CAPITULO IV

AGUA, PIEDRA Y LODO

Los primeros rayos del sol hieren mis pupilas, su cuerpo tibio me recuerda  a su oso de peluche gigante que desde niña duerme con ella. No es bella ni siquiera llega a bonita y la poca luz no la favorece, pero mi cuerpo ardía de ansia de besarle, de sentirla gemir otra vez y me pilla cuando con adoración la observaba. Solo me mira y me reclama  a su lado.

-Amada te va doler todo tu cuerpo, te va a costar caminar, te puedo hacer mucho daño.

-Amante. Y me viola,  cabalga sobre mi suavemente, Se  que cada empuje le causa dolor y  placer, y  lo que no se es de donde salió tanta ternura. La oi gemir calladita y convertio en líquido mi  pasión.

Un día aprenderé a decirle que no. Mientras la limpio la abrazo y la mimo.

-Amada, no te duermas. Vamos a bañarnos y vamos al pueblo que esta en el trayecto. Allí vi una farmacia. Busquemos la pastilla de 24 horas. No nos protegimos.

-Amante. - Me mira– Vamos

El agua fresca anestesio su dolor y el jabón de tocador desinfecto. No tiene pudor. Pero ella nunca conmigo lo tenía. Cuando íbamos al baño se sentaba y hacía sus necesidades frente a mi y yo frente a ella. Nos vimos desnudos hasta la adolescencia cuando le note oscuridad en sus partes íntimas y se le inflaman los pechos.

Siempre fue descarada, corrí al baño a ayudarla con su primera regla, solo me faltó colocarle la primera toalla sanitaria que encontré en su armario. Su mamá los compró meses atrás cuando cumplió los once.

Un día me pregunto si mi pene era diferente ahora, porque ya su papá no se quería bañar con ella y no se dejaba ver. Y además ella también estaba cambiando mucho.

 -Me estoy convirtiendo en señorita dice mami -me contó -Se de los cambios hacia la pubertad. Pero son tan incómodos. Ahora tengo que usar brasier, todos los meses me viene la regla, que no debo correr porque ya no soy una niña y que  debo sentarme bien y patatinpatatan, si señor. Jajajaja JJajajajay por eso cambiaron muchas cosas.

-Muestra para ver que tan cambiado esta. -y esa mirada ingenua-

Y le mostré, cinco minutos. Era mejor para matar la curiosidad.

Tanto alboroto -se río- solo tiene pelos pero esta igual.

No -me moleste – esta más grande y firme.

No -afirmo- esta igual, como cuando orinas. Suerte que ustedes no menstruan.

¿Y menstruar,  duele?  -me interese – ¿para eso fue el analgésico que te compre?

Si,-orgullosa argumento -tengo que hacer el amor para que duela menos, y después cuando tenga bebé no dolerá más.

-¡Abigail! -pregunte alarmado – ¿quien te dijo eso?. Y además si eso es cierto que no lo creo, tienes once años no puedes hacer el amor así como así

-Como así y tu si puedes y yo no.  Dijiste que te asustaste pero fue agradable y ahora te gusta más. Tu puedes yo no.

-Ese es nuestro secreto, no debes hablar de eso  -me moleste –

-Aquí estamos solo. Pero no quieres hablar conmigo de eso verdad. Porque soy mujer

-Exacto -respondí- es la naturaleza , yo no salgo embarazado si tengo sexo, ni tendré el hijo, ni lo voy a parir, ni lo voy arrastrar por el resto de la vida. En casa mis padres hablan sobre eso y saben de niñas  embarazadas en el barrio. Muchas no llegan al liceo porque están preñadas o tienen hijos. Esas muchachas que osan a vivir así lo pagan muy caro y sufren mucho. A lo mejor no tuvieron un amigo, ni sabios padres y tomaron mal rumbos, de eso hablan mis padres y los tuyos. Pero tu esas conversa no las oyes. No te interesan.

