CAPITULO XVII

NUEVA OPORTUNIDAD.

Cosa extraña esa droga,  creí que todo pasaría, pero no, la urgencia no acababa, mi cuerpo aún se contorsionaba, me sofocaba y sudaba profusamente. Marcela me observaba se puso mi camisa, me llevó hasta el cuarto y lleno la bañera de agua fría y le dije que buscará hielo, me metí en la tina o me alivia o me da una pulmonía. Ella me saco de la tina y me  meto en la ducha con agua caliente. Me baño, me seco y debajo de las frazadas desnudos nos abrazamos los dos en esa noche fresca decembrina de cielos oscuros y sombríos.

Temblábamos y salió del abrazo busco un secador de pelo y nos peinamos. Secos completamente y con pijamas nos abrazamos en la cama en busca de más calor. La tape con mi cuerpo y la acune, le bese los cabellos y aspire su aroma ácido de jazmín.

-¡Gracias!  y la abrace. La rigidez no mejoraba, no tan exigente ni dolorosos  pero ahí estaba y con una mujer que no me amaba, que era difícil seducir pero hermosa, tibia y cariñosa. Sentía mi malestar y se dejaba amar, pero no amaba. Por momentos estaba solicita preocupada y ratos se retraía avergonzada. Así dormíamos a rato y temprano fui al  medico y le escuche la charla contra el abuso de las drogas, me inyecto y molesto me recetó y me dio de alta. Se le noto al joven galeno su prejuicio por los latinoamericanos.

Estábamos incómodos y cansados comimos frugalmente en la calle.

-¡Alejandro!– me miró preocupado-  estas muy pálido. Vamos para que descanse.

Abrazados llegamos al edificio, el portero se preocupo por mi estado, encamado, ligero de ropa, me acostaron.

-Y una buena sopa  y estarás como nuevo – y salió sigilosa

No tengo sueño, pero si un terrible dolor de cabeza, busco agua y tomo la píldora y entra Marcela con un tarro de café fuerte y simple como dijo el galeno. Andaba con ropa cómoda y la reclame a mi lado.

-¡Ya te acompaño!. Déjame arreglar algo en la cocina.

Y cumplió, se acostó a mi lado y la cerque en mis brazos. Cuando se relajo y la sentí cómoda. Nos quedamos dormidos.

Pasamos todo el sábado viendo películas, comiendo, jugando y durmiendo.

Un momento que no la encontraba, estaba en el cuarto de visitas vistiéndose, y mire sorprendido que era su habitación. Hasta un florero con rosas blancas tenía. No la deje vestir y solo se puso un vestido sencillo sin brasier. Porque la convencí que no los necesitaba yo se los sostenía. Y reía con sus mejillas acaloradas. La cobije en mis brazos y ella se abandono a mis caricias.

-Todo fue muy rápido y siento que te viole ¿quieres hablarlo? – la miré, buscando en sus profundidades descubrir sus miedos, sus anhelos, sus expectativas – pero tenía otro idioma que yo no hablaba. Callaba

-Me gustas mucho Marce y ya sabes  lo difícil que es para mi encontrar pareja. Lo intenté contigo  como Dios manda. No entiendo porque Martin te llamo. No cambio por nada los momentos que pasamos juntos. A pesar de estar drogado me alegro tanto que seas tu.  Pero pensando en ti, temo por nuestra relación, y…no quiero perderte Marce. Y la abrace buscando a protegerla de mi mismo.

-jajajaja Jajajaja-dijo calladita – Soñé que mi primera vez sería con mi novio, pero descubrí que no me amaba y pensé que con el próximo enamorado tendría sexo, ( para que no ande un loco por las ruas de Málaga  gritando que soy virgen) y no resiento  que sea contigo, pero no te conozco, me gustas mucho y me siento bien contigo.

-Insisto que fui engañada por Doña Leticia que juraba:  ese hombre es un genio perdido en el horizonte, no le interesa nada y desde que me viste me tienes acorralada, me violaste y si no me dejas vestir para ir a la farmacia quedare  preñada.

-Solo quédate a mi lado, te amaré como una santa y te enseñaré a amarme. Solo dame la oportunidad, ya estoy a mitad de camino me gustas toda tu. Será fácil amarte. Y si nos embarazamos seria feliz. Pero si no quieres Espérame voy a la farmacia de abajo.

Jajajaja Jajajaja si eres loquito no se equivoco la dama. Perdona pero estaba tan asustada por tu palidez que me olvidé de los anticonceptivos esta mañana.

-Ves,  te importo y anoche cuando me viste llorabas.

- A pesar de la poca luz te vi transformado y hasta agresivo. Tenias dolor. Que paso en la reunión. Que comiste.

-Era un bufet había mezas se vinos y  quesos. Y en los mesones comida y postres  navideños, en las mezas la bebida que escogiera. No toque ni  probe nada y no me pare de la meza ni para ir al baño. Nadie se acercó solo un vaso de agua que me mandó Martin con su enamorada y vi que lo probó primero para tranquilizarme y en el espacio de tres metros Ana confabulada me drogo. Ella lo niega. Pero como más.

