picnic

¡Ah, mi querido Sensei Obito! ¿Estamos lo suficientemente lejos ya? Pregunté con un nerviosismo que me hace dudar si mi disfraz de superespía secreta es realmente tan bueno como pensaba. ¡Mira que tener que fingir que somos dos desconocidos que de repente se ven obligados a trabajar juntos, y encima él es un hombre casado con la hija de su jefe! ¡Qué lío!

Caminamos hacia un parque alejado de la oficina, tratando de mantener la compostura mientras intentamos evitar las miradas indiscretas. Pero, ¿cómo evitar que nuestros corazones traicioneros revelen la verdad? Aunque han pasado años desde que nos separaron, el amor entre nosotros sigue ardiendo como una llama en un túnel oscuro. ¡Y ahora, para colmo, Obito será mi superior en los próximos días! ¡Qué vuelta de tuerca del destino!

Así que aquí estamos, dos amantes clandestinos, ocultando nuestros sentimientos bajo capas y capas de engaño y fingimiento. ¿Podremos sobrevivir a esta comedia de errores, o sucumbiremos a la tentación de lo que una vez fue y aún podría ser? ¡Oh, dulce dilema del corazón! ¡Qué emoción, qué intriga, qué desastre tan deliciosamente complicado!

¡Oh, mi dulce amor! - me susurró mientras me envolvía en un abrazo apasionado detrás de ese hermoso árbol rebosante de flores multicolores y hojas verdes.

"No deberíamos... ¡Ah! ¡Detente! - le dije, intentando mantener la compostura a pesar de que mi corazón golpeaba mi pecho como un tambor enloquecido. "Eres mi jefe, y además estás casado con la hija de tu superior. ¡Esto no está bien!"

Pero ahí estábamos, ocultos tras la exuberante vegetación, entregados a la atracción prohibida que nos consumía. ¡Su cuerpo fuerte y varonil tan cerca del mío! ¡Qué tentación!

"¿Quién nos verá aquí?" - me dijo con esa mirada que siempre ha sabido leer a través de mí, incluso cuando intento ocultar quién soy. "Sé que eres tú, Khira. Por mucho que cambies tu cabello y aunque ahora seas una mujer adulta y hermosa, sigues siendo mi único amor."

No pude resistirlo. Le correspondí al abrazo, sintiendo su calor y oliendo su aroma que, aunque el desodorante ya había abandonado su deber, seguía siendo embriagador. ¡Oh, dulce dilema entre el deber y el deseo! ¡Qué enredo tan emocionante, qué locura tan deliciosamente peligrosa!

¡Oh, Obito Uchiha! ¡Sigues siendo el mismo desde que éramos unos críos! Aunque ahora luzcas esas cicatrices y ese brazo reconstruido que te hacen ver aún más guapo, ¡sigues siendo el hombre que una vez conocí y amé en la inocencia de la infancia!

Pero, claro, estás casado con otra mujer. ¡Qué cruel ironía del destino! Aunque mi corazón te pertenezca, sé que eres un amor prohibido para mí. No quiero ni imaginar el día en que te vea besando a esa mujer, porque solo de pensarlo siento cómo mi alma se desgarra por dentro.

"Esos besos son falsos, Khira", me dijo con tristeza en sus ojos. "Es como cuando hacemos una función de teatro y finjo besar a Mizumi, aunque en realidad nuestros labios apenas se rozan. Ella tampoco me quiere, soy solo un esposo de pacotilla y un empleado más en este triste juego de negocios entre Danzo y los Uchiha."

Intentó besarme de nuevo, pero esta vez me aparté. ¡Qué dilema tan desgarrador entre la lealtad al corazón y la farsa de las apariencias! ¡Qué enredo de sentimientos y obligaciones tan dolorosamente entrelazados! ¡Oh, el amor, tan complicado y tan imposible!

¡Oh, Obito! Mientras seas un hombre casado, sin importar las circunstancias de tu matrimonio, jamás cruzarás esa línea conmigo. Aunque nos amemos en silencio, nuestro amor deberá quedar en el olvido. Aunque en mi memoria sigas siendo parte de mis recuerdos más queridos de nuestra juventud, prefiero pensar que mi primer amor es el Obito del pasado, el que prometió volver a estar juntos algún día, junto a la abuelita y nuestros amigos.

Tú eres ahora otro Obito: mi jefe y un hombre casado que no debe traspasar los límites del amor con su empleada Tatsumi. Es mejor que te acostumbres a llamarme así por un largo tiempo. No quiero que Danzo y sus secuaces descubran mi tapadera y verdadera identidad, ¡o todos acabaremos en el infierno juntos! - le dije con firmeza, aunque mi corazón se desgarraba por dentro.

