¡Ay, qué lío tengo encima! Estaba más nerviosa que pulpo en un garaje por hablar con Obito, pero al mismo tiempo, mi abuelo Tobirama quería que lo acompañara a hablar de los misterios familiares. Parece que mi clan guarda secretos más oscuros que la cueva de Batman. ¡Y todo esto relacionado con el asesinato de mis padres! ¡Qué drama, amigos, qué drama!
Kakashi, el maestro del suspense, me contó que el accidente que sufrimos podría haber sido maniobrado por unos malhechores. ¡Pero qué peligro! Y encima, podrían estar detrás de la muerte de mis padres. ¡Casi me da un pasmo!
"¿Entonces, Kakashi, todo esto es por mi culpa? ¿Estamos todos en peligro por mí?", le pregunté con ojos como platos y el corazón en un puño.
"¡No estoy seguro, pequeña saltamontes! Aún no tengo placa de policía, ¡jeje! Además, ya sabes quiénes son tu familia... deberías hablar con ellos y sacarles hasta la receta de la sopa de pollo. ¡A lo mejor te sueltan todo lo que quieres saber!", me dijo Kakashi con esa tranquilidad que asusta.
¡Vaya misterio, vaya emoción! ¡Menudo culebrón tengo entre manos! ¡Y todo por ser descendiente de una familia con más secretos que la CIA! ¡A ver qué me depara el destino ahora!
¡Uf, menudo dilema amoroso tengo aquí! Mi cabeza y mi corazón están más revueltos que un smoothie de emociones. Lo que más deseo en este momento es saber cómo está Obito y encontrar la fórmula mágica para que vuelva a ser el Obito de siempre. ¡No quiero que nada ni nadie interrumpa sus planes de futuro, ni siquiera los enredos de mi familia!
Siento en lo más profundo de mi ser que si me voy con mi familia, tal vez nunca vuelva a ver a Obito. Y eso, amigos, eso no entra en mis planes. ¡Le prometí que nuestro amor es eterno como la cola del zorro de Naruto y que juntos lucharemos contra viento y marea!
Le dije a Kakashi, con voz entrecortada y los ojos a punto de soltar un río de lágrimas, que necesito mantener la calma por Obito. ¡Quiero ver de nuevo sus ojos, perderme en ellos y decirle, sin titubeos, lo mucho que lo amo y que sin él mis días son más grises que un día sin ramen!
¡Vaya, vaya, menudo culebrón ninja que se está formando aquí! Obito, mi amor, me tranquilizó con unas palabras que me devolvieron un poco de calma en medio de este torbellino de emociones. "Khira, no te preocupes, cariño. ¿Por qué no sales un rato de la habitación para que hable a solas con mi nieto y averiguar qué le pasa? Seguro que es la medicación que lo tiene diciendo cosas extrañas. ¡Quizás solo necesite que le tire un poco de las orejas para que entre en razón!" -me dijo la abuela de Obito con una mezcla de determinación y cariño que me reconfortó un poco.
Rin, que estaba allí presente, me tendió una mano amiga y me ayudó a salir de la habitación, donde mi corazón latía con fuerza y mi mente era un torbellino de dudas y temores.
¡Ay, qué nudo en el corazón, qué maraña de pensamientos confusos! Pero confío en que todo se aclare, en que la verdad salga a la luz y en que nuestro amor salga fortalecido de esta prueba. ¡Vamos a desenredar este enredo, a aclarar este embrollo y a mostrar que juntos podemos superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino! ¡Que retumbe el amor en nuestros corazones, que la esperanza brille más que el sol en pleno verano! ¡Khira y Obito, unidos por un lazo más fuerte que cualquier jutsu, estamos listos para enfrentar lo que sea! ¡Que empiece la batalla por nuestro amor eterno!
Narra Obito Uchiha
Una vez, en un mundo paralelo donde las lágrimas de Khira eran como pequeñas bombas de agua en mis ojos, salió de la habitación con una mezcla de tristeza y enojo. Le dije cosas terribles, ¡sí, cosas terribles! Pero era por su bien, ¡sí, por su bien! Tenía que asustarla un poco, ¡sí, asustarla un poco! Así su familia podría protegerla, ¡sí, protegerla!
Y entonces, mi abuela, la temible señora de las regañinas y los coscorrones, se quedó a solas conmigo. ¡Oh, oh! Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, ¡sí, un escalofrío! Sabía que venía una tormenta de palabras, ¡sí, una tormenta! Y no de esas bonitas que riegan las flores, ¡no, no! Sino de esas que te dejan más mojado que un gato en un día de lluvia.
"No te voy a golpear", dijo con voz de trueno, "porque estás recién operado. ¡Pero ojo al parche, jovencito! Si no fuera por eso, ¡uf, uf! ¡Te habrían caído tantos golpes que pensarías que estabas en una piñata en pleno cumpleaños!" Y en ese momento, con sus palabras llenas de rabia y amor a partes iguales, supe que Khira tenía a una feroz defensora en su esquina.