-Creí que morías, se de varias historias por el éxtasis: algunos de vuelven locos, otros que se matan, y me dijo la farmaceuta que supo de un caso que la erección le duró tanto y era tan dolorosa que le hizo daño a la novia y que los hospitalizaron .

-Si, también he oído algo. Con suerte usaron baja concentración y no me daño tanto. ¿Tu has usado droga?

-Café y mate aunque suaves son droga y tu?

-Medicadas. Tienes que andar con cuidado cuando salgas de copas, tienes que salir SOLO conmigo.

-¡Oh si! muy resistente. No te cuidas ni tu mismo.  Hombre. vaya a la farmacia y cuando venga le doy sus primeras hallacas de navidad.

-¿ hallacas?

-El Mesón, nos contrato a hacerlas. La colonia nuestra es grande y  los colombianos, panameños y hasta mexicano nos encargan. compre diez.  Están congeladas, cuando quieras la pones a hervir en agua salada por una hora. Bueno. Ponte una franela. Las que te gustan están sobre el mesón de la cocina. Ya te las guardo. Vaya a la farmacia. Voy sirviendo la mesa.

-Traigo Pepsi cola

-No, con vino

-No puedo tomar alcohol.

-Verdad, trae refresco.

Y ya de tarde, salió fuerte el sol y salimos a caminar hasta llegamos  al barrio teatino,  en el campus de la universidad entregue dos placas a unos compañeros que me esperaba. Y note el asombro cuando nos vieron tomados de la mano.

-Marcela – le comente riendo cuando se marchaban, la acerque más y le comente en voz baja – ahora lo regaran por la facultad y dejaran de pensar que soy homosexual.

-Me estas usando?

-¡No! no pensé eso. Y ni me importa lo que piense solo me dio risa que no pudieron disimular la sorpresa. Y tu con esos short tan cortos.

-¿Me queda mal?

-No, pero son como para estar en la casa. Además llamas mucho la atención,  y en un rato hace frío.

-Ale,  mira las chicas, fíjate estan vestidas igual , es la moda,  mientras más deshilachados mejor. Lo que pasa es que tu no te fijas. Y cuando haga frío traje mi campera. Y le mostré el chaquetón.

-Si me dejas voy a incluir en tu closets unas prendas, siempre andas muy formal.  

-Acepto, ayúdame en eso. Solo no me gustan los tonos brillantes y fuertes . Prefiero el blanco es mi color predilecto pero acepto tambien marrón, gris beige y negro. Odio el rosado, violeta y los tonos pasteles de verde, azul, amarillo y rojo.

-No, muy difícil, mejor vamos de tienda y con eso te los pruebas.

¡No! no me   gustan los centros comerciales, ni donde halla mucha gente. Mejor los pedimos por catálogos y lo que no me quedan los devolvemos. Así compre cuando llegue aquí para andar a tono con los muchachos universitarios. Doña Leticia me ayudó mucho en eso.

-Me niego. Vamos a una tienda de ropa masculina que conozco y vemos lo que tienen. Es tu estilo y además no tenemos mucho que hacer. No puedes tomar

- Pero puedo comer y bailar.

-Anda -y se me pego a un costado. La apreté. Y absorbiendo ese aroma agresivo del jazmín en su pelo, le  bese los labios.

-Acepto, con una condición. Compramos, te llevo a cenar y esta noche me dejas hacer contigo lo que yo quiera.

Se soltó y me miró aprensiva. Me observo y río.

- Y porque si es para ti la ropa. Deberías pagarme mejor por quitarte esa ropa de abuelo y soltarte el moño. Sabes es crear imagen.

-Es a ti a quien le preocupan esas cosas y  si te  gusta que admiren el hombre que anda contigo, eso también tiene precio. Se te ve mal  andar con un tío feo y mal vestido

- No, lo que pasa es que tu de verdad no te fijas en nada. Así como andas pareces un ejecutivo rico, serio e importante y las mozas te comen con los ojos y los hombre con envidia. Te desmejoro yo acompañándote  deberías andar con una modelo o una chica más sofisticada.

-Nada – la mire – eres preciosa y hasta desnudas eres hermosa.

La arrincone contra una pared de viejo edificio y me tomo la cara.

-Tu no te miras en el espejo, eres muy bonito. Pareces un griego. Eres alto, tienes porte de atleta y peso exacto. No aparentas tu edad parece que tuvieras viviendo  muchos años y me enteré que tienes veinte.

-¿O sea que soy bonito y quiere que sea más bello?

-Podría ser, solo cambiaría tu look. Ese tipo de ropa elegante y señorial lo usarías solo para trabajar.

-Acepto y ¿entonces?

-Acepto. Solo que no haya dolor

-No habrá, te lo prometo.

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Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Ale es un caballero Marcela lo ayudo muchos ahora ya no creerán que es gay

2023-12-10

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