Capítulo 4

Capítulo 4: Explorando el bosque

Definitivamente, todo estaba diferente. Había muchos lugares donde comprar comida, relativamente cerca de donde estábamos, y por suerte, el clima era agradable. Encontramos un lugar que vendía sándwiches y nos dirigimos allí.

—Este lugar se ve muy diferente a lo que recordaba… y no creo que hayan pasado tantos años. ¿Qué dicen ustedes, chicas? —pregunté.

—Sí, está diferente, pero así me gusta más. Se ve más acogedor —dijo Lina.

—Opino lo mismo. Se ve distinto, pero me gusta cómo se ve ahora.

—Chicas, coman rápido, quiero explorar mejor este lugar. Además, no queremos que Lina se pierda de nuevo —les advertí.

—¡No de nuevo! —exclamó Lina.

Como siempre, André y Lina comenzaron a pelear; podían discutir todo el día, así que solo los ignoré y me concentré en comer.

Al salir del lugar, eran casi las 12:00 del mediodía, y nos dirigimos al bosque. Mientras caminábamos, notamos que muchos caminos estaban cerrados. Era extraño, pues no había indicios de desperfectos ni de construcción reciente.

—¿Ves, Dei? Te dije que cerraron algunos caminos —dijo André.

—Ya lo veo…

—He escuchado algunos rumores, pero no quiero asustarlas.

—André, por favor, tú eres más miedoso que nosotras —intervino Lina.

—En eso tiene razón, pero dinos qué escuchaste.

—Mis padres dijeron que algunas personas desaparecían al adentrarse más en el bosque.

—¿Y eso qué tiene que ver con que cerraran los caminos?

—Déjame hablar, Lina.

—Perdón, florecita, no te interrumpo más.

—Al parecer se empezó a rumorar que aparecían caminos falsos… se cree que podrían usarlos para secuestrar a campistas o robarles.

—Eso no tendría sentido. Si fuera así, habría noticias sobre esas personas. ¿Tú qué piensas, Lina?

—A mí también me parece raro. Tal vez encontraron algo y no quieren que la gente lo sepa.

—No lo sé chicas. Realmente no tengo mucha información, y creo que sería mejor no investigar.

—No quieres investigar porque eres un miedoso —dijo Lina.

—Eso es mentira, no lo hago porque no quiero…

—Entonces hay que ir por uno de los caminos y ver qué hay.

—Chicos, Lina, yo tampoco creo que sea buena idea. Tal vez los caminos sean peligrosos.

—Tú también tienes miedo…

—No somos miedosos. Para demostrarlo, iremos a explorar alguno de los caminos cerrados, ¿no es así, Dei?

Solo para que dejaran de pelear, acepté. Buscamos un camino apartado para que nadie nos viera o nos reprendiera.

—¿Ves, Lina? No somos miedosos.

—Sí, eso crees…

—Al menos no hay nada peligroso a simple vista. ¿Quieren seguir avanzando más?

—Dei, solo hemos dado unos pasos; es obvio que no entraremos en nada peligroso.

—Opino lo mismo, pero tal vez debemos caminar un poco más.

Mientras avanzábamos, una extraña sensación comenzó a recorrernos. El aire parecía más pesado, como si el bosque mismo nos advirtiera.

—Yo creo que ya debemos regresar —dijo Lina, con la voz temblorosa.

—¿Tienes miedo, Lin?

—Yo opino lo mismo que Lina; mejor busquemos un lugar para comer.

—Está bien, regresemos —dijo André.

Al volver, en la entrada del camino, apareció una señora mayor. Su vestimenta era oscura y extraña, poco común en esta época. A medida que nos acercábamos, sentimos nerviosismo, pensando que nos regañaría o nos metería en problemas, pero no fue así.

—Hoy es un buen día para dar un paseo —dijo con una voz serena, pero enigmática.

Nos desconcertó un poco, pero respondimos cortésmente.

—Sí, es un buen día —dijo André.

—Este lugar esconde muchas cosas interesantes; surgen muchas historias aquí —continuó ella.

—Sí, hemos escuchado algunas, pero tal vez pueda contarnos alguna usted —dijo Lina.

—Claro, pero tal vez en un lugar más cómodo —respondió la señora.

Ya era tarde, así que buscamos un lugar cercano para comer y escuchar la historia de la señora. Entramos, acomodamos nuestra comida y le pregunté:

—¿Qué le gustaría pedir?

—Solo un poco de agua; no tengo mucho tiempo —respondió.

Mientras esperábamos la comida, ella comenzó a hablar:

—Hace tiempo que no hablaba con chicos tan encantadores. Por cierto, soy Greta. ¿Y ustedes cómo se llaman?

—Yo soy André y mis amigas son Deidre y Lina —dijo señalándonos.

—Qué bonitos nombres. Saben, se dice que el bosque es un lugar misterioso; algunos creen que incluso es un portal a otros lugares.

—¿Un portal?

—Sí, dicen que cuando alguien desaparece, es porque ha sido transportado a otra dimensión… pero siempre dentro del bosque. Piénsenlo: su historia favorita podría hacerse realidad.

—Entonces, ¿es por eso que cerraron los caminos?

—Puede ser… pero no se preocupen demasiado. El bosque elige a quién quiere.

En ese momento, llegó nuestra comida y André fue por ella. Juro que no perdimos de vista a la señora, pero de repente, ¡ya no estaba!

—Lin, ¿en qué momento se fue?

—Te juro que ni yo me di cuenta.

André volvió con la comida y el agua para la señora.

—¿Y la señora Greta?

—Se esfumó de repente; ni siquiera lo notamos.

—No digas tonterías, Deidre…

—Oye, relájate. No son tonterías; eso pasó, ¿se te olvida que ya también estoy aquí?

—Bueno, supongamos que pasó… ahora hay que comer. Ya tengo hambre.

Era extraño, muy extraño, pero dejamos la sensación de lado y comenzamos a comer, aunque mis pensamientos no podían desprenderse de lo que la señora había dicho antes de desaparecer.

Más populares

Comments

Martha Mena Wong

Martha Mena Wong

me gusta inicio diferenteb

2024-02-02

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play