Capítulo 10: Evento

Umbra llegó a su territorio, estaba muy cansado con todo lo sucedido esté día, pero en su interior sabe que hizo lo correcto por su hija, ella no merece sufrir por el bien de los demás, si pudiera desearía que el poder de su hija fuera débil o simplemente no existiera, solo así ella estaría a salvo, no solo del consejo, sino que de todo el mundo.

Al entrar a su residencia vio a su esposa de rodillas en el suelo y sollozando tan fuerte que se escuchaba claramente que estaba sufriendo.

- Amor, ¿qué pasa porque estás así? - *Dijo Umbra muy preocupado*

~ Cariño, alguien se llevó a nuestra hija, tu madre salió a buscarla, pero tengo miedo que algo le pase ~ *Dijo susurrando, ya que aún no se recuperaba del todo*

Umbra siento un inmenso miedo recorrer su espalda, levanto a su esposa del suelo y salió a toda prisa hacia el bosque, corrió a todo prisa entre árboles y rocas, se sentía débil debido al esfuerzo que hizo, pero no era una opción rendirse y darles a su hija a esos viejos asquerosos, pasó por un pequeño algo y ahí vio la figura de su madre quien llevan en una de sus hombros a su padre, el cual estaba pálido debido a la perdida de sangre, así que fue hasta donde ellos y le hablo captando su atención.

- Madre déjame ayudarte - *Dijo Umbra a su madre Factne*

- Hijo que bueno que estás aquí tu padre está herido y le cuesta trabajo moverse - *Dijo ella muy desesperada*

- Ahg Factne cariño yo estoy bien, me recupero de poco a poco, Umbra llévate a Cahya a tu residencia y enciérrala utilizando tu Don, la persona que enviaron a llevársela era bastante hostil - *Dijo Alak agotado*

- Hijo es verdad, ahora más que nada debemos mantenerla resguardada, debemos evitar a toda costa que ellos la atrapen nuevamente - *Dijo Factne con un rostro serio*

Fue entonces que Factne utilizando su Don hizo que Cahya bajara del cielo lentamente hasta llegar a los brazos de Umbra, el cual al verla la abrazo fuertemente, al saber que ella la trataron de alejarla de ellos de verdad que sintió un inmenso miedo que recorrió todo su cuerpo al pensar que nunca más volvería.

Por su parte Cahya correspondió al abrazo, durante el tiempo que ha vivido junto a esa familia comenzó a tener un amor y aprecio por cada uno de ellos, sobre todo por sus padres a quien la cuidan mucho y atesoran demasiado, por ello cada vez está más decidida a salvar a cada uno de ellos de los protagonistas.

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Los días fueron pasando hasta llegar los cuatro meses en los cuales Cahya tuvo que vivir en una habitación donde no podría salir y era vigilada durante todo el tiempo, teniendo varias mujeres a su disposición las cuales se encargaban de mantenerla sonriendo y en buenas condiciones, eso era un completo enfado para ella, literalmente vivía como si fuera una prisionera en su propia casa, sabía el motivo así que no renegaba tanto, su familia constantemente tenían que lidiar con hechiceros clandestinos los cuales seguían órdenes del líder del consejo para llevársela, sus padres, abuelos y otros miembros en la familia tenían que pelear contra ellos para que no se acercaran, terminando con lesiones muy graves pero no al punto de la muerte.

Hasta que llegó el día en el cual su padre debía presentarla como la próxima heredera de su Clan, esto se hacía cada 3 años, también se daba una demostración sobre su poder, así que esté evento haría que el consejo dejara de fastidiar con llevársela, solo así podrá convertirse en una gran hechicera digna de su linaje.

Su madre estaba muy bien arreglada y su padre también, ellos al ser el segundo Clan más poderoso e influyente necesitaban ganar favores para seguir de ese modo, ellos no lo hacían por ambición sino por pura estrategia, ya que de nada sirve ser poderoso si no tienes a gente influyente entre tus contactos, así se regía el mundo de la hechicería.

Cahya también estaba vestida con un bello vestido en color blanco al igual que sus padres, el evento es muy elegante y nada mejor para ellos que el color blanco que representa elegante y pureza para ellos, aunque está muy nerviosa, durante toda su otra vida tenía miedo al ir a lugares con muchas personas y más si era el centro de atención.

Al llegar al lugar del evento quedó sorprendida, ya que parecía un castillo gigante, todo era de la más alta calidad, obviamente ella se fue al lugar de los postres quería probar algo, pero al estar cerca un grupo de niñas de talvez unos 12 años le frenaron el camino, ella solo mira hacia riba, estaba lista para escuchar lo que esas mocosas le tenían que decir.

- Jajaja señoritas no les parece gracioso ver a un demonio en este evento tan grande, mi padre dice que hay que erradicarlos - *Dijo una de ellas*

- Por supuesto señorita y por ello usted se convertirá en la salvación de nosotros los hechiceros, así podemos evitar que la sangre de un hechicero puto se mezcle con la de esas bestias repulsivas - *Dijo la otra niña*

Y con ella siguieron insultándola, Cahya tenía ganas de regresarles el insulto, estaba a punto de hacerlo, pero alguien más hablo por ella.

- Y a mí me parece una deshonra saber que tú y yo compartimos sangre Alana - *Dijo un niño de ojos azules cristalinos y cabello blanco como la nieve*

Cahya al mirarlo a los ojos sintió algo en el pecho, era una sensación algo imprudente de su parte, ese niño tenía una mirada tan fría que daba escalofríos, pero para ella, era la mirada de alguien tan hermoso, al pensar en ello se pellizcó a su misma para no pensar tonterías.

- Abel no te metas en esto, de cualquier forma ella es un demonio y ellos no deberían mezclarse con nosotros solo por su poder - *Dijo Alana molesta*

- Sabes que nuestra familia tiene una gran amistad con la familia del Clan Oscuridad Eterna y si esa amistad se rompe por tu culpa, te expulsarán del Clan por estúpida - *Dijo Abel con la misma mirada*

Abel miró a Cahya, e hizo una reverencia ante ella en señal de disculpa por la actitud de su familiar, para después tomarla de la mano y llevársela de ese lugar, Alana estaba aún más molesta, Abel es su primo, pero le tiene un gran odio porque él resultó ser el mejor de todo el linaje de su familia y ella quedó en segundo lugar por su culpa, también porque actuaba como un adulto incluso a sus cinco años de edad, su madre siempre le compara con ese niño, el cual élla piensa que solo es un engendro porque no expresa nada de su y sobre todo que fue procreado antes del matrimonio de sus padres, por lo que ella siempre dice que el nunca debía nacer y mucho menos tener lo que le pertenece a ella...

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