Y así, entre lágrimas y regaños, en un quirófano de emociones, comprendí que el amor puede ser tan doloroso como una patada en las espinillas, pero también tan dulce como un helado en pleno verano. Y en medio de todo ese drama familiar, una cosa quedaba clara: ¡nunca subestimes el poder de una abuela enfadada! ¡Ni el de una Khira decidida a ser feliz! ¡Porque cuando se unen el amor y la rabia, se desata una tormenta que puede cambiarlo todo! ¡Incluso el corazón de un Uchiha desdichado
¡Ay, abuelita querida, cómo pesan las preocupaciones en mi corazón! Con lágrimas como ríos en mis ojos, le confesé mi temor por Khira, esa chispeante luz en mi vida que alguien intentaba apagar. ¡Oh, sí, alguien quería lastimarla, abuelita! ¡Quizás los malvados asesinos de sus padres andaban tras ella, acechando en las sombras como fantasmas vengativos! ¡Y yo, medio tullido y completamente desesperado, no sabía cómo protegerla de esos enemigos tan poderosos que parecían salidos de una novela de intriga ninja!
"Abuela, necesito alejar a Khira de todo esto", sollocé entre sollozos y suspiros, "por su seguridad, por su tranquilidad, por... ¡por su bienestar, abuela!" Sentía cómo el miedo y la impotencia se enroscaban en mi pecho, estrujando mi corazón con fuerza. ¡No quería perderla, abuela, no quería vivir sin su amor! Pero sabía, en lo más profundo de mi ser, que debía sacrificar un poco de ese amor para protegerla, para mantenerla a salvo de las garras del peligro.
Y entonces, con su sabiduría ancestral y sus palabras llenas de amor, mi abuela me ofreció una luz en medio de tanta oscuridad. "Habla con ella, hijo", me aconsejó con voz suave pero firme, "exprésale tu amor, tu dolor, tu deseo de mantenerla a salvo. No le rompas el corazón, pero dale la esperanza de un futuro juntos. Deja que sepa que la amas de verdad, que siempre la amarás, aunque por un tiempo deban estar separados".
"¡Pero abuela, no sé cómo hacerlo! ¡No quiero ser una carga para ella, no quiero verla sufrir por mi culpa!", confesé con angustia, temiendo el rechazo de Khira, su negativa a alejarse de mí en un momento tan difícil. Pero mi abuela, con esa mezcla única de firmeza y ternura que solo las abuelas poseen, me aseguró que hablaría con Khira, que velaría por su bienestar, mientras yo debía abrir mi corazón y contarle todo lo que sentía, sin reservas, sin temores.
Y así, entre lágrimas y consejos, en un baile de emociones y palabras, comprendí que el amor verdadero es capaz de enfrentar cualquier desafío, incluso la distancia y el dolor. Y supe, con la certeza de quien ha encontrado un rayo de esperanza en medio de la tormenta, que el amor de Khira y el mío sería más fuerte que cualquier enemigo, más poderoso que cualquier obstáculo. ¡Porque cuando el amor y la sabiduría se unen, nada puede detener su fuerza imparable!
Obito Uchiha aquí, ¡la abuela me soltó una perla! Resulta que en realidad solo estás tratando de convertirte en nuestro superhéroe, ¿no es así? ¡Estás más preocupado que un pulpo en un garaje! No solo te inquietas por mi seguridad, sino por la de todos nosotros. Según tú, el accidente fue obra de algún acosador sigiloso. ¡Vaya, qué drama!
Y para colmo, Kakashi insinúa que los asesinos de mis padres podrían estar al acecho porque saben que puedo echarles el guante. ¡Menudo dilema! Si abro la boca ahora, podría desencadenar una ola de problemas. ¡La que se nos viene encima, madre mía!
Khira, con su serenidad a cuestas, me lo explicó con una calma que daba miedo. Aunque sus ojos mostraban una tristeza que hubiera derretido un iceberg. ¡Qué montaña rusa de emociones! ¡Esto parece un culebrón ninja de los buenos!
Khira, mi musa del misterio, sé que separarnos será como tragar ramen sin palillos, ¡pero mira qué jóvenes somos! Tú con tus dotes de detective en ciernes y yo alistándome para las clases de "Cómo Ser un Ninja Resiliente" con el tío Madara Uchiha. ¡Menudo par de cracks que formamos!
Con lágrimas como cascadas, le solté a Khira: "¿Aún me quieres, o he perdido mi puesto en tu corazón ninja?" ¡Dramatismo nivel Jutsu Prohibido! ¡Qué incertidumbre! Pero claro, le di mi mano para secar sus lágrimas y mostrarle que mi amor por ella es más firme que un muro de piedra.
"¡Por supuesto que te quiero! Esto es solo una pausa en nuestro cuento de hadas, ¡ya lo verás!", le prometí entre abrazos y lágrimas compartidas. Hasta que, con valor de samurái, se despidió para unirse a su prima Tsunade. ¡Menudo dramón ninja que nos gastamos!
Dirigiéndome a la Doctora Tsunade con solemnidad ninja, le espeté: "¡Cuida de ella como si tu vida dependiera de ello! Y no importa si tengo que enfrentar mil Akatsukis, ¡la buscaré para casarme con ella!" Mientras Khira se alejaba entre lágrimas, evitando mi mirada como quien esquiva un jutsu mortal, temerosa de mostrar su vulnerabilidad. ¡Qué historia de amor y acción nos espera!
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