La Rosa Negra Del Amor

La Rosa Negra Del Amor

1.- Nombramiento.

Hoy es un día especial, es el cumpleaños de mi mejor amiga y después de celebrar la acompañaré a una fiesta del trabajo de su hermano, estoy emocionada porque será en uno de los mejores sitios de la ciudad...

Me levanto como todos los días, perezosa por ser fin de semana, ya que mi trabajo me absorbe los cinco días de la semana y en mi descanso prácticamente hiberno como los osos en época fría.

Salgo de mi habitación dando pequeños pasos arrastrados hasta llegar a mi cocina buscando que comer y al ver la nevera vacía solo tomo un tazón sirviéndome cereal con la escasa leche que aún quedaba en reserva.

Al terminar, lavo lo que utilice para desayunar y me voy a mi habitación para darme un rápido baño, ya que Leo, no tarda en llegar para ir al salón.

Después de salir de la ducha busco un deportivo, estoy por terminar cuando escucho el timbre insistente dándome a entender que mi amiga habia llegado.

Recojo mi cabello en un chongo mientras camino aprisa, abro la puerta recibiéndome con un cálido y largo abrazo.

— hola bebe, ¿estás lista?— asentí con una sonrisa al separarnos, camino a tomar mi bolso.

— lista beba, vámonos que el día aguarda por nosotras— la escucho gritar y brincar de emoción.

Salimos de mi pequeño departamento, subimos a su auto yéndonos a toda velocidad hasta el salón de belleza, al llegar de inmediato nos recibieron e hicieron un largo tratamiento en nuestro cabello y mientras llegaba el tiempo estipulado nos hicieron las uñas de manos y pies.

Leo solo sonreía de felicidad, ya que este, era el regalo de Bernart para su cumpleaños y el mío sería en tan solo algunas horas.

Nos peinaron y maquillaron dejándonos más que hermosas y listas para festejar, íbamos de regreso a mi casa cuando Leo volteo a verme.

— bebe, ¿si me acompañarás?, las fiestas de la empresa siempre son aburridas — sonreí asintiendo— gracias de verdad Ka, créeme lo compensaré, sé que tu fin de semana es sagrado.

— no te preocupes Leo, sabes que por ti haría mil cosas— hizo un puchero llevando su mano al pecho.

— por eso te quiero bebe— volvió a sonreír aumentando la velocidad del auto— ahora si, a gozar que es nuestro día.

Gritamos al mismo tiempo mientras el auto se detenía para esperar la luz del semáforo, la gente volteo a vernos como si fuéramos extrañas o raras, seguimos gritando mientras Leo subía el volumen de la radio cantando a todo pulmón escuchándose nuestro aullido.

Al llegar de inmediato nos cambiamos por nuestros vestidos, nos retocamos un poco y salimos, pero en esta ocasión nos fuimos en mi auto, ya que le vende los ojos, todo el camino estuvo interrogándome e intentando sacarme una pista, la cual jamás se la di.

Estacione, la ayude a bajar, guiándola hasta la entrada y al atravesar las puertas metálicas se escuchó en coro.

— ¡feliz cumpleaños Leo!— se quitó la venda y al ver a toda la gente reunida y entre ellos a sus familiares.

Giro a verme con sus ojos enrojecidos y una gran sonrisa— feliz cumple Leo— asintió abrazándome escuchando un pequeño quejido.

— gracias por esta gran sorpresa— nos separamos y limpié sus lágrimas.

— este día es para divertirnos, así que ya no llores beba— asintió suspirando— vamos que todos quieren felicitar a la cumpleañera.

Sonrió y caminamos hacia donde estaban todos, lo que comenzó como una pequeña reunión se transformó en una gran fiesta donde las bebidas corrían por la gran mesa, solo veía a mi amiga bailar y celebrar su cumpleaños número veintisiete.

Estábamos bailando en la pista cuando Leo contestó una llamada y por su semblante deduje que era su hermano, la vi suspirar me jalo hasta salir de la pista de baile.

— ¿qué sucede?, Leo— me mostró una sonrisa apretada y fue a despedirse de los invitados, al regresar entrelazo su brazo en el mío.

— nos tenemos que ir, Bernart está furioso porque aún no llegamos— asentí saliendo del club.

Nos subimos al auto poniéndolo de inmediato en marcha, mientras manejaba la veía de reojo y solo estaba seria— Leo, ¿nos tenemos que cambiar?, o ¿así nos vamos?— solo negó viéndome a los ojos.

— nos tenemos que cambiar, ya que Bernat dejo nuestros vestidos en tu casa y me repitió antes de colgar, que fuéramos presentables— suspire asintiendo.

Al llegar a mi puerta estaba en el suelo una gran caja de color negro, busque las llaves en mi bolso, abrí y entre las dos hicimos que entrará la enorme caja, al abrirla sacamos dos hermosos vestidos con glitter que nos haría brillar esta noche.

Nos retocamos el maquillaje recogiéndonos el cabello, nos cambiamos me quede impactada en verdad Bernart conocía mejor mi talla que yo, al verme al espejo el vestido era más que hermoso.

Vestido de Leo.

Vestido de Kailin.

Nos perfumamos y al salir pensé que nos iríamos en mi auto, pero me di cuenta de que estaba una camioneta blanca esperando por nosotros, al cerrar la puerta de inmediato se puso en marcha.

Después de unos muy largos minutos estacionó la camioneta, abrieron la puerta ayudándonos a bajar, caminamos juntas hacia la entrada, pero me sentía un poco ansiosa, era la primera vez que venía a un evento de estos.

Entrelace mi brazo en el suyo y me acerque a su oído susurrandole— estoy nerviosa Leo — le confieso teniendo mis manos más que temblorosas.

