Capítulo 9

El trayecto hasta la heladería fue rápido, en poco menos de diez minutos estaban aparcando en el aparcamiento del local. Laura baja del auto y siente la brisa fría con el calor del sol golpeando su rostro, sacudiendo su hermoso cabello naranja.

El sol brillaba en el cielo azul, creando una atmósfera perfecta para pasar un rato divertido. El sol se reflejó en el cabello de Laura, resaltando el brillo de sus mechones naranjas. Lucas no pudo evitar sonreír a su lado, mientras admiraba la contagiosa sonrisa de Laura.

Laura y Lucas entran de la mano en la acogedora heladería. El ambiente es luminoso y relajado, con música suave de fondo. Se dirigen al mostrador, donde un amable camarero espera para tomar el pedido.

— ¡Buen día! ¿Qué puedo servirte? — dice el asistente.

— ¡Vamos a tomar dos helados, por favor! — dice Laura emocionada.

Lucas mira a Laura con una sonrisa apasionada. Admira tu manera dulce y espontánea.

— Quiero chocolate y galletas. — dice Lucas.

— Y yo comí fresas con trozos de chocolate. — Dice Laura sintiendo su boca salivar.

El encargado prepara los helados con cuidado, añadiendo los sabores elegidos. Mientras tanto, Laura y Lucas se sientan en una mesa cercana, donde el ambiente romántico se apodera del ambiente.

— Eres muy especial para mí, Laura. — dice Lucas tomando por sorpresa a Laura.

— Ah, Lucas, tú también eres muy especial para mí. — dice Laura tímidamente, pero con una expresión radiante.

Lucas toma afectuosamente la mano de Laura, transmitiéndole una sensación de comodidad y seguridad.

— Es como si el mundo entero desapareciera cuando estoy a tu lado. — dice Lucas mirando a los ojos de Laura, transmitiendo todos sus sentimientos detrás de su mirada, era tan fuerte la atracción y conexión que tenían.

— Yo digo lo mismo. Estar contigo hace que todo parezca más ligero y feliz. — Dice Laura sonriendo.

Los helados son entregados en la mesa, interrumpiendo el momento del intercambio de miradas apasionadas. Laura y Lucas miran los coloridos helados con sonrisas encantadas.

— ¡Mmm, qué delicioso! ¡No puedo esperar a probarlo! — dice Laura, tomando la cuchara.

Lucas toma la primera cucharada, saboreando la mezcla de chocolate y galletas. Observa a Laura mientras prueba su helado y una brillante sonrisa aparece en su rostro. Laura terminó llenándose de helado, parecía una niña sucia.

— Te ves aún más hermosa, cubierta de helado, ¿lo sabías? — dice Lucas sonriendo.

— ¡Tú también te ves adorable así! — dice Laura, pasando su cuchara de helado sucia por la mejilla de Lucas.

Abre la boca en shock, sin creer que Laura hubiera hecho eso.

—Aquí está sucio. — dice señalando la nariz de Laura.

— No está no. — dice Laura.

— Pero ahora lo es. — dice Lucas, pasando su cuchara de helado sucia por la nariz de Laura.

Laura lo mira con la boca abierta.

—¡Lucas! — dice reprendiéndolo, pero en tono divertido.

Empiezan a reír y luego agarran pañuelos para limpiarse.

Pronto vuelven a disfrutar de su helado, disfrutando de cada bocado y disfrutando de la compañía del otro. La atmósfera de romance envuelve la heladería, haciendo que ese momento sea simplemente perfecto.

. . .

— ¡Mami! — dice Pedro, feliz de ver a su madre. — ¡Lu!

— ¿Hola, campeón, cómo estás? — pregunta Lucas, pasando sus manos por el cabello de Pedro, quien ya estaba en brazos de su madre.

El niño simplemente asiente, diciendo que estaba bien.

— ¡Mamá, vino a recogerte temprano hoy! — dice Laura alegremente, besando la mejilla de su hijo. — pasemos toda la tarde juntos.

Pedro sonríe lindo, abrazando a su madre.

— ¿Vamos? — pregunta Lucas. — Te dejaré en casa antes de ir a la empresa a resolver algunos asuntos.

— Vamos. — dice Laura.

Caminan hacia el auto y Laura pone a Pedro en el asiento trasero y luego se sube al auto, Lucas pone su mano en el muslo de Laura y se van.

. . .

— Alguien no pudo soportarlo y se quedó dormido. — dice Laura, mirando el asiento trasero donde Pedro dormía plácidamente.

—Debía estar muy cansado. — dice lucas. — abro la puerta, lo saco y lo llevo a la habitación.

Laura asiente y sale hacia su casa mientras Lucas va al asiento trasero y luego sale con Pedro en brazos. Laura, que estaba en la puerta de su casa abrazándola, ve a Lucas caminando con Pedro en brazos y se encuentra sonriendo ante la escena.

— ¿Soy yo el motivo de esa hermosa sonrisa? — pregunta Lucas dándole un rápido beso a Laura antes de entrar con Pedro en brazos.

— Alguna vez. — dice Laura avergonzada. — la habitación está aquí.

Laura camina hacia otra puerta y la abre, revelando una habitación sencilla pero muy bien organizada.

— Ponlo aquí en la cama. — dice Laura.

Lucas acuesta a Pedro y el pequeño simplemente se gira de lado y sigue durmiendo. Lucas le quita las zapatillas a Pedro y luego los calcetines. Pronto se acerca Laura, besa la frente de su hijo y lo cubre con una sábana.

Lucas y Laura salen de la habitación, dejando al pequeño Pedro durmiendo, cuando llegan a la sala. Lucas abraza a Laura y rápidamente comienza a besarla. Se besan con deseo mientras sus manos recorren el cuerpo del otro, tratando de sentirse, como si necesitaran tanto el tacto del otro como el aire para respirar.

— Tenía muchas ganas de quedarme aquí y hacer cosas muy lindas contigo.— dice Lucas, besando el cuello de Laura, ella se derrite en sus brazos. — pero necesito ir a la empresa.

— Ven a cenar aquí hoy… si quieres. — dice Laura, aun jadeando.

— Yo vengo. — dice lucas. —Por supuesto que vengo.

Lucas pasó su mano por el cabello de Laura mientras la miraba intensamente. Los corazones de ambos latían rápido, sus ojos brillaban de deseo. Lucas, con sus manos firmes, tomó suavemente el rostro de Laura, inclinando su cabeza ligeramente hacia la izquierda, como buscando la perfecta armonía. Laura cerró los ojos, entregándose por completo a ese momento.

Las manos de Lucas se deslizaron suavemente sobre el cuerpo de Laura, explorando cada curva, cada centímetro de su piel. Laura sintió la piel de gallina ante su toque, una sensación eléctrica que recorrió su cuerpo manifestándose en pequeños temblores. Con cada toque, cada caricia, su respiración se volvía aún más irregular.

Era como si el mundo que los rodeaba ya no existiera, dejándolos solo a ellos y a la intensidad incontrolable de su pasión. Ese beso tuvo el poder de provocar una explosión de emociones, una conexión única entre dos corazones que ansiaban fusionarse en uno solo.

Cuando finalmente se separaron, sus miradas se encontraron nuevamente. Lucas sonrió y besó la frente de Laura antes de irse, dejándola jadeando.

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