Capítulo 4 - Un malentendido

2 de septiembre (skyrl) de 1039

Berlín, Paxbelli

Tras varias reuniones con diferentes ministros que duraron todo el día. Matias finalmente pudo tener un momento de tranquilidad en su despacho en la Cancillería. Momento que aprovecha para recostarse y descansar.

-Ah... esto es demasiado.

Matias da un suspiro de agotamiento por lo que resulta gobernar un país, ya que nunca imaginó liderar un país a la edad de veinte años. Ahora se dio cuenta de que un simulador de gobierno en un videojuego no es lo mismo que un gobierno en la vida real.

Entonces se escucha a alguien tocando la puerta.

-¡¿Quién es?!

-¡Soy Erika, ¿puedo pasar?!

No queriendo quedar como un vago frente a la gente. Matias se levanta del sofá y se mueve rápidamente hasta sentarse en su escritorio.

-¡Adelante!

Erika entra en el despacho y ve a Matias sentado en su escritorio con una sonrisa sospechosa y dos ojeras bajo sus ojos. Ella levanta una ceja al ver la extraña expresión de Matias, como si estuviera ocultando algo.

-Matthäus, ¿estás bien?

-Sí... perfectamente.

Erika pone una cara hosca antes de seguir preguntando.

-¿Estás seguro?

Sabiendo que ya no podía engañarla. Matias da un suspiro y se masajea los ojos.

-Ah... la verdad es que no. Casi no dormí anoche pensando si todo esto de la transferencia mundial era un sueño o no. Y pase todo el día de reunión en reunión... necesito un lugar donde relajarme.

Erika se sentía culpable por no haber notado antes el estrés por el que estaba pasando Matias. En el fondo ella sentía que le estaba fallando como su asistente. Pero justo se le ocurre una idea.

-Sé donde puedes relajarte. Ven conmigo.

-¿Eh?... Ok.

Matias se levanta de su silla para seguir a Erika. Cualquier lugar era mejor que esa estresante oficina.

Después de caminar por pasillos y subiendo escaleras, finalmente llegan a la azotea de la Cancillería.

Matias se deslumbra por el hermoso rojizo del atardecer.

-Hermoso, ¿no?

-Sí.

-Ven. Descansa aquí.

Matias sigue a Erika para sentarse en un banco cercano para seguir contemplando el atardecer.

Se quedan mirando el horizonte hasta que el cielo se volvió oscuro y estrellado.

* * *

Poco después...

Aldea de elfos oscuros, territorio del marqués Drucalli.

Ya de noche. Con el cielo despejado, la luz de la luna brilla sobre la aldea.

Mientras tanto, pisadas resonaron en el suelo. Hacia la casa del Jefe de la aldea, muchos elfos oscuros se reúnen allí uno tras otro.

-[Oye ¿sabes de qué se trata la reunión?]

-[No, no tengo idea.]

Los elfos oscuros seguían entrando a la casa del Jefe uno tras otros.

-[¿Están todos aquí?]

Una vez reunidos los jefes de cada familia de la aldea, el Jefe inicia la reunión.

-[¿Qué pasa, Jefe? Tenemos que levantarnos temprano mañana. Así que termine esto rápido.]

-[Lo que quiero decir es sobre Lord Schell y el Imperio del Sol Negro.]

Las tensiones se subieron de repente en la habitación. Algunos apretaron los puños de ansiedad mientras que otros tragaron saliva.

-[Tenemos la intención de seguir al Imperio, como lo hicieron nuestros ancestros hace mil años. Pero lo que me preocupa es que si el Imperio, o como ellos ahora se autodenominan como Paxbelli, quieran aceptarnos.]

-[¡No! Soportamos mil años de penurias esperando por su regreso.]

Muchos protestaron por la declaración del Jefe, quien dudaba de la posibilidad de que los elfos pudieran recuperar su antigua gloria.

-[¿A quién le crees más? ¿A una profecía que muchos consideran un mito o a los solarios que están aquí con nosotros ahora?]

-[¿Entonces que propone, Jefe?]

-[Es fácil. Haremos que Lord Schell tome a una mujer de la aldea como su esposa.]

Todo el mundo estaba impresionado. Ciertamente, si Derek se casaba con una elfa oscura, se formaría un vínculo entre Derek y la aldea. Y ese vínculo se reforzaría aún más si tuvieran un hijo.

-[¡Entonces mi hija!]

-[¡No, mi hija!]

-[¡No, no, no! ¡Mi hija!]

Todos aquellos que tienen una hija apresuradamente proponen un compromiso para Derek con sus hijas.

Derek era visto como un noble a los ojos de los elfos oscuros, un noble que dirigía un escuadrón de magos portadores de poderosas armas mágicas. No había mayor prestigio para una familia que tu hija se case con un noble.

-[Espera, ¿tu hija no tiene doce años?]

-[¡Cállate! Además, mi hija ya tuvo su primer sangrado hace poco, por lo que ya está lista para tener bebés.]

-[¡Mi hija es la más hermosa!]

-[¡No! ¡La mía es la más hermosa!]

Todos se vuelven locos. Todas las personas que tienen hijas se ponen de pie estallando una especie de pelea.

-[¡Silencio!]