Hasta que detuvimos nuestros pasos, tomó mis manos mostrándome una leve sonrisa — calma Kailin, verás que todo saldrá bien.

Asentí suspirando y continuando nuestro andar, atravesamos el gran marco adornado, al entrar había demasiada gente seguimos caminando siendo el centro de atención de la mayoría de las personas.

Seguimos nuestro andar cuando se escuchó la voz de Bernart atras de nosotros.

— hasta que se dignan en aparecer— volteamos hacia la dirección de su voz y Leo lo abrazo.

— perdón Bernart— se quedó en silencio bajo la mirada de su hermano.

— Bernart, fue mi culpa la demora— me vio fijamente hasta desplazar sus ojos de arriba abajo, sintiéndome un poco extraña, lo vi tragar saliva hasta que asintió.

— está bien, Leo necesito que esto lo tomes enserió, hoy será tu nombramiento oficial de vicepresidente en la empresa que nuestros padres nos dejaron— Leo asintió caminando junto a él hasta que volteó a verme de nuevo sonriéndome— preciosa, disfruta de la noche.

Asentí y los vi alejarse, camine hacia una mesa, me senté soltando el aire retenido, aún no me acostumbraba a sentirme así cada que veía a Bernart, después de que hace un poco más de un año tuvimos nuestra muy corta historia, pero al final nos dimos cuenta de que lo nuestro nunca funcionaria.

Estaba perdida en mis pensamientos mientras pasaba mi dedo al rededor de la copa, cuando un toque en mi hombro me hizo salir de inmediato de mi mente, al voltear, frente a mí estaba un hombre demasiado guapo sonriéndome, extendió su mano hacia mí quedándome pasmada.

— ¿me concede esta pieza?— abrí mis ojos sin poder despegar mi vista en la de él, su voz de trueno hacía ponerme nerviosa.

Mis sentidos reaccionaron un poco pudiendo escuchar de fondo una melodía, ¿tan perdida estaba?, que ni cuenta me di que había música, disipe mis pensamientos, pose mi mano sobre la suya hasta sonreírle— claro.

Al caminar hacia la pista, sentí su mano tocar mi cintura, me giro estando frente a él, volví a sentir su mano sobre mi cintura, pero en esta ocasión me acerco más a él, embriagándome de inmediato con su loción tan enigmática.

La melodía era tan pausada que cada movimiento al que él me guiaba provocaba que mi piel se erizara, por un segundo nuestras miradas se cruzaron conectándose de inmediato, vi sus labios curvarse mostrándome una muy sensual sonrisa.

— ¿mañana estarás libre?— volví a escuchar su voz tan sexy sorprendiéndome por completo por su pregunta hasta que solo asentí, ya que mi voz se me había perdido y no sé si la encuentre en este momento.

La melodía terminó e inicio un pequeño discurso de Bernart, el hombre guapo tomó mi mano llevándome de nuevo a la mesa, me ayudo a sentarme hasta que sentí su aliento cálido golpear mi piel— perfecto.

Fruncí mis facciones a su respuesta, al voltear él ya no estaba, suspire y giré para prestar toda mi atención al nombramiento de mi mejor amiga.

Cuando termino toda la ceremonia me levante de mi asiento para ir a abrazar a mi amiga, quien al verme grito de emoción.

— felicidades, sé que harás un magnífico trabajo— asintió apartándose un poco de mí, sintiendo una cálida mano posarse en mi cintura.

Al girar era Bernart quien me sonreía, se acercó a mí, dejando un beso en mi mejilla— gracias por estar aquí— tomó mi mano haciéndome que girará en mi propio eje— estás hermosa y aún no olvido tus medidas.

Cuando me dijo eso me sentí tan incómoda y más porque Leo se había ido de mi lado, aclare mi garganta intentando controlarme — gracias por el vestido Bernart, pero creo que ya es hora de irme.

Me alejé de él, pero me jalo del brazo hasta topar con su pecho— Kailin, hoy quiero recordar viejos tiempos— tocó mi mejilla hasta que intento besarme.

— Bernart, creo que esto no está bien— me alejé de él y caminé entre la gente en busca de mi amiga.

Después de unos minutos buscándola la encontré hablando con el hombre guapo junto a otro dos más que estaban de buen ver, me acerque a Leo sintiendo su mirada sobre mí.

— Leo, me tengo que ir— giro hacia mí abrazándome.

— está bien y perdóname por haberme ido así, pero Bernart me obligo— nos separamos y al verla solo asentí.

— no te preocupes, todo está bien, nos llamamos y nuevamente felicidades por tu nombramiento— asintió, mi vista recorrió aquellos ajustados trajes hasta conectar con su mirada.

Les sonreí despidiéndome a distancia, ya que estaba muy nerviosa, camine al área de sanitarios y después de hacer lo que mi cuerpo ya no necesitaba, lavé mis manos al salir camine distraída sin darme cuenta de que alguien me esperaban.

— hola, ¿tienes hambre?— y al escucharle, mis sentidos entraron en crisis, mi vista no dejaba de verlo haciendo conexión como si de un hechizo se tratara.

Y solo asentí sintiendo su cálida mano sobre mi cintura.

Kailin Olsen Moe.

Leo Nanni.

Bernart Nanni.

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Comments

Kyana Goyo

Kyana Goyo

Dios que guapo y hermosas chicas

2024-06-24

1

cecilia ayala

cecilia ayala

Ese Bernard está cómo me lo recetó el médico jajaja

2024-05-23

4

Martha Gomez

Martha Gomez

¿Por qué será, qué en las novelas, no hay personas, físicamente comunes? Todos son hermosos.

2024-04-11

2

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