(Gracia)
Voy a mi habitación, pues en el club tengo una; aunque es una habitación compartida es bastante cómoda, y lo mejor es que casi nunca coincidimos con mis dos compañeras con quienes la comparto, no es que me molesten, ellas hasta me caen bien, pero me gusta la comodidad de mi soledad.
Si, soy una amante de la soledad, quizá a muchas personas no les gusta, pero a mí me encanta estar sola y hablar conmigo misma, y no me mal interpreten, no es que no quiera estar con mi familia o amigos, claro que disfruto la compañía de ellos, pero estár a solas conmigo misma es mágico.
Ahora preparare mi ropa, en esta época de verano, puedo usar un atuendo fresco y es uno de mis outfit favoritos.
Después, de ducharme con agua fresca, me visto y me doy un vistazo en el espejo.
Y aunque parezca que soy una presumida, arrogante y altiva, siempre lo digo, soy bella muy bella.
Me puse una falda tubo, color blanco, me queda hasta unos 5 cm arriba de mis rodillas; combiné esta preciosa falda, con un top blanco pequeño que deja mi pequeña cintura a la vista, y como es una ocasión formal me pondré sobre el top una blusa manga larga, con cuello y botones al frente, color rosa nude transparente, la cual uso por dentro de la falda; y que me hace ver muy bien mi curvilíneo cuerpo y muy juvenil; complemento mi atinado atuendo, con unas preciosas sandalias, de tacón alto, color nude y detalles transparentes, que me dan el toque elegante y sofisticado que a mí me encanta.
Mi maquillaje como siempre muy natural, he resaltado mis ojos con colores naturales nude; con un toque rosa y mis labios color rosa tierno mi preferido; mi pelo recogido en una coleta alta y con ondas, la verdad me veo pipirisnay, y me gusta, me gusta mucho verme linda.
Mi teléfono anuncia que llego un mensaje, veo inmediatamente y es el chófer del Señor Ricardo Ferreira, el tipazo con el que almorzare; es un Almuerzo con sus socios y la verdad me encanta ir a este tipo de reuniones porque aprendo más sobre mi carrera.
Salgo de prisa y al pasar por el salón, me doy cuenta que Dilan al verme se queda boquiabierta.
Escucho al fondo a Gianna decirle.
¡¡Ya cierra la boca Dilan!! Y limpiate la baba.
Dejo a esos dos diciéndose cosas, como es su costumbre y me voy, pues no me gusta ser impuntual.
—Buenas tardes Angelo.—saludo al chófer que esta esperando con la puerta abierta.
—Buenas tardes; Señorita Máxima, Él señor la está esperando.—Veo y allí está Don Ricardo Ferreira, un hombre con una presencia impresionante, su cabello lo tiene plateado por las canas, aunque no totalmente, pero eso lo hace verse bastante interesante; tiene unos ojos azules, demasiado hermosos y Yo solo puedo imaginarlo de joven, este hombre si se ve así ahora que tiene 65 años; me lo imagino de 30 uffff a de haberse visto guapísimo.
—Buenas tardes, Señor Ricardo, —Saludo sentándome a su lado.
—Buenas tardes Máxima, como siempre, tu jamás dejas de impresionarme.—Me dice sonriendo y tomando mi mano para darme un beso en el dorso de mi muñeca.
—Hay señor usted como siempre tan galante.—Le respondo.
El sonríe de nuevo y lo veo sacar una bolsa, me mira y de nuevo sonríe.
—Máxima, tengo más o menos 2 años de tener la dicha de tu magnífica compañía 2 veces a la semana; en estos dos años solo hubo una semana en la que no te vi, porque tu te enfermaste, el caso es que en estos dos años, nunca me has aceptado ningún regalo.
Y Yo sé Máxima que es porque no quieres sentirte comprometida, para no acostarte conmigo, ya conozco tus reglas y te prometí que ya no iba a insistir en ese tema, se que no lo harás.
Yo aun sabiendo eso disfruto tu compañía, conoces mi vida te lo he contado casi todo de mi, te he hablado del amor de mi vida que murió hace 4 años, y que me dejo sumergido en la depresión, pero gracias a ti Máxima salí de esa depresión.
Me has ayudado como no tienes una idea y la verdad, pago muchísimo dinero por tu tiempo y si lo pidieran lo duplicará.