Aunque está cerca de sus doscientos setenta años, el Jefe aún está orgulloso de que aún está al mando. Todos se abrumaron ante la voz del Jefe y se sientan en silencio. Ahora calmados, todos se juntan y empiezan a escuchar en silencio.

-[De hecho, ya decidí quien será la esposa de Lord Schell.]

Las personas que recomendaron a sus hijas murmuraron en frustración.

-[Entonces, ¿Quién es?]

-[Es Azarea. Parece que Lord Schell la eligió. Lo noté durante el funeral.]

Todos se sorprendieron por la respuesta del Jefe.

* * *

Más tarde...

Derek está acostado en una cama dentro en una cabaña terminando de escribir el borrador de su informe de la batalla bajo la luz de una lámpara.

Al principio Derek tenía pensado pasar la noche en una tienda de campaña, pero el Jefe no paraba de insistir en que durmiera en una cabaña. Por lo que no tuvo más remedio que aceptar.

Una vez terminado de escribir el informe. Guarda el lápiz y libreta en su mochila para sacar un pan y una longaniza.

Mientras cortaba rebanadas de longaniza con su cuchillo de combate. Derek escucha que alguien toca la puerta.

-¡Adelante!

Cuando la puerta se abre. Derek ve que se trata de Azarea, la joven elfa que salvo de ser asesinada por los orcos. Ella entra en la cabaña y cierra la puerta sin decir nada.

Para Derek era raro ver a Azarea a estas horas de la noche. Pero era aún más raro que ella estuviera vestida con nada más que una tela similar a una toalla y un par de sandalias.

-Oh, eres Azarea, ¿no? ¿Por qué estás despierta a esta hora y con esa ropa? Vas a agarrar un resfriado.

Derek intenta hablar con Azarea. Pero ella se queda ahí parada sin decir nada. Derek luego recordó que ella no sabe hablar español.

Entonces Azarea se quita la toalla revelando su cuerpo desnudo ante Derek. Haciendo que este se sorprenda mucho.

-¡¿Pero qué estás haciendo!?

Derek, rápidamente se levanta de la cama y se acerca a Azarea.

Al estar frente a ella. Derek se agacha para levantar la toalla que Azarea dejó caer e intenta dársela.

-No sé que pretendes, pero no lo voy a hacer.

Derek negó con la cabeza. Lo que hace que Azarea mire hacia abajo con tristeza, como si hubiera fracasado.

Puede que Derek sea un hombre, pero no es un pedófilo que le guste a las quinceañeras.

Al ver a Azarea deprimida, Derek suspira al no entender el extraño comportamiento de ella.

Luego de cubrirla con la toalla, Derek guía a Azarea a la puerta. Pero cuando la abre, ve al Jefe apoyando la oreja en la puerta como su intentara espiarlos. Lo que hace que Derek frunce el ceño al darse cuenta de que fue el Jefe quien envió a Azarea.

-Creo que usted y yo tenemos que hablar.

-[Ah...]

El Jefe no entendió lo que dijo Derek, pero al ver su expresión de enojo, pudo darse cuenta de que Derek estaba enojado con él.

* * *

Más tarde...

En la casa del Jefe. Derek estaba sentado en una silla con los brazos cruzados. A su lado estaba Fothen quien actúa como traductor.

Frente a los dos soldados están el Jefe y Azarea quienes están arrodillados mirando el suelo en señal de disculpa. Ahora Azarea vestía con un camisón en lugar de esa toalla reveladora.

-[Por favor perdóneme, Lord Schell. Todo fue un malentendido. No era mi intención ofenderlo.]

El Jefe había malinterpretado la acción de Derek con Azarea durante el funeral pensando que Derek había puesto su mano sobre el hombro de Azarea como señal de haberla aceptado como su esclava debido a la deuda de vida que tenía con Derek. Una clara malinterpretación cultural.

-Está bien. Todo esto fue un malentendido. Así que por favor, levántense los dos.

Azarea y el Jefe se ponen de pie tras escuchar lo que tradujo Fothen.

-[¿Seguirá ayudando a la aldea?]

-Por supuesto que sí.

Se forma una sonrisa de alegría en el rostro del Jefe. Por lo que junto con Azarea, le hacen una reverencia a Derek en señal de gratitud.

Poco después. Azarea, Derek y Fothen salen de la casa del Jefe.

Ya afuera. Azarea y Fothen se adelantan mientras que Derek se detiene por unos minutos para fumar un cigarrillo. Derek no suele fumar mucho, más bien fuma un cigarro al final del día o tras pasar un momento algo estresante, dos cosas que pasaron el día de hoy.

Luego de terminar de fumar su cigarro, Derek emprende su marcha en dirección a su cabaña para finalmente dormir. Pero en el camino ve a Azarea intentando dormir en las ruinas de una cabaña quemada. Viendo como no paraba de temblar por el frío, vestida con el camisón y cubriéndose solamente con la toalla que uso hace un rato en la cabaña de Derek.

Derek da un suspiro al por fin entender el porqué Azarea había intentado seducirlo hace un rato. Ella lo había perdido todo en ese ataque perpetrado por los orcos: su familia, su casa, todo. Por lo que Azarea pensó que si se convertía en la concubina de Derek, al menos tendría comida y techo.

Entonces Derek se acerca a Azarea y le extiende la mano.

-Ven conmigo.

Esa noche Azarea durmió en una cama, mientras que Derek durmió sobre una manta en el suelo.

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