CAP 7

Era un lindo apartamento de dos habitaciones en el quinto piso de un edificio multifamiliar... Las paredes pintadas de blanco combinadas con diseños en madera y el piso entablado y pulido... todo se veía nuevo.

La encimera de mármol gris y los estantes a juego... todo un lujo comparado con la pequeña casa que ella compartía con su madre.

- ¿De veras vives aquí? - asombrada por lo que veía - debes tener un buen salario en esa empresa.

- Sí... Lo tengo

Entonces ella lo miró curiosa

- Aún no me dices en qué trabajas allí

- Ah... ahh...- intentaba pensar en algo - pues trabajo en el departamento de diseño - nervioso metió las manos en los bolsillos del pantalón - ¿Quieres tomar algo?

- Claro - fueron hasta la cocina - ¿Cocinas a menudo?

Le preguntó Nikki al ver todo tan limpio y reluciente, Fabio la miró, estaba nerviosismo

- La verdad es que no, casi no tengo tiempo para comer en casa. - ella sonrió y se puso frente a él

- Eso cambiará desde hoy... Siempre comerás en casa y lo haremos juntos

Esa idea le gustó mucho a Fabio .

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Su primera noche bajo el mismo techo, estaban ambos muy nerviosos, aunque dormirían en habitaciones separadas, el hecho de estar allí los ponía muy tenso.

Ella se levantó, se asomó cuidadosamente para ver si el estaba y no... todo estaba apagado... De punticas fue hasta la nevera para tomar agua y justo cuando la cerraba la luz se prendía pegándole un susto enorme ...

La jarra de cristal se estrelló contra el suelo quedando hecha añicos

- Discúlpame - se apresuraba Fabio - No recordaba que estabas aquí - mentía

- ¿En serio? - se asombró ella - ¿Tan insignificante soy?

- No...no...no es eso...- no encontraba las palabras - iré por la aspiradora y el recogedor... ¡No toques nada! - le miró dulcemente - No quiero que te hagas daño.

Enseguida volvió y limpió todo. Luego se sentaron ambos a disfrutar de un vaso con leche tibia y galletas...

- Ahora sí podremos dormir - sonrió ella - Mi mamá siempre me daba leche tibia para dormir.

- ¿Por qué no puedes dormir hoy? - quiso saber

Ella lo miró mientras pestañeaba seguidamente... No sabía cómo decirle que la causa era él

- A veces tengo insomnio - se puso de pie - pero ya voy a dormir, tengo sueño. Buenas noches, Fabio

- Que descanses Nikki.

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- ¿Entonces no pasó nada entre ustedes? - indagaba su hermano - ¡Qué perdida de tiempo!

- ¿No tienes nada que hacer Saulo? Tengo trabajo

Devoraba unos documentos con la vista ...

- Eres una molestia hermano, tampoco te entiendo ¿Por qué te casaste de forma misteriosa? ¿Por qué ocultarle a mamá?

Fabio lo miró y se reclinó en su silla giratoria

- ¿No puedo trabajar en paz? Tu tarjeta depende de que yo trabaje.

Saulo comenzó a reír... ese era un tema delicado para tratarlo así a la ligera...

- Ok... ok...ya me marcho...- una vez llegó a la puerta se volteó sobre sus talones - ¿Puedo contarle a mamá? Sabes que no le gustan los secretos

- Aún no... Ya te avisaré.

Entonces asintió con un movimiento leve de la cabeza y se marchó.

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Mientras tanto Nikki había decidido hacer las compras... Pues la despensa estaba bastante vacía... ¿Cómo podía el vivir así?

Al cruzar la calle Roberto la vio así que no perdió tiempo, detuvo su auto y la siguió saliéndole de frente en la acera.

- ¡Vaya! No solo tienes que trabajar, sino que también haces los mandados

- ¿Ahora me sigues? - se detuvo fastidiada

- No, te Vi por casualidad... Pensé que aún vivías en el mismo barrio - miró las bolsas - ¿Sabes que conmigo no estuvieras haciendo eso verdad?

- ¿No te has enterado aunque soy casada? - intentó esquivarle

- Me fuiste infiel... ¿lo recuerdas?

Nikki se detuvo y lo miró dudosa

- ¿De qué hablas? Terminamos porque salí de la universidad y nuestros caminos iban en diferentes direcciones

Él se hecho a reír burlón

- ¡Vaya historia te has montado! ¡Me dejaste por otro!

Nikki no podía recordar... ¿qué pasaba con sus recuerdos?

- ¡Eso no es cierto! - se defendió

- ¿Ah no? - él se acercó un poco más - Te vendiste a un tipo rico, vendiste tu primera vez...

- ¡Es mentira! - gritó - ¡Nunca estuve con un hombre!

- ¿Eso crees? ¿Piensas que miento? ¡Eres una p...!

Un puño en el rostro le impidió terminar la palabra y de paso le hizo caer al suelo

- ¡Te dije que no te metieras con mi esposa!

Horrorizada Nikki lo miró... ¿De dónde había salido?

¿Qué más tenía que decir Roberto? ¿Y por qué ella no recordaba nada?

- ¡Maldito tipejo! - le gritó Roberto al ponerse de pie, pasó el dorso de una de sus manos por el hilo de sangre que salía de su boca - ¡Te voy a demandar! ¡Me estás escuchando! ¡Te demandaré!

Le amenazaba mientras que Fabio solo miraba a Nikki quien estaba pálida

- ¿Te encuentras bien?

Ella asintió sin emitir sonido, entonces él tomó las bolsas

- ¡Vamos, te llevaré a adentro!

Y ambos entraron al edificio mientras un Roberto enojado se iba a toda velocidad

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