Capítulo 16. "¿Te odio? ¿Por que debería odiarte?" .

Sabía que su hijo se había ido.

La sangre espesa que fluyó fue la vida de su hijo por nacer.

Era su vida, su esperanza, su único valor para vivir.

La cristalización de su amor con Lewis...

De la noche a la mañana, todo se había ido.

Aleira se sentó en silencio en la cama y permaneció en silencio todo el tiempo.

No había rastro de felicidad o ira en su rostro tranquilo.

El rostro de Helena se llenó de simpatía mientras la consolaba: "Hermana mayor, no te preocupes en unos meses podrás tener otro hijo”.

"Salir." Aleira dijo con frialdad, sin querer escuchar su voz falsa.

Helena miró a Lewis con una expresión de dolor. "¿¿ Lewis?"

Lewis miró a Aleira con cuidado, tratando de ver algún tipo de emoción en su rostro, incluso si era odio.

Pero no...

Tenía demasiado frío para estar viva.

Era completamente diferente a la frialdad que sintió cuando se perdió de vista después de la cirugía.

En ese momento, ella había querido vivir.

Ahora, ¿todo lo que deseaba era la muerte?.

Lewis se sintió algo culpable en su corazón, pero cuando pensó en el hecho de que el niño no era suyo, no pudo controlar la ira en su corazón.

"Aleira Blck, debes tener claro que la situación de hoy es obra tuya". Lewis permaneció indiferente.

"¿Oh?" Aleira levantó las cejas, "¿Me subí a tú cuerpo como un animal en celo?"

En sus ojos, había cierto encanto diabólico.

"Cuando te subes descaradamente a la cama de otra persona, debes saber cuál es tu final. ¡Incluso si tu hijo naciera, no aprobaría a una madre como tú!" Lewis siguió desafiando su línea de fondo, tratando de provocarla.

Mientras ella todavía estuviera enojada, ¿significaba que no se había rendido por completo?.

Sin embargo, ella solo frunce la comisura de sus labios, "Entonces realmente tengo que agradecerte, Jefe Harris. ¡En nombre de mi hijo, agradezco al Dios del Cielo por ser indulgente y benévolo, Jefe Harris! Oh, lo olvidé, yo Siento mucho no ser digno de hablar por mi hijo".

Sus palabras fueron extremadamente sarcásticas, pero no había ni un solo rastro de emoción en su rostro.

Lewis no pudo evitar fruncir el ceño, como si sintiera que algo andaba mal.

" Lewis, ¿la hermana mayor se ha vuelto loca?" Helena preguntó suavemente.

Lewis no respondió, pero miró a Aleira.

"Hermana, no estoy loca. ¡Solo estoy feliz!" Desde que no podía ver, la audición de Aleira se había vuelto muy aguda. "Una persona que ha cometido crímenes atroces como yo finalmente ha sido castigada. ¿No es un asunto que vale la pena celebrar?"

Ella estaba sonriendo, pero era espeluznante.

Helena la miró con simpatía, pero su corazón estaba lleno de felicidad desbordante.

"Aleira, no necesitas hablar tan siniestramente. ¿No me odias?" Lewis estaba emocionado mientras le gritaba a Aleira.

"¿Te odio? ¿Por que debería odiarte?" Aleira sacudió la cabeza sin comprender. "¿Mereces mi odio?"

"¿cómo podría odiar a las personas amables y bondadosas que vivían felices? "¡Solo puedo sentir envidia, solo arrepentimiento, arrepentimiento de no haber actuado como tú, una persona amable que piensa por los demás en todo momento!"

Sus palabras ni siquiera tuvieron la más mínima fluctuación en su tono.

Helena no pudo evitar sentir un escalofrío en la espalda.

Lewis negó con la cabeza y maldijo: "¡Loca, ere realmente una mujer loca!" Salió directamente.

Helena también lo siguió y aparentemente sin darse cuenta planteó la pregunta que más le importaba: " Lewis, ¿cuándo te vas a divorciar de mi hermana mayor?".

Lewis se sobresaltó y respondió: "Espera un minuto, ¿su situación actual?"

El corazón de Helena se enfrió, pero aun así respondió amablemente: "La situación mental la hermana mayor realmente no es buena para un divorcio".

" Helena, me perdonas?" Lewis la miró con aire de culpabilidad.

"No importa. Lo entiendo. ¡Apoyaré cualquier decisión que tomes!"

Helena sonrió, pero un rastro de malicia brilló en sus ojos.

Parecía que solo cuando Aleira muriera, ¿podría sentarse en el asiento de la señora Harris?.

…..

Más temprano, Helena corrió y dijo que el viejo maestro Harris se había despertado y quería que ella se apresurara a verlo, el viejo maestro cayó por las escaleras mientras el era enmarcada por Helena, ahora el anciano bondadoso estaba en coma.

De hecho, Aleira tontamente le creyó.

Pero fue traída a las afuera de la ciudad por ella , justamente al acantilado Múnich.

Cuando escuchó el aullido del viento en sus oídos, se dio cuenta de que había sido engañada.

"¿Que estás tratando de hacer?" Aleira le preguntó con frialdad: "¿Es divertido usar al abuelo como una razón para mentirme?"

Helena lo ridiculizó. "¿Lo llamas abuelo? ¿Te tengo tanta envidia?"

"Es una pena. Si no mueres, ¿no seré yo la señora de la familia Harris?"

" Lewis debería tener otras formas de casarse contigo, ¿a menos que no te ame?" Aleira se burló.

Helena parecía haber sido pisoteado con fuerza y dijo enojado: "¡De qué estás tan orgulloso! ¡Veré cómo puedes actuar con tanta arrogancia más tarde!, sabes hermana estamos al borde del acantilado Múnich, es un lugar hermoso para tú muerte”.

El sonido de pasos vino desde muy lejos, Helena de repente tropezó y se aferró a la mano de Aleira como si estuviera luchando.

Aleira vio a través de su truco y la arrastró junto con él hacia el borde del acantilado.

Helena no esperaba que ella quisiera perecer junto con ella. Inmediatamente gritó pidiendo ayuda con miedo, los dos se enredaron entre sí, incapaces de separarse.

Justo cuando ambos estaban a punto de caer, Lewis voló y agarró la mano de Helena.

Aleira, por otro lado, se cayó del acantilado justo en frente de sus ojos.

En el momento en que Aleira voló por los aires y no escucho los gritos de Helena supo que Lewis agarrar la mano de Helena sin dudarlo.

Lewis en el filo del acantilado la vio sonreír mientras caía al precipicio murmuro: “¿¿Ella sonrió ??

Aleira sabía que iba a morir : “ Gracias por fin se liberaría de este sufrimiento”.

Cerrando los ojos, derramó la última lágrima de su vida.

Después de esta reencarnación, solo deseaba no volver a encontrarse con un hombre llamado Lewis Harris, ni con esa mujer Helena.

En su corazón por el amor que aún le tuvo, tal vez no era su culpa el destino los separo solo le deseaba a ese hombre felicidad.

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