Sabes es irónico, pero un día Gianna cuando le estaba firmando un cheque me dijo que tú eras un joya y que muchos pagan el doble y hasta el triple por ti, y me dijo que has de ser tremenda en la cama y que quizá por eso te buscan; da risa por que ni siquiera se imaginan lo que tu haces conmigo.
Máxima jamás has pasado de tomarme la mano, y mira que yo no estoy feo, viejo tal vez pero feo no.
En fin Máxima, lo que quiero decirte es que yo he pagado mucho dinero por ti, y sé que de todo ese dinero solo recibes el 35%, y como sé que en tu contrato dice que no puedes recibir dinero directo, yo quiero darte algo, y esto no significa que quiera dejar de verte, no cariño yo quiero verte siempre, sabes que desde el principio entendí, que no puedo verte como mujer, tú te has encargado que te vea como una hija.
Y este regalo que traigo lo traigo como si se lo diera a mi hija, por favor acéptalo, no te sientas comprometida, por nada, lo mande hacer especialmente para ti, por favor aceptalo y úsalo eso seria para mí un gran honor.
—Don Ricardo, no me haga esto, usted sabe que no puedo aceptar regalos y se que eso no lo dice el contrato es más dice que puedo aceptarlos; pero usted ya conoce mis reglas, y créame para todos son igual.
Usted es al único que le he contado como llegue a este país, y por qué termine trabajando en este club, usted sabe que deseo salirme de esto pero que esta en proceso mi estatus legal, pero cuando tenga todo en orden yo buscare otro trabajo.
Usted sabe que tiene todo mi respeto y cariño, y que si despues quiere verme, siempre estare, para usted.
Pero no quisiera aceptar su regalo, por que sería demasiado, se que le paga muchísimo a Gianna por mi y que aparte de lo que paga, me este dando regalos sería aprovecharme y yo no soy así.
—Máxima por favor, lo mande hacer para ti, y no prometo no volverte a regalar nada más; porque el que ama dá, yo quisiera que entendieras eso, acéptalo, por favor...
Por favor cariño.
—Bueno esta bien, por esta vez lo tomaré, pero es el primero y el único, Don Ricardo, y solo porque ha dicho, todo un discurso y no quiero parecer desagradecida.—Le digo tomando la pequeña bolsa.
Dentro de la bolsa hay una caja de terciopelo color rosa; la tomo en mis manos, veo al Señor Ricardo, con su sonrisa explendida y sus ojos brillantes.
—Abrelo cariño—me dice ansioso.—Yo solo sonrio.
Al abrir la caja, veo el más precioso collar de diamantes rosados y un diamante en forma de corazón al centro, también unos preciosos aretes a juego.
—Es precioso; pero esto debe haberle costado una fortuna.
Señor Ricardo, No puedo aceptar esto.
—Máxima por favor, me dijiste que esta vez lo tomarías y yo creo en tu palabra.—Me dice serio.
—Creo que hoy me ganó,— le digo.
—Por favor úsalo hoy.—Me dice sacando la valiosa joya, dispuesto a ponérmela.
—Bueno usted gana, muchísimas gracias don Ricardo, mil gracias.—Le digo sonriente.
—Bueno mi niña, ahora vas a conocer a algunos socios míos, te voy a presentar como mi asistente personal y como ya se que eres una profesional, quiero que tomes mi ipad y tomes nota.
No quiero que ninguno de ellos sepa en donde trabajas, y no por que sea malo lo que haces, al menos tu no haces nada malo, tu a mi me haces bien, me sacaste de la depresión y me ayudaste a vivir; aún con el dolor de la pérdida, pero no quiero que sepan porque varios de ellos son vulgares, pretenciosos, que juzgan a los demás por lo que ven y no por lo que son.
Así que ¿lista para ser mi asistente personal?—Me pregunta sonriendo.
—Si, si, si claro que estoy lista para ser su asistente.—Le respondo emocionanda.
—Vaya parece que te ha emocionado más el trabajo; que el regalo, hay Máxima tu eres tan impredecible, demasiado impredecible...—Me dice El señor Ricardo negando con su cabeza y sonriendo.
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Comments
Martina Zambrano
DEMASIADO
2025-01-17
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Martina Zambrano
VERSE
2025-01-17
0
Martina Zambrano
Demasiado
2025-01-17
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