"Está bien, Tatsumi," susurró Obito resignado. "Pero en el fondo de mi corazón, deseo que mi amada Khira aún no haya regresado del internado o que siga en su viaje, para protegerla de cualquier daño que pueda sufrir." Nos sentamos juntos en un banco bajo la sombra del árbol, compartiendo un momento de paz y complicidad en medio de la tormenta de emociones que nos envolvía. ¡Oh, amor imposible, qué cruel eres! ¡Qué dulce agonía es este sentir que nos consume pero que debemos ocultar a toda costa!

Narra Obito Uchiha

Estábamos en el parque, disfrutando de un merecido descanso en medio de la locura de la oficina. Ella, en su primer día de trabajo, y yo, tratando de no delatarnos como los cómplices secretos que realmente somos desde hace tiempo. ¡Ah, el drama laboral! Fingimos a la perfección que nos acabábamos de conocer, pero en realidad, somos como Batman y Robin, solo que con menos capa y más papeleo.

La situación se complica aún más porque, además de ser su superior, estoy casado con la hija de nuestro jefe, el mismísimo Don Danzo Shimura, el padrino de la mafia de Konoha. Sí, así como lo escuchas, ¡trabajar para la familia puede ser un verdadero dolor de cabeza! Y no es solo porque hay que fingir que somos solo dos colegas más en la oficina, sino porque en cualquier momento nos pueden salir con un "¡Ponte el traje de gala que hoy hay fiesta en el escondite secreto de la mafia!".

Khira, con su valentía a flor de piel, resistió heroicamente a mis encantos, ¡y mira que es difícil resistirse a este rostro de ángel! Pero claro, siendo yo un hombre casado, su voluntad es más fuerte que el mismísimo Jutsu de Invocación. ¡Ah, el amor prohibido, qué dulce tormento!

Hubiera dado lo que fuera por darle un beso y salir corriendo juntos, pero ella solo tiene ojos para vengar la muerte de sus padres a manos de ese siniestro Danzo, el jefe de la banda, el verdadero villano de nuestra historia. Y es que, claro, matar a los padres de tu cita no es precisamente el mejor inicio para una relación.

"¿Tatsumi, dónde cuelgas la capa por las noches?", le pregunté con una sonrisa pícara, tratando de sonsacarle información sobre su paradero ninja. ¡Quién diría que el espionaje podía ser tan romántico!

"Vivo en un hotel porque soy una ninja sin techo, ¡así de hardcore soy!", me respondió con un brillo de determinación en los ojos. Pobre Khira, sacrificando el confort por su misión secreta. ¡Una verdadera heroína!

"Tranquila, mi querida Tatsumi, tengo un as en la manga. Mis amigos Kakashi y Rin te darán cobijo en su guarida ninja. Será como una casa de locos, pero al menos no tendrás que preocuparte por los ninjas vecinos", le dije, entregándole la tarjeta de visita de mis compadres.

"Está bien, Señor Uchiha, aceptaré tu oferta. Pero cuando descubran mi verdadera identidad, no quiero ser la que pague la cuenta de la pizza", respondió con una sonrisa cómplice. ¡Ah, qué alivio saber que tendrá un techo sobre su cabeza!

Y así, entre conspiraciones y riesgos

"¡Está bien, Señor Uchiha! En cuanto me instale, cuadraremos cuentas sobre el alquiler y los gastos de la guarida ninja", me dijo con determinación.

"¡Así se habla, Tatsumi!", respondí con una sonrisa, aunque en mi interior sentía un cosquilleo de emoción y preocupación. ¡El amor es un campo de batalla, y Khira es mi general!

Mientras regresábamos a la oficina, ese antro de peligros y misterios, sentí cómo la adrenalina se apoderaba de mí. Con Khira alias Tatsumi a mi lado, mi corazón latía más fuerte que el tambor de guerra de un ejército de samuráis. Ella era mi única debilidad, mi punto débil en medio de esta trama de espionaje y mafia. Si algo le sucediera, no sé si tendría la fuerza para seguir adelante. ¡Oh, el drama, la pasión, la intensidad de este romance clandestino!

"Tatsumi, como hoy no hay mucho trabajo, te voy a dar un tour VIP por las instalaciones de la empresa. Necesitas conocer cada rincón para cuando entremos en modo espía ninja", le dije con entusiasmo mientras el ascensor ascendía a las alturas del edificio.

"Eh, Señor Uchiha, aprecio la gira por el parque temático de la empresa, ¡pero recuerda que aquí dentro debes ser el jefe estricto, no mi colega de la infancia! Y por favor, evita hablar de nuestra misión secreta. ¡Quién sabe si nos están grabando con cámaras ocultas o micrófonos ninja en las plantas!", me advirtió con un tono serio y cauteloso mientras explorábamos las primeras plantas del edificio.

Y así, entre secretos, peligros y el palpitar de dos corazones en sintonía, nuestra aventura en la oficina de la mafia de Konoha continuaba, con más giros que una pelea de ninjas en una lavandería. ¡Oh, qué emoción, qué intriga, qué romance prohibido en medio de la selva de asfalto! ¡Que empiece el espectáculo ninja!

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