningún modo! - miró a Fabio - No es que me desagrades, pero mamá está necesitando mis cuidados ahora mismo

-¡No, no, no! - negó insistente la madre - ya escucharon los dos al médico, solo necesito cuidar mi alimentación y punto.

- ¿Te parece bien si discutimos el asunto en casa mamá? - mascuyó entre dientes

- No, esa es mi opinión y no hay más nada que discutir. - se puso de pie su madre, tomó su bolsa y salió primero del local.

- Nikki - le detuvo - a mi también me gustaría que vivamos bajo el mismo techo, que nos conozcamos más

Ella lo miró desconcertada

- Fabio yo... No puedo responder ahora mismo

Entonces salieron todos.

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