Narra Kate
Tonta, tonta, tonta Kate, es el chico más lindo del mundo y has quedado como una idiota, felicidades, has perdido el raciocinio y la capacidad de pensar antes de hablar. Me doy un golpe en mi frente en señal de frustración, abro la puerta y me tiro en la cama ahogando un grito en la almohada, trato de recomponerme y me doy una ducha rápida, busco entre mi ropa lo mejor, pero recuerdo que todo lo que está en mi closet ya no me sirve y que lo que tengo disponible están en mis maletas, las cuales he dejado abajo, así que opto por lo peor, pero lo único que me salva la existencia, al menos mientras bajo por mi equipaje para subirlo y cambiarme, me pongo una camisa ancha que es la que usaba para dormir y unos short súper cortos que hasta vergüenza me dan, miro mi dubitativa mi vestimenta y me rindo ante la falta de soluciones, salgo con sigilo y me asomo antes de bajar las escaleras, para evitar un encuentro desagradable y menos en estas fachas, bajo cada escalón con total silencio como si mi vida dependiera de ello, busco con mi maletas antes de terminar la última escala, pero no logro visualizarlas.
− Hermana, ¿Qué haces allí parada, todos te esperan? – grita Kenia
− Deja de gritar, solo necesito mi maleta – le digo molesta
− Espera te la traeré – me dice con una sonrisa burlona al ver mi ropa
− ¡Gracias! – le respondo y la veo ir directo a la cocina
− Bastián ven rápido que quiero presentarte a mi hermana – grita ella
− ¡Kenia! ¿Qué te pasa? ¡estas loca! – grito molesta y veo cuando el mismo chico de antes de asoma
− Ya nos conocimos – dice el pícaro al ver mis piernas casi desnudas
− ¿Por qué hiciste eso? – le pregunto ofendida a Kenia he ignorado al chico
− Yo solo quería que Bastián te conociera, que viera a mi gran hermana – dice ella casi llorando
− No llores, tal vez tu hermana no quiso gritarte, solo esta estresada por el viaje – le dice el consolándola con un abrazo y creo conocer sus verdaderas intenciones
− No, si quise – respondo furiosa y ambos me observan – claro que quise gritarla, es más me gustaría darle una bofetada – termino con una voz de odio
− Hermana lo lamento, perdóname – escucho la voz Kenia en mi espalda, pero no le daré más el gusto de hacerme quedar mal
Termino de subir las escaleras y tiro la puerta con furia, las ganas de llorar por la impotencia me vencen, quizás debí quedarme callada y seguirle el juego a mi hermana, pero no soy capaz de ahogarme en mis propias palabras y más cuando son injustas.
Me recuesto con mucha ira y al final logro quedarme dormida. Despierto cuando mi madre sube para llevar mi cena a la cama
− ¿Te sientes mal princesa? – pregunta mamá mientras deja mi cena sobre mi mesa
− No es nada, solo son bobadas – le respondo
− Por bobadas no te quedarías encerrada toda la tarde en tu habitación haciéndole el desplante a todos los invitados de tu fiesta – me dice mamá tratando de escuchar una explicación de mi parte
− Es solo que no subí mi equipaje y no tenía que ponerme para ser la anfitriona, me sentí incomoda – me excuso
− Tu hermana te ha dejado las maletas hace rato afuera de la habitación, Bastián le ayudo a subirlas – menciona mamá
− Esa tarada siempre tratando de aparentar lo que no es – respondo con molestia
− Sé que tu hermana es rebelde, egoísta y quizás caprichosa, pero estoy segura que te quiere y sería bueno que intenten mejorar su relación – me aconseja mamá
− Lo intentaré, pero no te garantizo nada – le respondo evasiva
− No sé qué hice para merecer una hija tan buena como tú – me dice con un beso en mi frente
− Pues trato de compensar un poco la carga que tienes con todo lo de Kenia – le respondo
− Gracias hija – me dice mamá
− Mamá ¿Quién es ese chico Bastián? – pregunto tratando de sonar indiferente
− Umm, es difícil no notarlo ¿no es verdad? – me indaga con una sonrisa
− No es lo que tú crees, solo tengo curiosidad – respondo seria y ella sonríe con mi actitud
− Él es el hijo del nuevo socio de tu padre, el señor Paul Roux, creo se ha hablado de un posible matrimonio entre las familias en un futuro – menciona mi madre
− ¿matrimonio? – pregunto con emoción
− Sí, es una opción ya que tu padre no tuvo hijos varones y ambos desean afianzar la alianza comercial, pero eso es solo un planteamiento, no será imposición para ninguno, además él tiene más hijos – explica mamá
− ¿más hijos? ¿Cuántos son y porque no los conocí? – pegunto curiosa
− Así es, son tres, Bastián es el mayor, tiene 22 años, Maya de 18 y está en la universidad en el extranjero y su hijo menor Nicolás quien está fuera del país con sus abuelos maternos – me explica
− Está bien, gracias por subirme la cena – le digo mi madre con un abrazo
− Descansa, te amo – se despide mamá
Paso parte de la noche organizando mis cosas y sacando lo que ya no me queda, no quiero pasar por mas situaciones vergonzosas, pongo un poco de música y me muevo al ritmo del compás, si algo que me relaje en la vida es el baile y cantar, no seré la más afinada, pero no suena tan mal, al menos no se ha quebrado ningún espejo al oírme cantar.
Algunas canciones de rock son mis compañeras de desvelo, mientras mi mente divaga en aquellos ojos azules que te obligan a ahogarte en sus profundidades, no sé si el amor a primera vez exista, pero en mi caso el amor tiene nombre propio y es Bastián Roux, que nombre más hermoso, al igual que su dueño.
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Updated 114 Episodes
Comments
mayelin Almonte
Empecé a leer y esta interesante
2024-06-28
4
Magalis Borges Morales
me interesa la historia va bien
2024-06-16
0
Milagros Gutierrez
Ya se le complico l vida porque su hermana le lleva una delantera.
2024-05-26
0