LOS TRES JUNTOS
Abigail es una dama. Soporto con estoicismo la traición, armamos nuestras carpas y ayudamos a preparar los alimentos siempre riendo y bromeando. Pero no, yo la conocía, también se que no esta enamorada solo ilusionada. Pero esta herida y si algo no perdona es la traición.
Cae la tarde, muchos de los intentos de Sandro para justificarse dieron contra el muro de acero de mi amiga. Hasta que intervine y le exigí que la dejara en paz. Algo vio en mi mirada que se alejo molesto.
Agarre una botella de ron, dos vasos de plásticos y me la lleve al río. Me sorprendió su diminuto bikini. No, ya no era una niña Abigail
No hablamos buscamos dos piedras cercanas en el agua y brindamos ron puro, seco y fondo blanco. No éramos grandes bebedores y al caer la tarde ya el alcohol hacía estragos.
-¿Porque hizo esto? ¿porqué no lo dijo?, ¿porque se burlo de mi? Todos ya lo saben y me miran. Se están burlando. Se quejaba
-Nadie esta enterado. Ellos tienen como un mes juntos, el mismo que usamos para preparar el proyecto. No quiero justificar a Sandro pero en realidad la trampa es de Lourdes, el solo cayo en ella y perdóname yo tambien. Todos estábamos muy ocupados, te juro amiga, no me percate.
-¿Tu? ¿Tu me traicionaste? -me miró extrañada
-No, no yo no, la traje porque se me quindo, pero no sabia sus planes. No soy de esos Aby
La abrace, la dejé llorar y gritar lo que quisiera si con él ello calmaba su rabia por todo lo que le habia pasado solo quedaba la borrachera. Serví dos vasos más.
¡La quieres matar! -grito el hombre- no tomen más alcohol, a dormir. ¡Están borrachos!
-¡No! Solo ahogo su rabia -contesto el amigo-
Aun así me lleve nuestra ropa, la botella, los dos vasos y la metí en mi carpa. Busque su mochila y cuando regrese la encontré desnuda hincada y triste. No me intimide, me arrodille ante ella y le cubrí el cuerpo con mi toalla. Ya no lloraba.
Me miró, sus ojos rojos de llorar, sus labios hinchada y su melena alborotada.
-Soy muy fea, repulsiva o mala -pregunto-
-¡NO! ¡NO¡ le respondí ansioso- Eres un sol, mi amiga hermosa, bella y santa. Eres una chica encantadora. ¡Voy a matar a ese desgraciado!
Cayó la tarde. Unos débiles crepúsculos morían con la tarde y entraron en la carpa vi su desnudez y su herida. Y nada me preparo para su propuesta
-¿Tu cree?
¡Mi bella Abigail! Y la abrace
-¿Me quieres?
-¡Con toda mi alma! le conteste
¡Hazme el amor! – Exigió-
-Vamos Aby no digas cosas que mañana te vas a arrepentir.- Apartandola la reprendió el hombre-
-concéntrate en el ahora- y se abalanzó sobre mi, que arrodillado ante ella a duras penas la contenía- sus voluminosos senos cálidos se estrellaron en mi pecho.
--¡Hazme el amor! – continuo- y sus brazos rodearon mi cuello.
-¡No!. ¡ estas borracha!
Ella insistió y busco mi boca procurando un beso.
-NO, grito el hombre
-No, soy tu amigo.
-Por eso, a un enemigo se invita a la guerra.
Jajajaja Jajajaja buen punto Abigail la aplaudí.
-Además, estamos borrachos, desnudos, abrazados, sólitos los dos y quiero hacer el amor.
-Un punto más.
Mientras, sentía toda su piel y su húmeda feminidad frotarse en mi muslo. Sus labios insistían y el traidor amante ebrio de amor, atrapo esos labios hinchados, suaves y húmedos y los saboreo, invadió su boca lentamente y apuro ese beso, exigiendo deslizo sus manos lasciva por su cuerpo virgen, besos, mas besos largos hondos, al cuello y las manos traviesas que no se quedan quietas, suben, bajan, invaden sus senos grandes; tibios y con sabor a mujer bonita. Besos, sorbos, un mordiscos aquí y más allá. Ella responde… Ella se entrega al disfrute de las caricias. Mi ser exige a grito posesión…Y ella se abre como una flor.
-me tengo que contener -gimió el amigo.
-¡Sueltala¡ - exigió el hombre.
-Yo , el amante no oí, no la voy a defraudar, que se sintiera amada, y tampoco la razón ayudaba, ella no ayudaba y enterré suavemente en esa cavidad húmeda, ardiente; apurando el beso recibí el último grito virginal de la amada. Y nos perdimos en ese mar de sensaciones que dispararon los corazones y anestesiaron la razón. Suave, sin prisa. con vehemencia siento sus primeros espasmos y los dejo crecer hasta que se vuelve lujuriosa, impudica exigiendo más con su boca, su vientre y sus uñas que hacían surcos en mi espalda y mis glúteos y solo así descargue mi pasión. Quedándonos febriles, cansados y abrazados fuertemente como pidiendo que no fuera tan breve.
-¿ te hice daño? -pregunto el hombre.
-¿Te duele? -pregunto el amigo.
-¡ERES FELIZ AMADA! -celebro el amante
-Amante -llamo la amada- Dile al amigo que estoy feliz y que le diga al hombre que el dolor fue placentero.
Amada, - los tres ya lo sabemos.
Amante, ¿no serán muchos? ¿porque tres?
Amada, solo no fui capaz. Eres demasiado.
La amada ahondó el beso y apretó el abrazo para abarcar a los tres y se quedó dormida.
Se cerró la noche oscura misteriosa cuajadas de nubarrones propios de las noches de julio, fresca brisa ondeando sobre las crestas cristalinas del rio; música, baile y gran algarabía. Mis compañeros a la luz de las fogatas, en pequeños grupos se divertían. Yo no la estaba pasando mal. Suavemente me rodé a un lado y deje mi brazo que le sirviera de cabecera. Ya los efectos del alcohol se evaporaban y su cuerpo desnudo cobro vida, su torso me invadió igual a su pierna derecha y quede aprisionado, solo sintiendo su corazón alocado.
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Comments
Betty Saavedra Alvarado
Aby te entregaste porque estás dolida a un amante misterioso estabas borracha
2023-12-09
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El_dedo_chiquito_de_Mineta bb punto o _-_-
Increíble
2023-11-18
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