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AMARTE, DUELE

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CAPITULO 18

Narra Kate

He llegado a mi casa después de varios años por fuera, me siento feliz, lo primero que hago es ir a saludar a mama.

− ¡Mamá! – entro con alegría, pero se desvanece al verla con unas máquinas conectadas a su cuerpo y sin su cabello

− ¡Kate, hija! – responde sorprendida

− Mamá ¿Qué sucede? ¿para qué son todas esas máquinas? ¿y que paso con tu cabello? – le pregunto con desconcierto

− No es nada hija – me responde ella

− No me creas tonta madre, dime ya que es lo que sucede – hablo molesta

− Solo estoy un poco enferma, pero todo esta resultado muy bien con el tratamiento

− Señora Rizz – habla una enfermera que entra sin avisar a la habitación de mamá – ¡oh lo lamento! Volveré en unos minutos – se disculpa al verme y sale de nuevo

− ¡mamá! ¿dime por favor? – le hablo con llanto en mis ojos

− No es nada hija todo está bien – me dice acercándose para consolarme

− Es que no entiendo, si cuando fuiste hace unas semanas estabas bien, ¡yo te vi bien! – respondo con llanto en mis ojos y salgo a la oficina de papá al ver que mi madre no me quiere decir la verdad

− Papá, dime la verdad – hablo casi en un grito ahogado de frustración

− Kate, amor, que felicidad que estés de vuelta – me dice con un abrazo

− ¿Qué pasa con mi madre? – le pregunto entre sollozos

− No es nada – me responde dubitativo

− Dejen de jugar conmigo ¿me creen estúpida? – grito furiosa por sus respuestas

− Hija, no quiero que te preocupes por mí – dice mama entrando a la oficina de papá

− ¡Díganme la put4 verdad! ¡YA! – hablo con mucha furia por todo lo que me están ocultando

− ¡Katherine Rizz! Esa no es la forma de dirigirte a tus padres – me exhorta mamá

− Lo es cuando mis padres me creen estúpida – respondo llorando

− Hija, tengo cáncer – dice mamá y siento como mi mundo se derrumba

− ¿Desde cuándo? Tu tenías cabello cuando fuiste a mi graduación hace unas semanas – indago con desconcierto

− Tenía una peluca – responde cabizbaja mamá

− ¿Qué tan grave es? – pregunto

− Es terminal – responde papá con sus ojos llorosos y mirando a su esposa con dolor

− ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué no me lo dijeron? De haberlo sabido me hubiese venido desde hace mucho para estar cerca de ti – respondo con unas palabras llenas de dolor y culpa

− Eso era precisamente lo que no queríamos, que tú dejaras tu vida, tus planes, tus sueños, tú futuro, ¿todo por qué? Al igual voy a morir, y lo único que quiero es que mi única hija viva su vida al máximo – responde mama con llanto y su voz entrecortada

− No es justo, yo debería haber estado aquí, contigo, era mi decisión, ahora no se ni cuánto tiempo tenga para disfrutar a mi madre – respondo con mi voz quebrada

− Perdóname hija, solo quiero que vivas tu vida y que nada ni nadie te interrumpa tu camino – responde mamá

− Amor, ven, vamos debes descansar – le dice papá acercándose a ella para ayudarla a salir

Mientras yo me tumbo en el sofá de la oficina para llorar desconsolada, como es posible que justo esto esté pasando esto en el mejor momento de mi vida, si me lo hubiesen dicho, yo hubiera dejado todo tirado para venir a estar con ellos.

− ¡Kate! ¡amiga! – es la voz de Sofía entrando a la oficina

− ¿tú lo sabias? – indago molesta

− Tus padres me suplicaron no decirte nada – me responde con culpa en su voz

− Entonces todo el mundo lo sabe, menos yo – bufo molesta

− Creo que tu madre solo quiere verte bien – me dice Sofía

− Pero yo hubiese querido estar con ella desde el inicio de su enfermedad – le respondo haciendo sonar mi nariz por el llanto

− Lo se amiga, pero al final es la decisión de tu madre, es ella la que quería verte bien, sin dolor ni llanto, no creo que le hubiera ayudado verte siempre triste – responde Sofía

− ¿Qué hare cuando ella no este conmigo? – le pregunto

− Harás honor a todo lo que ella te enseño, por ahora es mejor que ella te vea bien, no es bueno para su salud verte así – dice señalándome – lo mejor será poner nuestra mejor cara

Me levanto y reflexiono sobre las palabras de Sofía y creo que tiene razón, voy a la habitación de mamá y la veo dormida, así que le doy un beso y decido hacer de su corta vida lo mejor posible pora que este orgullosa de mi “te juro que seré la mejor mujer, seré todo lo que tú me has enseñado” le digo en su oído esperando que me escuche en medio de sus sueños.

− Kate – me habla papá al entrar a la habitación con un vaso de agua y lo que creo son las pastillas de mamá

− Quiero que sepas que comenzare a ocuparme de la empresa de ahora en adelante, tú debes dedicarte a mama, debes darle los mejores días de su vida – le digo con un abrazo y el asiente

− ¿ya saludaste a tu hermana? – me pregunta

− No , pero lo hare inmediatamente – respondo y voy directo a su habitación

− ¿Kenia? ¿estás ahí? – pregunto golpeando su puerta con suavidad

− ¿Qué quieres? – grita furiosa desde adentro

− ¿puedo pasar? – le pregunto, pero al no obtener respuesta decido entrar

− ¡largo de mi habitación! – me grita lanzando una almohada

− ¿tu sabias lo de mama? – le pregunto

− Si – me dice triste

− Debemos tratar de ser mejores por ella – le digo

− Es tu madre, no la mía – me dice tratando de mostrarse indiferente

− Pero desde que llegaste a esta casa, ella nunca te ha menospreciado, nunca te ha tratado mal, es más, ella procuro que tu estuvieras bien – le respondo molesta por actitud tan infantil

− Lo siento por ti, pero mi madre murió hace muchos años – me dice dándome la espalda para volver acostarse

− De verdad que no entiendo tu maldita actitud – le respondo molesta

− Tu no entiendes nada, porque lo has tenido todo, nunca tuviste que sufrir por nada, creciste con tus padres, eres inteligente, hermosa y todos mueren por ti, pero ¿y yo? donde quedo yo, ni mi madre me quería, debí haber muerto hace mucho, pero sigo en este mundo donde nadie me entiende y soy tan cobarde que no soy ni capaz de acabar con mi propia vida – me dice en un grito y sus palabras me sorprenden

− ¡no digas eso! Mis padres y yo somos tu familia, eres tu quien se aleja de nosotros, siempre buscas excusas por tu mal comportamiento y vives comparándote conmigo, tu eres diferente, también eres hermosa, inteligente y sociable, algo que yo no soy, además tienes un novio muy guapo y que te adora – hablo lo que pienso para que ella deje de estar diciendo tonterías

− ¿te gusta? – me pregunta

− ¿Qué? – pregunto haciéndome la desentendida

− Mi novio ¿te gusta Bastián? – me pregunta

− No, no, solo me parece que es atractivo, pero no me gusta – miento – Sofía esta abajo y vamos a hacer una tarde de chicas por si quieres estar con nosotras – le invito y salgo para evadir el tema