Capítulo 13

"¿Qué estás haciendo? ¿Por qué miras tan seriamente?", dijo Laras, que acababa de encontrar a su hermano mayor en cuclillas en el jardín del piso donde trabajaba Bima. Allí había un trabajador talando un árbol.

"¿Estoy pensando en por qué tienen que talar el árbol de mango de ahí?", preguntó Kenan con rostro serio, haciendo que Laras, Bayu y Ellora lo miraran confundidos.

"¿Qué te pasa? No estarás poseído por el espíritu del árbol de mango porque no aceptas que lo talen, ¿verdad? Tus preguntas son tan raras, me dan escalofríos", preguntó Laras.

"Tonterías, claro que lo talan. Sería muy pesado arrancarlo", bromeó Kenan, haciendo reír a Bayu y Ellora, mientras que Laras se enfadaba.

BUGH BUGH BUGH

"Vale, vale, vale... me duele Ras", dijo Ken, esquivando a Laras y frotándose la espalda golpeada.

"Yo estaba hablando en serio y tú me tomas el pelo", refunfuñó Laras. Kenan se rió.

"Vamos, vámonos a casa", les invitó Laras. Los tres asintieron y siguieron los pasos de Laras, mientras seguían caminando y riendo.

"As-salamu alaykum, ¡¡MAAAAHHH.... OOO MAMAAAAAA!! ¡¡VUESTRA PRINCESA FAVORITA HA VUELTO!!". Laras entró y se dejó caer en el sofá, agotada tras el día de hoy.

¡ZAS!

"Ay, duele", dijo Laras frotándose la frente que le habían dado, pero sin ganas de levantarse.

"Siempre entras gritando como si estuvieras en la selva. Ve a ducharte, mamá todavía está en casa de la señora Lastri", dijo Kenan.

"Tsk", Laras se incorporó en el sofá.

"¿Qué hace en casa de la señora Lastri? ¿Hay alguna comida?", preguntó Laras.

"Hay una celebración de la circuncisión de su nieto, volverá pronto", respondió Kenan, que también se tumbó en el sofá junto a Laras con los pies colgando del borde.

"Vaya, el hermano Ken. Me dice que me duche y él se tumba", se quejó Laras.

"Sólo un rato, me duele la espalda". Laras se levantó y subió las escaleras hacia su habitación.

Mientras tanto, en el cuartel general de Bintang, estaban reunidos en la sala privada del jefe.

"¿Dónde está?", preguntó Bintang.

Benito, que estaba sentado junto a Satria, sacó su teléfono, entró en la galería y buscó lo que Bintang le había pedido. Una vez que lo encontró, le dio el teléfono a Bintang.

Había varios vídeos y fotos, no sólo de la boda por lo bajo de los dos bastardos. También había vídeos de la esposa secreta del padre retozando con diferentes hombres.

"Qué asqueroso. ¿Cómo puede Bagus hacer eso con una esposa así? ¿Es que no sabe cómo se comporta su joven esposa?". Bintang negó con la cabeza con incredulidad ante lo que veía.

"Envíame el vídeo de ella teniendo sexo con otro hombre", ordenó Bintang mientras le devolvía el teléfono a Benito. Benito se excusó para salir, ya que tenía cosas que hacer. Lo importante era que la tarea que se le había encomendado fuera un éxito.

Benito no dudó en ayudar a Bintang, ya que sin su ayuda, seguramente se habría convertido en un niño de la calle sin hogar. Bintang y sus tres amigos también lo salvaron de un grupo de personas que querían hacerle cosas inapropiadas.

Lo mismo ocurría con los hombres de Bintang, aunque parecieran traviesos. Además, las bandas de motoristas eran el azote de los residentes locales. Sin embargo, la banda de motoristas de Bintang no causaba ningún daño a los residentes locales. De hecho, solían organizar colectas de fondos una vez al mes para ayudar a los necesitados.

Si alguien les retaba a una carrera, Bintang y los demás sólo aceptaban si era en un circuito. No en la vía pública, ya que no querían molestar a los residentes locales. Bintang tampoco quería que hubiera víctimas de atropellos accidentales.

Al igual que otras bandas de motoristas, los hombres de Bintang también se reunían a menudo para beber. Pero ninguno de ellos se atrevía a consumir drogas. Tampoco jugaban con mujeres en la base; si querían hacerlo, lo hacían en otro sitio, como un club, por ejemplo.

"¿Cuál es tu plan ahora?", preguntó Ammar.

"Mañana veré al tío Gavin después de clase. Le entregaré todas las pruebas en una memoria USB para que el proceso de divorcio y la herencia se resuelvan rápidamente. Sólo quiero que mi madre viva en paz, sin ese hombre", respondió Bintang.

Entre el alivio, la felicidad, el ahogo y un poco de tristeza. Porque al fin y al cabo, el hombre que se convertiría en el ex marido de su madre había sido su modelo a seguir, había sido su héroe. También había sentido su amor, y todo se había derrumbado en un instante.

"Siempre apoyaremos tu decisión, sólo tienes que decirlo si necesitas nuestra ayuda", dijo Satria. Doni y Ammar asintieron con la cabeza.

"Gracias, hermano. Tengo suerte de conoceros y ser amigo vuestro", dijo Bintang. Chocaron los puños.

"¿Y qué pasa con Laras?", preguntó Doni, cambiando de tema.

"¿Qué pasa con ella?", preguntó Bintang fingiendo ignorancia.

"Tsk...". Los tres se burlaron al oír la pregunta de Bintang.

"Déjala en paz, espera a que se le acerque un hombre. Entonces se pondrá celoso y se le romperá el corazón", bromeó Satria. Doni y Satria se rieron y chocaron los cinco.

Bintang cogió un cojín y se lo tiró a los dos.

¡ZAS!

En lugar de ofenderse, se rieron.

Los días se convertían en noches, la luna había sido sustituida por el sol.

Uy, el sol se escondía detrás de unas nubes negras, al parecer. Una ligera llovizna acompañaba a Laras y a los demás en su rutina matinal.

"Llevas dos días levantándote muy temprano, hermanita. Sin tener que oír la voz de siete octavas de mamá", bromeó Bima.

"Jeje... Estoy siendo diligente, hermano mayor, y me lo criticas. Puede que mañana no vuelva a pasar, deberías apreciarlo, darme una recompensa, por ejemplo", se quejó Laras, mordiendo el pan que era su desayuno con disgusto.

"Bueno, sólo llevas dos días levantándote temprano. Si puedes seguir así durante un mes. Y después de rezar no te vuelvas a dormir, sino que salgas a correr por el complejo. Te compraré un ordenador nuevo con todos los accesorios, ¿qué te parece?". Kenan le tendió la mano para estrecharla.

No era por nada por lo que le lanzaba este reto, Laras era el tipo de chica que se acostumbraba a las cosas. Si se acostumbraba a algo, lo seguiría haciendo. Sobre todo si Laras experimentaba los efectos positivos en sí misma.

Al oír la tentadora oferta, el estado de ánimo de Laras, que antes había decaído, se elevó en un instante.

"Es una oferta increíble, trato hecho. ¡Laras acepta!". Se dieron la mano como señal de que el reto había comenzado.

Arjuna, Ajeng y Bima no hicieron más que negar con la cabeza. Sin un desafío como este, Laras podría comprar fácilmente la unidad que quisiera. Laras no tenía poco dinero. Sobre todo porque por cada caso que resolvía, cobraba una buena cantidad. Laras también ganaba dinero de los empresarios que necesitaban seguridad para sus datos, por supuesto con una identidad oculta.