5.- Por fin en casa.

Al despertar me di un baño, me arreglé para ir a la construcción, salí de la habitación para buscar en la cocina algo de desayunar, pero por desgracia no había nada, tome solo agua y apuntando en mi lista mental que tengo que ir de compras con urgencia cuando me desocupe.

Al abrir la puerta, Alex estaba por tocar, sonrió e hizo el ademán para que lo siguiera, subimos a la camioneta, mientras íbamos camino a la construcción yo estaba atenta viendo por la ventanilla.

Cuando bajamos de inmediato me entregó mi casco junto al chaleco naranja, caminamos entre las imponentes maquinarias hasta llegar al pequeño vagón donde era la oficina de Alex.

Al entrar no perdimos tiempo y nos pusimos manos a la obra para detectar el dichoso error del área de urgencias del hospital.

Pero al final hicimos unos ligeros arreglos para disimular el error, ya que no podía modificarlo por completo porque la construcción ya estaba en marcha.

Salimos del vagón para ir en busca de los trabajadores, fuimos al área en específico y frente a varios hombres di mi explicación sobre el proceder, todos estaban atentos, hasta que un hombre habló interrumpiéndome.

— arqui, usted pudo habernos explicado— me sorprendí por su comentario un poco fuera de lugar— no había necesidad que viniera una estudiante.

— ¿disculpa?— me crucé de brazos sintiéndome tan ofendida y demasiado indignada— para que este de enterado, yo soy arquitecta y he venido a corregir lo que, él arruinó.

Señale a Alex, ya que él en ningún momento detuvo a ese hombre y eso me molestaba mucho...

El día fue horriblemente agotador, supervisar la obra bajo el sol y con las miles de miradas puestas en mí.

Salí del ascensor con un par de bolsas de papel con los víveres que necesitaré para la semana, saque la llave de mi pantalón e intenté abrir.

Cuando Alex se acercó a mí, arrebatandome la llave, abrió la puerta para ayudarme con las bolsas.

— gracias — él asintió viéndome por segundos.

— Kailin, una disculpa por lo de esta mañana— asentí sacando las cosas de las bolsas— ese trabajador fue despedido.

— y que ganan con eso, lo ideal era que lo hubieras puesto en su lugar para qué respetará a su superior, ¿no crees?— él asintió sin decir una palabra— Alex, estoy muy agotada, por favor.

Volvió a asentir y solo camino hacia la puerta, cerré con llave continuando con lo que había dejado pendiente.

Los días avanzaron convirtiéndose en tres meses, estaba por volverme loca en este lugar tan monótono y demasiado aburrido.

Solo pedía a gritos poderme ir ya de este lugar, y como si mis plegarias fueran escuchadas, mi jefe me había mandado un correo para que regresara, así que no perdí tiempo, compre mi boleto de regreso escogiendo el vuelo más próximo a salir, empaque con rapidez, notándose mi entusiasmo de salir de este lugar.

Al llegar al aeropuerto pasé por revisión y por fin ya estaba sentada viendo por la ventanilla, el vuelo a pesar de que solo eran tres horas, para mí fueron más que eso.

Baje, tome mi maleta, al salir del área de desembarque, un grito me hizo saber que Leo había venido por mí, sonreí corriendo hacia ella abrazándonos.

— bebe, ¿pensé que ya no regresarías?— negué mientras caminábamos hacia la salida.

— créeme beba, si por mí fuera al tercer día ya hubiera estado aquí— nos reímos a carcajadas hasta salir para darme cuenta de que Bernart nos esperaba.

— hola Kailin, ¿qué tal tu viaje?— suspiré con profundidad.

— pues nada que decir, lo único bueno es que ya estoy en casa— asintió agarrando el mango de mi maleta donde claramente estaba aun mi mano.

De inmediato la quite y él solo sonrió, nos subimos al auto, el camino fue tan incómodo, mi amiga iba en la parte de atrás y yo al lado de Bernart quien no perdía oportunidad de rozar sus dedos en mi pierna cada que tenía que cambiar la velocidad de su auto.

Al aparcar, baje de inmediato mientras Bernart sacaba del maletero, mi maleta, la iba a agarrar, pero él solo la alzó y camino hacia la entrada del edificio.

Volteé a ver a Leo y ella solo negó encogiéndose de hombros, tome su mano y seguimos los pasos de Bernart.

Salimos del ascensor, caminamos por el pasillo hasta estar frente a mi puerta, Benart extendió su mano moviendo sus dedos.

— las llaves— abrí mis ojos y solo negué, de mi pequeño bolso las saqué y yo abrí la puerta, mientras él solo negaba.

Leo entró junto conmigo y Bernart entró directo a sentarse en el sofá, nos vimos entre nosotras y Leo solo asintió.

— Bernart, vámonos— nos volvimos a ver en total complicidad— Ka, necesita descansar.

Nos vio a las dos mostrando una pequeña sonrisa, pero en vez de levantarse más se acomodó hasta subir los pies sobre la pequeña mesa de la sala.

