CAPÍTULO VII

GUERRILLA URBANA

Los “delivery” llevaban los mensajes sin levantaban sospechas, a cada momento salían nuestros motorizados a cumplir con los requerimientos de nuestros clientes y nada de extraño que  se requiriera uno que otro medicamento entre droguerías.

A cada una de la  cabeza de las 5 familias y su heredero directo  se les dio el código. Solo ellos recibían y respondía mensajes. Cumplían órdenes y recibían consejos. Tres miembros  por familia estarían al tanto de todo. Solo Mia fue elegida por el Chaman para llegar hasta el y su gente, en el momento propicio. Mientras se recolectan 5000 kgs. de semillas para la preparación de la vacuna. En la siguiente luna llena Mia y 5 guardaespaldas serán recogidos y transportado hasta la aldea. El intercambio   está vez es la construcción de otro dispensario en la Urraca, otro pequeño caserío de la Reserva.

La casa de mi familia se convirtió en cuartel, 70 guerreros meticulosamente seleccionados fueron celosamente entrenados allí. Se aislaron y en diferentes modalidades de defensa y ataque  fueron perfeccionados. Eran guerrilleros urbanos y experto en todo terreno. Todas sus necesidades eran satisfechas y ellos sabían el gran honor que les dispensaban. EL pequeño grupo de élite se atrinchero en la mansión Zuluaga protegida por lo último en seguridad, entrenados por los mejores mariscales de diferentes ejércitos nacionales y extranjeros y bajo el cuidado de la servidumbre de confianza de los  5 .

Al mes ya estaban algunos por turnos asignados a las diferentes droguerías. Marcos y Yo para no morirnos de inercia, improvisamos en el salón de conferencia un gimnasio para ellos allí nos entrenaron. No requerimos mucho tiempo pero el cuerpo de Mia a pesar que practicaba deportes no tenía fuerza mi la musculatura necesaria para el entrenamiento al que lo iba a someter. Con mucho cuidado venerando aquel cuerpo que prometí cuidar como un templo, lo fui forjando, pero era criminal lastimar aquella piel de ángel y decidí usar mis métodos para defenderme y a los míos cuando así se requiriera.

No fue necesario esperar Los atentados se multiplicaban, ninguno de los objetivos fueron alcanzados, pero si en corto tiempo diezmaban nuestros muchachos y decidí salir, nadie tenía porque enterarse,  era inevitable salir, al fin soy guerrera, soldado protectora y también como  comerciantes ahora, algunas veces teníamos que ir personalmente a resolver algún inconveniente asistir a una conferencia, cursos, cátedras, etc. Si queríamos seguir en el negocio de los medicamentos había que actualizarse y los llamados eran obligatorios. Y ¿quienes iban?. los representantes legales y los socios principales de cada establecimiento. Quedamos en la mira muchas veces.

 Por eso, meticulosamente por cielo y por tierra se   estudiaba el terreno, donde por fuerza mayor se presentaba uno de los nuestros y mi oído prodigioso entrenados por siglos, captaba el mínimo decibel que marcaba la diferencia ante una amenaza y nunca me equivocaba a veces con bastante anticipación pero si no ya mi vista había seleccionado la mejor salida o el mejor resguardo.

Los dos mayores Bustamante y Fuenmayor se dieron  cuenta y los quise engatusar alardeando de mi sexto sentido. Pero no los engañe.  Y desde entonces hicieron los ancianos caso omiso a mis locuras en patines, bicicletas o en moto; en carro  o en avión con mis 14 guardaespaldas conformamos un grupo de vigilancia y apoyo. Siempre cerca de todos,  vestidos acorde a cada circunstancia, acróbatas en motos, patines y bicicletas y de cualquier manera nos colocamos a donde fueran cada miembro de los 5.  mis guardaespaldas hombres y mujeres en quienes confiaba plenamente y yo les di esta mi nueva vida en manos de ellos.

Se simplifica mucho cuando todos decidieron poner al resguardo las madres y sus crías; las ancianas matronas que nos bendijeron entre lágrimas y besos. Pero nos alivio la carga. Mi abuela se fue a su amado París y arrastro con ella a su nuera y nietos. Solo quedamos tío, Marcus y yo.

