Capítulo 12

Laura miró a Lucas, que ahora estaba sin camiseta, y suspiró.

— Vamos, apóyate en mí. — dice Laura, tomando la mano de Lucas y levantándolo. Lucas se levantó y pasó su brazo por los hombros de Laura, así, lentamente, comenzaron a caminar hacia el baño. — silencio.

Dice Laura, cuando entran a la habitación, el pequeño Pedro dormía tranquilamente, acunado entre las mantas.

Lucas y Laura ya están en el baño, Laura le pide a Lucas que se sujete a la pared para poder quitarle los pantalones. Laura primero le quita los zapatos y luego le desabotona los pantalones, luego comienza a bajárselos, dejándolo solo en ropa interior.

— ¿Vas a aprovechar mi cuerpo? — Pregunta Lucas con voz ahogada.

— Solo te daré un baño. — dice Laura. — entonces compórtate.

— Si quieres aprovecharte de mí… no me importará. — dice Lucas, abrazando a Laura y presionándola contra la pared, cubriéndola con su gran y musculoso cuerpo.

— Lucas... estás borracho. — dice Laura. —Vamos a darnos una ducha.

Con calma, Laura lo aleja y lo lleva a la ducha, ella abre la ducha. El agua fría cae sobre la cabeza de Lucas y este suelta un gemido debido a la baja temperatura del agua.

— Esto te ayudará a mejorar. — dice Laura, quitando el exceso de agua del rostro de Lucas.

Se miran fijamente a los ojos mientras el agua corre por el rostro de Lucas, su barbilla tiembla debido al frío. Laura lo mira con cariño y se acerca, tomando sus labios temblorosos en un beso apasionado.

Los dos se sumergen en el agua fría y Laura gime entre beso.

—Esto hace mucho frío. — dice acariciando el rostro de Lucas. — ¿estás mejor?

— Sí… gracias por cuidar de mí. — dice Lucas.

— Siempre te cuidaré. — dice Laura. —Estamos unidos por el vínculo del amor, ¿recuerdas?

Lucas sonríe mientras asiente.

— Terminemos tu baño. — Laura sonríe mientras se aleja y toma una esponja, le pone jabón líquido y la pasa por el pecho de Lucas, él observa todos los movimientos de la mano de Laura bajando y subiendo por su pecho.

Sin decir palabra, Lucas se acercó a Laura y la besó intensamente. Una mezcla de pasión y deseo se apoderó de ambos. Sus cuerpos se apretaron en un fuerte abrazo mientras exploraban cada rincón de la boca del otro.

Las manos de Lucas recorrieron el cuerpo de Laura con urgencia, provocando en ella suspiros y escalofríos. El calor ardía debajo de sus cuerpos y cada toque parecía encender aún más la llama entre ellos.

Sin separarse de los labios de Laura, Lucas comenzó a deslizar los tirantes de su vestido por sus hombros, dejando lentamente al descubierto su suave piel. Los besos calientes recorrieron su cuello, dejando un rastro de deseo a su paso.

Con respiraciones entrecortadas, Laura se alejó levemente, mirando a los ojos hambrientos de Lucas. La pasión se apoderó de ellos, dejando la razón a un lado, entregándose al placer que sentían.

Lucas la levantó y la colocó suavemente sobre el lavabo del baño, haciendo que sus piernas rodearan su cintura. Ese momento fue pura lujuria, ambos queriendo satisfacer sus deseos más profundos.

El sonido de gemidos ahogados resonó en la pequeña habitación, mientras sus cuerpos sudorosos se movían en perfecta armonía. Las manos de Laura se aferraron al cabello de Lucas, mientras él la penetraba con intensidad. El placer fue abrumador, llevándolos a un éxtasis inolvidable.

Luego de momentos de entrega total, ambos alcanzaron el clímax dejándose llevar por el placer que habían compartido. Se miraron jadeando y con sonrisas de satisfacción en sus rostros.

Lucas se quita la ropa interior mojada, que acababa de bajarse para liberar su miembro, él y Laura se envuelven en toallas y salen del baño.

— Te arreglaré el sofá para que duermas. — dice Laura. — No podemos dormir en la cama porque Pedro está durmiendo allí.

— Todo bien. — dice Lucas. — ¿Duermes conmigo en el sofá?

— El sofá es pequeño... estaremos apretados. — dice Laura.

— Entonces me encantará dormir abrazándote fuerte en el sofá. — dice Lucas, haciendo sonreír a Laura.

Entonces Lucas se puso los pantalones y Laura arregló el sofá, luego fue a su habitación y se puso un cómodo pijama de franela, pronto regresó a la sala donde se acostó abrazando a Lucas.

Lucas miró a Laura con intensidad.

— ¿Por qué me miras así? — pregunta Laura sonriendo.

— Eres tan hermosa... — dice, haciendo que Laura se sonroje y baje la cabeza avergonzada. — ¡yo te amo!

Laura levantó el rostro y miró profundamente a los ojos de Lucas, sus pupilas se dilataron y podía sentir su corazón latiendo rápidamente contra la palma de su mano que estaba sobre su pecho.

— Lucas... — dice Laura, aun en shock, por lo que acaba de confesar.

— No hace falta que digas nada. — dice Lucas. — Solo quería que supieras que te amo, y que esperaré a que tú también me ames, te quitaré todo el dolor que te causó tu exmarido. Curaré tus heridas con mi amor.

Laura sonrió con lágrimas en los ojos y abrazó fuertemente a Lucas.

— Yo solo... — Laura comienza a hablar, pero Lucas le pone el dedo en los labios y la hace guardar silencio.

— Todo bien. Yo espero. — dice sonriendo mientras besa su frente. — ¿vamos a dormir?

Laura accede y lo vuelve a abrazar, por lo que se quedan dormidos. Esa fue la primera noche que Laura durmió tranquila, estaba en paz, como si Lucas le quitara todo el dolor, como si él fuera su refugio seguro. Quizás realmente lo era.

. . .

— Buen día. — dice Lucas besando a Laura en todo el rostro. Se estira como un gatito astuto y sonríe.

— ¡Buen día! — ella dice. — ¿Qué hora es?

— No sé. — dice Lucas. — pero debe ser temprano. Tengo la costumbre de levantarme temprano.

Laura se sienta en el sofá, le dolía el cuerpo por la posición en la que pasó la noche, pero no se arrepiente, fue una noche maravillosa.

— Son las 5:30. — dice Laura. — Voy a prepararnos café.

— No es necesario, tengo que irme. — dice Lucas. — Tengo que ir a mi casa a cambiarme de ropa, también necesito sacar algunos documentos. Hoy tengo una reunión con Daniel, el presidente de la empresa. Regresó ayer de su viaje, terminé olvidándome de comentar.

— Nuestro. Luego regresó mi otro jefe. — dice Laura divertida. — Necesito seguir la línea y no perseguir al vicepresidente.

Lucas sonríe.

—Él sabe de nosotros. Y hablando de él, quiero que os conozcáis. — dice Lucas. — es mi mejor amigo, le hablo mucho de ti.

— Por mí todo bien. — dice Laura. — Acepto conocerte.

— ¿Podemos programar la cena esta noche en mi departamento? — dice Lucas.

— Vale.— dice Laura sonriendo.

— Excelente. Ahora necesito encontrar mi camisa para poder irme. — Lucas dice que hagamos sonreír a Laura.

Entonces buscaron la camiseta de Lucas, y cuando la encontraron, Lucas se la puso, se despidió de Laura y se fue. Laura sonrió tontamente y luego se dirigió al dormitorio, donde despertaría a su hijo.

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