-Hay reglas que respetar, primero estudias, trabajas y te casa. No es rígido, es lo ideal. En ese trayecto de vida muchos sucumbirán pero tu y yo  sabemos que lo que queremos y que esperan nuestros padres de nosotros, por curiosidad o por necesidad tu no vas a decepcionar a tu mamá. Si,  estamos cambiando Aby, pero es bonito verte ahora así más alta, más delgada y con espinillas en la cara. Vernos con un uniforme azul y en el liceo. Cuantas veces no soñamos esto de lo que íbamos a ser cuando grande. Y mira donde vamos.

Se siente bien ser y se que tenemos muchas dudas y a veces miedo, pero nos tenemos Aby siempre amigos y compañeros. Y tenemos a nuestros padres. Habla con ellos, dile a tu mamá lo que sientes y ella te ayudará.

-¡Que! . ¡Estas loco! -se alarmo - Me manda al psicólogo.

-No, nuestras madres hablaron un día, preocupadas porque siempre andamos juntos, y ya no somos niños para dormir en la misma cama, ni bañarnos, ni pasar tardes enteras viendo televisión solos en los cuartos.

Que somos jóvenes – cuchicheaban -  y podemos inventar y tenemos mucha ocasión. Pero acordaron hablar con nosotros. Hablar con mi papá es fácil, en ton de broma me aconseja oye mis temores y me guía con ejemplos y descubrí que es un gran señor mi papá y ahora somos más amigos.

Abrete a tu madre y pídele consejo. No seas arrogante. Recuerda que ella te ama y eres la niña de sus ojos. Yo siempre los oigo a ellos, a quienes realmente les importa nuestras vidas y no a los compañeros, ni lo que lee en las redes. Hazlo Aby habla con la madrina. Cuéntale lo que hablamos pero mi secreto no. Lo prometes.

-Si  -contesto insegura-

 Muchos muchachos se te van a acercar, es natural, no es que sea malo, pero piensa: ¿quien es merecedor de tus afectos? ¿que quieres de él? Pregúntale: ¿que quiere de ti?. No es que no tengas sexo es que sepas primero ¿que es? y después ¿para que es? No somos como los perros. Las hembras animal se deja arrastrar por la naturaleza. La hembra humana no, somos inteligentes y no nos dejaremos arrastrar.

-Estirado -me insulto – puedo hacer el amor y protegerme.

-Hazlo, pero no por curiosidad, ni por aliviar tu dolor. Hazlo cuando consigas un hombre que  te guste. Cuando realmente el merezca tu primera vez. Así es mejor. Yo amiga solo tengo relaciones sexuales. Pero nunca he hecho el amor. Me lo dijo una mujer madura que fue mi primer amante.

-¿No es lo mismo?

-No se decirte nunca he hecho el amor. Cuando lo haga te contaré.

- y a tu amante, ¿le creíste?

-si, todo lo que me dijo es verdad

- la amas

-No, ya no la veo.

-la extrañas

-No, solo me acordé de lo que me dijo.

-Decepcionada, eso pasa cuando la mujer no se valora, no voy a juzgar. Pero te gustaría que un hombre dijera que te uso y apenas te recuerda. Igual me pasa a mi pero nací varón no busco nada en una mujer que no sea disfrutar,  y perdona Aby que te lo diga, así es como aprendemos los muchachos de tontas que piensan como tu y nos aprovechamos. A la mujer nuestra ese tipo de vivencia la mancilla, al hombre le da experiencia.

Nos bañamos sin mucho ruido, nos vestimos y desarmados la tienda. Cuando ya casi terminamos se despertaron las chicas y las esperamos para ir al pueblo,  ese el más cercano que queda a diez kilómetros abajo como  darle la vuelta al cerro,  opuesto al río. Y bajamos,  al rato  nos fueron alcanzando varios. Van al pueblo a comer empanadas, a comprar cigarrillos o a caminar un rato. Una veintena de locos corriendo, jugando y bajando la suave elevación de tierra, húmeda y aun borrosa por la niebla.

Abigaíl va con las chicas, se le ve mal. Las muchachas lo notaron y yo la subí a mi espalda y le ayude un rato.

