CAPITULO XV

CHAKAMBU

Disfrute el fresco de la noche mi vestido de suaves pliegues no estab diseñado para ese clima y para no levantar sospecha no saque mi abrigo. Su delgada tela colgaba voluptuosa sobre mis caderas y el blusa estrafalaria de la misma tela solo era sostenido por la turgencia de mis jóvenes senos. Así salude al cielo, oscuro cubierto de negras nubes que amenazaban lluvia.

Más que ver sentí su presencia lo precedió ese aroma que trastorna mis sentido . Sentí la calidez de sus manos cuando atrapo la mía. Oía su respiración y el loco galopar de su corazón.  Me obligaba suavemente a enfrentarlo.

-Estas preciosa- susurro- te ves etérea, mientras cercaba con ambas manos  mi cintura.

Vorágine de fuego me consumían.

-Que me hiciste muchachita. Volteaste mi mundo. Sabes me voy al extranjero, voy a hacer una maestría. Talvez dos años. Voy a poner un océano entre nosotros. Hoy te ves como una mujer. Pero todos los días te veo en la universidad vestida como una cría con una coleta larga jugando con un balón. Y me vuelvo loco cuando me provoca lanzarme a la cancha a jugar contigo, a comer  chucherías con tus amigos en cualquier escalera de la universidad no tienes idea de como me siento.

-su voz se enronquecía más, sus manos temblaba en mi rostro. Mirarse en mis pupilas fue su perdición perdió toda noción de tiempo espacio, como quien admira un hermoso amanecer.

Canalice su pasión. Suavemente me abrí a sus caricias, que vieran sus ojos el caos que también había hecho, mis labios sorbieron suavemente el néctar de sus labios cuando mis brazos cerraron su cuello, cuando el calor de  mis senos invadió su pecho me sometí también a su voluntad y bebió sediento mi pasión. No le negué le entregue toda mi candor, la hembra que había en mi avivó el fuego. Lo sentí tomar ávido cada flama y disfrute su incendio, me aprisiona contra la puerta cerrada, sus labios se perdieron locos entre mi cuello y mis senos porque la escueta blusa no aguanto los jirones y descubrió mis pezones que solo con sus labios dejaban de quemarme, sentí la rigidez de su entrepierna y jubilosa arque  mi cuerpo, en procura de un contacto mayor y gimiendo tomo mis nalgas y nos acercamos totalmente para unirse al son. Como un solo,  en  pareja , iniciamos la danza del amor. Gemimos de placer y eso lo despertó. Se volvió rígidos. Me enderezo lentamente. Aun abrazados me arreglo el cabello, tapo diligentemente mis senos. calle, no moví un solo musculo escondí mi rostro.

-Perdón -su voz suplicante, sus labios rozaban mi pelo- Dios estoy loco, que te hice. Mia. Perdón. Mi muchachita, me voy mañana temprano. No sé si me comprendes. No sé qué más hacer. Ojalá comprendas.  Perdóname.   bonita.

Nada que perdonar, ningún adiós es solo un hasta luego. Solo cuando me de cuenta que realmente no me quieres en tu vida te dejare de esperar.- Le bese la mejilla- Cuídate.

-Y sonrió.  Una hermosa sonrisa. Algo más para atesorar. Y me estruja fuerte contra su pecho, un abrazo que desee fuera eterno. Se marcho. Me abandono. Me sentí huérfano. El dolor lacerante en mi vientre aminora. Mi respiración y mi ritmo cardíaco se estabilizaron.

En la fiesta todo seguía igual ya la orquesta se retiraba y los invitados iban desfilando lentamente. Tomó dos horas más desocupar el salón de fiesta del club.

Todo había salido bien. A esperar recoger la cosecha. Al menos había salido más rápido que el medicamento contra la diabetes que ya estaba en sus últimos ensayos. Saltando ya sus múltiples  tropezones . Ya tenía nombre y se espera que en unos meses tambien salga a la luz.

Con el último invitado Marcus me noto extraña, en vano le negué mi estado.

-Corrígeme si me equivoco- me miro preocupado. Oty Bustamante. Si me pareció que el lobo anda de caza. Si es así mi amiga estas en buenas manos y me alegro por ti. No solo tu eres generosa y también quiero lo mejor para ti

-Ven (abrazándome calidamente) Estas asustada. Claro es un hombre grande. Se que se va de viaje pero siempre se va e igual regresa.

Elisa nos miraba. Callada. Se acercó a nosotros y no pude impedir integrarla, necesitaba su consuelo. Abrazados nos dijimos tantas cosas. El gran abrazo fraternal fue enriquecido sentí la cálida presencia de mis padres y uniéndose transmutaron mi dolor .

Creció nuestro niña -comentó mi padre- cuanto no diera para evitarte esas amargas falsedades.

-Ni lo intentes, esa es su decisión y la respetaremos- respondió mi madre- eso la hará más sabia, cada vivencia humana es un tesoro. Así lo eligió y no va a desperdiciar ninguna condición humana por más amarga que se vea.

Y ahora ya es mujer -lamento el Chaman- un alto precio va a pagar: sangre y  dolor más muchas lagrimas.

No es tan caro el precio. Vuelvo a dar toda mi sangre. Todas mis lágrimas. Me someto a todo ese  dolor por mi hija. Por ti. Por toda la humanidad. No es caro ser mujer es justo. Yurnati lo vale, tu amado esposo lo vale. Si me toca volver pagaré doble.

-Las admiro es el alto precio de ser mujer – con gran respeto le besa la mano a su hija, quien en medio de todos esos brazos le agradece.

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