— me iré, pero con una condición, que aceptes cenar conmigo— suspire y Leo me insinuó que aceptara.

Suspire y muy a mi pesar asentí, fue en un lapsus corto donde ya lo tenía frente a mí y termino abrazándome hasta levantarme, ese acto me tomó por sorpresa era muy incómodo, al bajarme me alejé para abrazar a Leo.

— perdón amiga, pero desde que vio al hombre misterioso, está insoportable— me susurro y solo asentí.

— créeme Leo, si pretende algo conmigo, pierde su tiempo— nos separamos y solo palmeo mi hombro.

Los acompañé a la puerta, nos despedimos hasta que se fueron, al estar sola en mi casa las preguntas en mi mente surgían por la actitud tan agobiante de Bernart.

Mi vista recorrió el lugar hasta ver el ramo que Bazil me había regalado, ya estaban sus ramas secas y sus pétalos esparcidos por toda la mesa.

Tome una bolsa y saque las ramas de jarrón limpiando todo rastro de los pétalos oscuros, me senté en el sofá preguntándome, ¿dónde estará Bazil?...

Los semanas avanzaron reincorporándome a mi trabajo, donde cada día era estresante y muy extenuante, pero cada noche al llegar a casa tenía la ilusa esperanza que una rosa aguardara por mí en el buzón o cerca de mi puerta.

Pero eso no volvió a suceder quedando lo vivido como una excitante historia que llegó a su capítulo final...

Estaba por terminar de arreglarme para la dichosa cena con Bernart, sentía en mi estómago un gran hueco.

Disipe todo malestar producido por mi mente, tome una taza de té para calmar este nerviosismo, mientras mi amiga solo me observaba con detenimiento.

— bebe, aún puedes desistir, que se joda mi hermano, esa no es manera— suspire hasta asentir.

— lo sé, pero tampoco lo quiero tener aquí veinticuatro horas como aquella vez cuando intentamos y no funciono— asintió levantándose de la silla.

— ¡ay bebe!, a veces quisiera golpear a Bernart— sonreí ladeando mis labios— bebe y, ¿tu hombre misterioso?.

— no sé, solo desapareció— se sorprendió por lo que le había dicho.

— ¿ya lo llamaste?— negué hasta sentarme sobre la mesa— ¿llámalo?.

— beba, que más quisiera, pero— guarde silencio mientras ella me observaba.

— ¿pero qué?, espera, bebe, ¿no me digas que no tienes su número?— solté el aire retenido hasta asentir— ¿¡que!?, es broma, ¿verdad?.

— no, no es broma, jamás reparé en eso, Bazil siempre llegaba como un huracán arrasando con todo, ¿tú crees que tenía cabeza para pensar en eso?.

— cierto, tienes razón, pero tú, ¿cómo te sientes?— suspiré levantándome de nuevo.

— al principio extraña, pero hoy creo que bien— entrecerró sus ojos como intentando descifrar en la manera en que lo dije.

Soltamos a la par un suspiro hasta que el timbre se escuchó, me levante y la mano de Leo me detuvo— ¿enserió?— trague saliva hasta que solo asentí.

Me soltó y continué mis pasos, abrí la puerta y estaba Benart parado con un ramo de flores junto a una enorme sonrisa.

— te ves hermosísima— asentí sin el más mínimo interés de sus halagos.

Tome el gran ramo y lo lleve a la cocina, lo puse en un jarrón y lo deje sobre la encimera, al salir, me di cuenta de que Leo peleaba en silencio con su hermano, al darse cuenta de que estaba viéndolos, Bernart se acercó tomando mi mano.

— vámonos— asentí y vi a Leo tomar su bolsa.

— yo también iré, tengo demasiada hambre— sonreí por su acción, demostrándome que era una gran amiga.

— ¡Leo!— grito con molestia— solo es cena para dos— me alejé de Bernart para abrazar a mi hermosa amiga.

— quizás hace un momento era para dos, pero yo no dejaré a mi amiga con hambre, así que son tres o ya conoces el camino de regreso.

Bufó con demasiada molesta hasta que camino hacia la puerta— vamos, no quiero perder la reservación.

Caminamos tras de él con una sonrisa gigantesca en nuestros rostros, todo el camino solo éramos ella y yo dejándolo de lado.

La cena era deliciosa, pero toda la velada Bernart tenía su rostro de disgusto sin dejar de ver a su hermana, la arruina citas como él la llamó.

Pero para ser sinceros esto no era una cita, solo era una simple cena a la que accedí, porque conozco a Bernart y lo asfixiante que puede llegar a ser.

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Comments

GiovannaXchelMayaCejudo

GiovannaXchelMayaCejudo

intrigante

2024-11-20

1

🌷Liz PG🌺🌺💛

🌷Liz PG🌺🌺💛

❣️❣️❣️❣️❣️

2024-09-22

1

🌷Liz PG🌺🌺💛

🌷Liz PG🌺🌺💛

Pasa qué mientras estaba sola, la sentía segura, pero una vez que llego alguien más se empezó a interesar

2024-09-22

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