Capítulo 10

"¿Con qué derecho me prohíbes acercarme a Bayu? ¿Y tú quién eres de Bayu para atreverte a decirme que me aleje de él?", preguntó Laras mirando a Bayu con disgusto, al igual que Ellora que miraba fijamente a la chica.

*ESTOY MUERTO* pensó Bayu.

"Soy la futura novia de Bayu, y puedo echarte de esta escuela si no te alejas de él", respondió la chica con valentía y seguridad en sí misma. Laras enarcó una ceja.

Laras y Ellora miraron al unísono a Bayu, quien negó rápidamente con la cabeza y cruzó las manos delante de la cara.

Laras se acercó a la chica. La chica tragó saliva con dificultad y retrocedió.

De repente, se sobresaltó cuando Laras levantó ambas manos.

"PLOK"

Laras dio una palmada frente a la cara de la chica. Ella retrocedió de un salto y cerró los ojos.

"Hmm... ¿creías que iba a golpearte? Lo siento, estas manos son demasiado valiosas para darle una lección a una niña como tú. ¿Quién eres para amenazarme con echarme de la escuela?". Las manos de Laras tocaron los hombros de la chica y le alisaron la camisa. Laras sintió que la chica temblaba de miedo.

*Tengo que admitir que tiene agallas. Su cuerpo tiembla de miedo\, pero aún así se atreve a desafiarme*\, pensó Laras.

"Yo... mi... mi padre es uno de los mayores donantes de esta escuela. Con solo pedírselo, puedo hacer que te expulsen", respondió la chica tartamudeando.

"Oh no, tengo miedo. ¿Qué vamos a hacer, El? ¡Me van a expulsar de la escuela!", dijo Laras con fingido miedo, haciendo que la chica se sintiera superior.

Sin embargo, esa expresión solo duró un segundo. El rostro de Laras se volvió frío e intimidante. Odiaba a los niños que usaban el poder de sus padres para amenazar a los demás. Que su padre fuera el dueño de la escuela no la hacía arrogante ni autoritaria. De hecho, ocultaba su estatus para poder ir a la escuela como cualquier otro niño. Nadie lo sabía, ni siquiera el personal de la escuela, ni el presidente de la junta ni el director. Solo sus dos mejores amigos lo sabían.

"¿Eso es lo que esperabas oír de mí? Pues no tengo miedo en absoluto. No me importa si tu padre es el mayor donante, el presidente de la junta, el director, un general o un jardinero... ¡NO TENGO MIEDO! Ve a decírselo y veamos quién acaba siendo expulsado de esta escuela", desafió Laras, bajando la mirada hacia el nombre de la chica.

"Claudia Sasika Candrawinata, recordaré ese nombre. Espero tu amenaza, ¡vamos!", dijo Laras, y se llevó a sus dos amigos a la cantina.

Sasi observó cómo se alejaba Laras, apretando los puños. En sus ojos ardía el odio. Los demás alumnos se dispersaron, murmurando entre ellos.

...

"¿Candrawinata? Me suena ese nombre", dijo Laras, tomando un sorbo de su bebida.

"Claro que te suena. Es el dueño de uno de los hoteles de 5 estrellas de la ciudad, y también tiene sucursales en otras ciudades. Aunque su fortuna está muy por debajo de la de tu familia", respondió Bayu mientras masticaba su comida. Laras asintió.

Laras sacó su teléfono y accedió a un programa que había creado. Escribió el nombre y aparecieron todos los datos sobre Candrawinata, incluidos sus trapos sucios. Laras leyó con atención y al poco rato soltó una carcajada.

"Shhh... ¿qué te pasa? ¿Te has vuelto loca?", preguntó Ellora mirando a su alrededor. Algunos estudiantes miraban a Laras con curiosidad, mientras que otros no le daban importancia.

"No puedo creer que la escuela de mi padre esté llena de ratas y criminales", dijo Laras en voz baja.

"¿¡Qué?!", gritaron Bayu y Ellora, tapándose la boca al instante al darse cuenta de dónde estaban. Ellora y Bayu se inclinaron hacia delante, acercándose a Laras.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Bayu.

"Debería darle las gracias a esa tal Sasi, tu mayor admiradora, Bayu. Si no hubiera sido por ella y su numerito, nunca habría descubierto las porquerías de esta escuela. Parece que la escuela va a ser un patio de recreo muy divertido hasta que me gradúe", respondió Laras con una sonrisa que a Bayu y Ellora les pareció escalofriante.

Sonó el timbre de la clase y los tres salieron de la cantina. Cuando estaban a punto de entrar en clase, Laras se cruzó con Bintang y sus amigos.

Sin embargo, a diferencia de otras veces, Laras pasó de largo junto a Bintang como si no lo viera.

De repente, Bintang sintió algo diferente en su corazón. ¿Qué era? ¿Por qué no le gustaba que Laras lo ignorara? Bintang observó la espalda de Laras hasta que la perdió de vista. Doni, Ammar y Satria estaban confundidos por el comportamiento de Laras y el silencio de Bintang.

*Algo va mal*\, susurró Doni.

*Parece que Laras ha pasado página con Bintang*\, respondió Satria. Ammar observó en silencio el drama que se desarrollaba ante él. Negó con la cabeza. Bintang era un idiota en lo que a entender sus propios sentimientos se refería.

"Me parece bien. Si yo fuera Laras, tampoco querría seguir esperando. Todos los días recibe miradas de desprecio y palabras crueles", dijo Dino en voz baja. Al instante, Bintang le lanzó una mirada fulminante.

Bintang continuó su camino hacia la cantina. Iban a saltarse la primera clase.

...

"¿Qué te pasa? ¿Estás pensando en la actitud de Laras? Esto es lo que querías, ¿no? Que se rindiera y se alejara de ti", dijo Ammar sin rodeos, viendo que Bintang se limitaba a remover la comida en silencio.

"¿Y tú qué sabes?", respondió Bintang, engullendo su comida.

"Lo sé con solo mirarte", respondió Ammar, suspirando.

"Espero que cuando llegue otro hombre y le tienda la mano a Laras, no sientas celos. Porque sería culpa tuya por ser tan idiota y no darte cuenta de tus propios sentimientos", añadió Ammar. Doni y Satria asintieron con la cabeza.

"¿Por qué iba a romperme el corazón? Mejor, así otro puede aguantar a esa chica tan pesada", dijo Bintang. En el fondo, sentía que no podía aceptar esas palabras. ¿Qué le pasaba?

"Sí, esperemos que así sea. Espero que encuentre a un chico que la acepte tal y como es y que no sea un hipócrita", dijo Ammar. Bintang lo fulminó con la mirada.

...

En clase, Laras no podía concentrarse en la explicación del profesor. Bayu se giró para mirar a Ellora y levantó la barbilla. Ellora se limitó a encogerse de hombros, y Bayu volvió a mirar al frente.

Bayu y Ellora sabían que los ojos de Laras estaban fijos hacia delante, pero su mente estaba en otra parte. Seguro que tenía que ver con Bintang, sobre todo después de lo que habían visto el día anterior. Pero se equivocaban. Laras estaba sumida en sus pensamientos, pero no en lo que sus amigos pensaban.

*¿Por dónde debería empezar? Si voy directamente a la raíz\, no será divertido. Todavía me queda un año y unos meses para graduarme. Empezaré por el tal Candrawinata\, el que dice ser uno de los mayores donantes de la escuela. ¿Debería contárselo a papá? No\, primero se lo contaré a mi hermano. Esto va a ser divertido*.