Reforzando la seguridad a medidas que se iban aprobando las muestras, compramos un avión. Solo en el viajábamos por cielo. En una ocasión viajamos muchos de  los 5. Las pruebas estaban en la etapa final,  terminaban las pruebas. Ese avión casi lo desarmaron para revisarlo, estaba limpio y radiante para transportar los cinco dueños, sus herederos inmediatos, sus comisionados y diplomáticos. A mal tiempo buena cara. con Israel, Marcus, Anna y Andrea armamos la fiesta, rodo la cerveza y la música inundo el compartimiento apareció aquí y allá juegos de meza. los adultos nos miraron con indulgencia y los ancianos con envidia.  Había que ocupar el tiempo, relajar la mente y alimentar el espíritu en esas horas de viaje.

En ocasiones acorralaban a uno de los nuestros, porque era imposible que no se enteraran que estábamos fuera de las fortalezas que eran nuestras sedes. Parecia que tenían ojos en todas partes. Pero no humanos, porque esos fueron los primero que eliminamos, Ahí pendiente todos los equipos de protección y yo con mis locos estrafalarios a salvar la situación. Muchas veces en medio de un tiroteo sabiendo que ibamos a salir ilesos nos  exponíamos  al máximo atrayendo sobre nosotros la atención, dándole tiempo al caído ponerse al resguardo.

Me tocó con Marcus y unos segundos más y me arrebatan el catire de mis amores. Con mi moto y mi cuerpo volando por el aire en un acto donde la  desesperación y  el factor sorpresa hicieron la diferencia.  Estrellamos cinco motos en el carro contrario, alertando al chofer,  a Marcus y sus guardaespaldas. Salieron de los carros bajo fuego cruzados, servimos de distracción y les dimos unas bajas. Marcus me pillo, me traicionó el miedo; creí que lo tenía todo  perdido hasta que vi la rampa en el medio de todo y no pensé tome la iniciativa, cuatro de los míos me siguieron,  a mitad de vuelo soltamos las motos y saltabamos hacia la otra acera, fueron los gritos y el rugir de las 10 motos y en medio de todo me distinguió,  no pudo hacer nada, sus guardaespaldas lo cercaron, cuando la policía llego las motos ilesas nos recogieron y el vio cuando corriendo me fui de mochilera, me toco dejarlo al cuidado de sus guardaespaldas porque no podíamos caer en manos de la ley los dos y menos en una batalla campal.

Sin consecuencias salíamos librados y muchas veces la policía nos escoltada mantenía vigilancia en nuestra sede pero no contábamos ni ellos ni nosotros con los equipos necesarios para saber con quien nos enfrentábamos. Sus  soldados se suicidaban antes de ser capturados y los equipos de los carros que lográramos confiscar no tenían nada extraordinario, solo una vez logramos ver en una computadora una intersección con un satélite artificial, fue un segundo pero suficiente para seguir el rastro que deja. Yo no lo vi, pero unas blancas  manos me mostraron la estela. Menos miedo tengo. No estamos solos. Se dejaron descubrir y no lo saben. Sonriendo mire el cielo despejado. Fue un gran día.

Muy confiados atacaron a Israel. Tenia que actualizar su documento de identidad y solo permanecería 20 minutos en las instalaciones de extranjería, al salir 3 Israel,  no supieron a cual atacar los confundimos y furiosos lanzaron un ataque feroz,  no les importo la presencia de inocente que a esa hora concurrían al recinto. Eso es criminal y no lo consentí, en los tres flancos las defensas se lucieron blindamos los civiles y aprovechamos de desaparecer a Israel. No quedó uno vivo, pero asesinaron  cinco civiles y dejaron más de una decenas de heridos incluyendo mis guardaespaldas.  Cargamos nuestros heridos cuando oimos las sirenas de los bomberos y ambulancias. nos dimos a la fuga, solo el verdadero Efraín quedó allí.  con su tarjeta de identidad nueva y a responder por todo ese infierno. Hasta el ejército llegó y paso a ser un problema militar.

Ahora si, dos atentado en una semana , la policia y el ejército. Nos toca atrincherarnos y adoptar el rol de víctimas que realmente somos. Rápidamente desaparecen toda logística que halla sido utilizada. Se limpian los campos y se convierten en lo que son: campos de gol, equitación, canchas deportivas, piscina olímpica y cabinas de spam para damas y caballeros meticulosamentes decoradas.

Los militares negaron haber recibido el pedido de ayuda que solicito el Mariscal Bustamante. Quienes lo recibieron no existe, pero no,  ellos no estaban involucrados como lo sospechábamos. Solo intervinieron por la magnitud de los ataques y en instituciones públicas.  Fue un escándalo. La prensa hizo fiesta e Internet reventó. Y eso era lo menos que necesitábamos.

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