Se puso de moda y mis compañeros me miraron bravos. Cada chica trepo un varón y bajamos corriendo a ver quien llegaba primero. Las otras, porque siempre hay mas mujeres que hombres, venían corriendo detrás animándonos y quien ganó: el cansancio.

Bajo una mañana fría de invierno con fuertes ráfagas de viento y evidente amenaza de lluvia estaba el pueblito de  casitas de bloques, con techos de teja a orilla de camino: una plaza  una iglesia, una escuela, varias bodegas y una farmacia. Varios puestos ambulantes de comidas, suvenir libros plantas y medicinas naturales. Y de todo. Cansado nos tiramos en el piso cubierto de césped cuajado de rocío. para luego invadir los puestos de comidas arepas de maíz, de trigo o de plátano, empanadas de mil sabores, tequeños, papas, o desayunos completos. Eran laboriosos sus habitantes. Aquí y allá se veían granjas de árboles frutales, de granos, y de animales en improvisados corrales

Si, no estamos preparando –  comentaron - para las vacaciones y recibir los turistas, su mejor temporada. Y ese lote grande que subió al río,  a las cascadas eran los primeros, venían a pasarla bonito después de reventarse cinco años para ser bachilleres, allí en ese lote irán posiblemente grandes doctores, ingenieros, abogados y Dios mediante un gobernante bueno para esta tierra amada.

-Me siento elogiado y con orgullo mire a mis compañeros, que igual estaban. Mientras aproveche y me escabullí a la farmacia. Me llegue hasta el grupo y les brinde alka seltzer  y ellos me dieron café y empanada

.-Aby se tomo sus  pastillas y me beso delante de todos. No levante la cara, un silbido largo como una onda hiere mis oídos y bandadas de aves cubren el borrascoso cielo, los perros aullan desesperados y los gatos, los animales en los corrales estan gritando, y segundos después se oigo un estruendo,  un ruido que arrastro delante de nosotros la mitad del cerro por donde bajamos y a escaso cien metros vemos el rio furioso que arrastro agua, lodo y piedra. Me Levante y la tome  de la mano corri y grite:

CORRAN  CORRAN   CORRAN

-la gente del pueblo grita DESLAVE DESLAVE   DESLAVE

Y grito muchachos: Ayudemos a la gente del pueblo y  tranquilo sin soltar a Aby agarre a una señora con los niños y corrimos lo más lejos que pudimos de la furia salvaje, el rio estremecía a la tierra con sus gritos y veo atrás como se lleva mucha gente sus casas, la  carreteras y los sembradíos y no fue  suficiente eso, tambien se desatan los elementales: lluvia y fuerte brisa nos azotan mientras corrímos junto a los perros, gatos, ovejas y aves. corriendo y ayudando a salvar vidas.

 Por encima del ruido sigo gritando  SIGAN CORRIENDO NO SE PAREN.  No se si me oyen  pero seguimos  corriendo, patinando en el barro cayendo y ayudándonos a levantar. Los animales nos ganan nos dejan atrás. Con orgullo vi a mis compañeros arreando al pueblo. De la falda de los cerros apareció mucha gente que nos alivio la carga nos ayudaron con los niños y los abrigaban y a las orillas del camino la gente de los cerros vecinos nos cubrían con mantas no solté a Abigail. Bajo la vista y veo cuando se arrodilla y junto a ella todos clamando  al cielo por ayuda. No me quedo otra me postre y rogué por mis compañeros en el campamento aun dormidos y desprevenidos.

Nunca solté la mano de Aby. La abrace y quise protegerla de la lluvia pero todas las mantas estaban mojadas. Tampoco nos quedamos quietos subimos gente en camiones, buses y sirenas, ayudamos a tender carpas con los policías del pueblo para la gente herida que buscaba refugio.

Y se lucio mi pueblo: sobraron sopas calientes, café, arepas y empanadas, mientras los más devotos seguían allá en la faldas de las montaña esperando la Gracia. Y amaino la lluvia, se calmo el río y se escurrió en lo que quedó de pueblo entre escombros, grandes cantos rodados y barro.

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